Haití enfrenta un éxodo masivo por la creciente violencia de pandillas, según la ONU

SAN JUAN (AP) — La crisis de violencia provocada por pandillas en Haití ha desplazado a un total de 1,3 millones de personas, consolidando un récord alarmante. Esta situación crítica se presenta mientras el gobierno haitiano, junto a la comunidad internacional, intenta contener una crisis que parece desbordarse, según un informe difundido el miércoles por la ONU.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alertó que el número de desplazados aumentó un 24% desde diciembre. De esta cifra, un 11% de la población, que ronda los 12 millones de habitantes, ha sido forzada a dejar sus hogares a causa de la violencia.

Pese a que la mayor parte de la violencia se concentra en Puerto Príncipe, más de 230.000 personas han quedado en la calle, mientras que las pandillas continúan asediando dos regiones importantes al norte de la capital. Las autoridades revelaron que estos datos reflejan una realidad crítica para los ciudadanos.

“Es imperativo que actuemos con rapidez. La fortaleza del pueblo haitiano es digna de admiración, pero su resiliencia no puede ser el único recurso del que dispongan”, declaró Amy Pope, directora general de la OIM en un pronunciamiento.

El incremento en el número de desplazados también ha vuelto a generar un incremento del 70% en la creación de refugios improvisados, que pasaron de 142 a 246. Este aumento se ha registrado especialmente en la región central de Haití, que tradicionalmente había sido considerada pacífica. Por primera vez, hay más en refugios en áreas fuera de Puerto Príncipe que en la propia capital, debido al recrudecimiento de violencia en ciudades como Mirebalais y Petite Rivière.

Más del 80% de los desplazados se encuentran actualmente viviendo con familiares o amigos. Sin embargo, aquellos que residen en Puerto Príncipe enfrentan condiciones precarias en refugios abarrotados, incluso en edificios gubernamentales abandonados.

“Muchos carecen de acceso a atención médica, escuelas y agua potable, lo que deja a las familias ya vulnerables lidiando con una lucha por la supervivencia”, indicó la OIM.

Tras la publicación del informe, miembros de la ONU, el Banco Interamericano de Desarrollo, y funcionarios del Gobierno y la sociedad civil de Haití tuvieron una reunión a puerta cerrada donde se discutieron las difíciles circunstancias del país.

Bob Rae, presidente del Consejo Económico y Social de la ONU, advirtió que la crisis sigue empeorando. Sostuvo que no es suficiente abordar solamente la crisis de seguridad, ya que las pandillas que controlan más del 85% de Puerto Príncipe han comenzado a reclutar a un número creciente de niños en un país que atraviesa una profunda pobreza.

“Sin desarrollo, no hay seguridad; y sin seguridad, no hay desarrollo”, concluyó Rae.

Una misión de la ONU, en colaboración con la policía de Kenia, está apoyando a las autoridades haitianas en su lucha contra las pandillas. No obstante, esta misión se enfrenta a problemas de financiación y dotación, con solo 1.000 efectivos de los 2.500 prometidos en el terreno.

Rae también hizo hincapié en que se busca apoyo más allá del Consejo de Seguridad de la ONU, incluyendo conversaciones con Estados Unidos, el Reino Unido y países de África, Europa y el Caribe. Además, se están llevando a cabo diálogos con la Organización de los Estados Americanos (OEA) para obtener asistencia.

Recientemente, Leslie Voltaire, miembro del consejo presidencial de transición de Haití, expresó su aprecio hacia el nuevo secretario general de la OEA por su disposición a ayudar, pero también advirtió sobre la necesidad de no negociar con terroristas, refiriéndose a las pandillas armadas. “La paz no puede construirse pactando con terroristas”, enfatizó Voltaire.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.