Israel rodeó la flotilla humanitaria que intenta llegar a Gaza con ayuda

Barcos israelíes cortaron el paso a la flotilla que se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria y rodeó el Alma, el barco principal de la misión. La flotilla ya se había adentrado en la zona de exclusión establecida por el ejército israelí. 

Activistas a bordo de la flotilla de embarcaciones que navegaban hacia Gaza afirmaron que estaban preparados para una intervención de la marina israelí mientras se acercaban al territorio palestino sitiado, después de una tensa noche en el mar Mediterráneo.

La Flotilla Global Sumud, que incluía a Greta Thunberg, Mandla Mandela, el nieto de Nelson Mandela, y varios legisladores europeos, constaba de casi 50 barcos y 500 activistas. Llevaba una cantidad simbólica de ayuda humanitaria y permaneció firme en su misión de romper el bloqueo israelí de la franja costera y llegar a los palestinos. "Cada minuto avanzamos un poco más", declaró Thiago Ávila, uno de los líderes y portavoces de la flotilla, en una conferencia de prensa en línea desde el Alma, uno de los barcos nodriza de la operación.

El miércoles por la tarde, las embarcaciones navegaban en aguas internacionales al norte de Egipto y habían entrado en lo que los activistas y otras personas denominaban una "zona de peligro" o "zona de alto riesgo". 

Aunque estaban todavía en aguas internacionales, era un área donde la marina israelí había detenido a otros barcos que intentaban romper su bloqueo en el pasado. La flotilla había sido advertida de no cruzarla. Durante la noche, los activistas informaron que dos buques de guerra israelíes se acercaron agresivamente a dos de sus barcos, rodeándolos e interfiriendo sus comunicaciones, incluidas las cámaras en vivo a bordo.

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"Fue un acto de intimidación. Querían que los viéramos", señaló Lisi Proença, otra activista que estaba a bordo del Sirius, una embarcación que fue atacada junto con el Alma. Tras el encuentro cercano ocurrido durante la noche, los buques militares finalmente se retiraron y la flotilla continuó su viaje, transmitiendo en vivo desde las cámaras colocadas en muchos de sus barcos.

El miércoles por la tarde, el ambiente parecía ser más relajado en las cubiertas de algunos veleros que documentaban sus viajes a través de transmisiones en vivo las 24 horas del día. Algunos activistas levantaron mensajes de solidaridad con el pueblo de Gaza y corearon ”¡Palestina libre!” ante las cámaras. 

Los participantes de la flotilla también inundaron las redes sociales con videos de su travesía y actualizaciones constantes. Si todo iba según lo planeado, la flotilla, que comenzó su viaje desde el puerto español de Barcelona hace un mes, llegaría a las costas de Gaza el jueves por la mañana. Sin embargo, los activistas consideraron poco probable esa llegada y esperaban que las autoridades israelíes intentaran detenerlos en cualquier momento.

El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, calificó la flotilla como una provocación y les advirtió que se detuvieran y transfirieran su ayuda a través de otros canales hacia Gaza. “No es demasiado tarde”, publicó en X. 

El gobierno israelí acusó a algunos miembros de la flotilla de estar vinculados a Hamás, aunque proporcionó pocas pruebas para respaldar esa afirmación. Los activistas rechazaron enérgicamente las acusaciones y afirmaron que Israel trataba de justificar posibles ataques contra ellos.

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Los gobiernos europeos, incluidos España e Italia, que habían enviado sus barcos de la marina para escoltar a la flotilla durante parte del viaje, instaron a los activistas a regresar y evitar la confrontación. 

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar estipula que un estado solo tiene jurisdicción hasta 19 kilómetros (12 millas náuticas) desde sus costas. En general, los estados no tienen derecho a incautar barcos en aguas internacionales; sin embargo, el conflicto armado es una excepción.

La flotilla argumentó ser un grupo civil desarmado y sostuvo que el paso de ayuda humanitaria está garantizado por el derecho internacional.