Así fue el bombardeo a Fordow, la planta nuclear más resguardada de Irán

El Ejército de Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo de gran relevancia sobre la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow este sábado, en una operación que dejó al descubierto la vulnerabilidad de una de las instalaciones más protegidas y estratégicas del programa nuclear de Irán.

La confirmación del ataque provino del expresidente Donald Trump, quien lo anunció a través de su cuenta en la red Truth Social. Según sus palabras, también se habrían impactado las instalaciones de Natanz y Esfahán.

Trump afirmó: “Se lanzó una carga completa de bombas sobre el sitio principal, Fordow”, generando alarmas a nivel global sobre la escalada del conflicto en la región de Medio Oriente.

Fordow, situada a aproximadamente 90 kilómetros al suroeste de Teherán, cerca de la ciudad de Qom, se encuentra 80 metros bajo tierra, con una estructura reforzada por capas de roca y concreto. Esta planta fue construida con la capacidad de soportar ataques aéreos y operar bajo circunstancias adversas.

Su existencia se dio a conocer públicamente en 2009, gracias a la colaboración de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, lo que desató condenas a nivel internacional. Aunque Irán defendió que su construcción era legal, la comunidad internacional la rechazó por considerarla incompatible con actividades pacíficas.

Durante las negociaciones del acuerdo nuclear en 2015, Irán se comprometió a transformar Fordow en un centro de investigación y cesar el enriquecimiento de uranio en el lugar. No obstante, después de que EE.UU. se retirara del pacto en 2018, Irán reactivó la planta, comenzando un enriquecimiento de uranio al 60?%, un porcentaje alarmantemente cercano al que se requiere para la fabricación de armas nucleares.

Recientemente, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) alertó que Irán poseía más de 400 kg de uranio altamente enriquecido, cantidad suficiente para producir hasta nueve armas nucleares.

Este bombardeo representa una nueva etapa en la escalada de tensión entre Washington y Teherán, así como un potencial cambio en el panorama geopolítico de la región.