China toma medidas contra el contrabando de tierras raras en medio de tensiones con EEUU

BANGKOK (AP) — La agencia de seguridad estatal de China afirmó que tomó medidas enérgicas contra el presunto contrabando de minerales de tierras raras que, según indicó, amenazan la seguridad nacional. Esta decisión ocurrió pocas semanas después de que Beijing y Washington acordaron facilitar a las empresas estadounidenses la obtención de esos materiales que son fundamentales para la fabricación y producción de microchips.

En un informe publicado el viernes en el periódico estatal Global Times, el Ministerio de Seguridad del Estado mencionó que algunas agencias extranjeras actuaban en contubernio para robar bienes relacionados con tierras raras. Esto se hacía mediante el reempaquetado y reetiquetado de metales raros para ocultar su origen chino.

Se alertó que, en algunos casos, los minerales fueron declarados falsamente como artículos no controlados, etiquetados incorrectamente como “pasta de soldadura”, por ejemplo, o mezclados con otros materiales como azulejos de cerámica, o escondidos en maniquíes de plástico o botellas de agua.

El organismo se refirió a un “cierto país” no identificado que, según afirmó, carecía de la capacidad para fabricar y refinar sus propias tierras raras.

Las investigaciones identificaron la participación de criminales chinos que se aprovecharon de los canales de envío y entrega para evadir los controles a las exportaciones de los materiales que se usan en muchas aplicaciones de alta tecnología, como las baterías de vehículos eléctricos.

Las medidas se produjeron tras un informe de Reuters a principios de este mes que detalló cómo las tierras raras se transbordan a Estados Unidos a través de Tailandia y México. China es la principal fuente de muchas tierras raras de gran importancia estratégica y ha tomado medidas para ralentizar las exportaciones de dichos minerales en represalia por los altos aranceles de importación que el presidente estadounidense Donald Trump impuso a las mercancías de ese país, cuando regresó a la Casa Blanca y lanzó su cruzada para revertir un sistema comercial global que es considerado injusto por su administración.

Las acciones del gobierno chino se produjeron después de una serie anterior de restricciones sobre las exportaciones de materiales como galio, germanio, antimonio y tungsteno en respuesta a la fricción comercial con el gobierno del entonces presidente Joe Biden. En abril, Beijing impuso requisitos de autorización a siete elementos de tierras raras, de conformidad con una ley china que se aplica a todas las exportaciones, no solo a las destinadas al mercado estadounidense.

Debido a que el proceso de permisos toma 45 días, el nuevo requisito causó una pausa en los envíos, amenazando con interrumpir la producción de automóviles, robots, turbinas eólicas y otros productos de alta tecnología en Estados Unidos y en todo el mundo. Mientras tanto, Estados Unidos añadió restricciones a las exportaciones de tecnologías avanzadas a China.

Las tierras raras se mantuvieron en el centro de conversaciones entre China y Estados Unidos destinadas a evitar aumentos arancelarios, que se pospusieron en mayo, dando tiempo para iniciar negociaciones sobre un acuerdo comercial más amplio. La fecha límite para alcanzar un convenio fue el 12 de agosto.

Un acuerdo anunciado a finales de junio no eliminó el requerimiento de autorización de China sobre las tierras raras, pero hubo convenios para dar flexibilidad que permitiría ajustar el proceso de aprobación según fuese necesario.

Los microchips también se convirtieron en un punto clave de controversia. El Ministerio de Comercio de China tomó nota de una decisión del gobierno de Trump de levantar las restricciones a las exportaciones de semiconductores clave utilizados en inteligencia artificial, fabricados por Nvidia y su rival Advanced Micro Devices.

En abril, el gobierno de Trump anunció que restringiría las ventas de chips H20 de Nvidia a China, así como de los chips MI308 de AMD. Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Comercio, Wang Wentao, insistió en que para restaurar relaciones comerciales saludables se requerían más acciones por parte de Washington.

Wang comentó que los controles de exportación de Estados Unidos a los chips Ascend, fabricados por el gigante tecnológico chino Huawei Technologies, perjudicaron los intereses de las empresas chinas. “Esperamos que Estados Unidos y China se encuentren a mitad de camino y corrijan sus prácticas erróneas mediante una consulta equitativa, creando un buen ambiente para la cooperación mutuamente beneficiosa entre empresas de ambos lados y manteniendo la estabilidad de la producción y la cadena de suministro global de semiconductores”, afirmó.