Argentina intensifica la vigilancia en el noreste ante grupos armados brasileños

MONTEVIDEO (AP) — El gobierno argentino decidió reforzar la seguridad en la ciudad fronteriza de Bernardo de Irigoyen, ubicada en la provincia de Misiones, debido a la creciente influencia de grupos armados brasileños como el Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Rojo.

A través de una resolución publicada el pasado lunes en el Boletín Oficial, el Ministerio de Seguridad anunció la formación de un comando unificado, que incluirá efectivos de diversas fuerzas de seguridad, con el objetivo de mantenerse en la región durante un período de al menos 180 días. Esta medida busca garantizar la seguridad en un tramo de 25 kilómetros de frontera con Brasil.

Según funcionarios del gobierno, Bernardo de Irigoyen —con aproximadamente 35.000 habitantes— se ha transformado en un punto crucial para el tráfico de drogas y armas debido a la operatividad de bandas criminales vinculadas a estos grupos brasileños.

La región presenta un flujo constante de personas y mercancías, estimándose en alrededor de 1.000 cruces diarios, tanto de productos legales como ilegales, a través de pasos no autorizados.

“Las diferencias de precios entre Argentina y Brasil fomentan el contrabando, especialmente de cigarrillos, electrodomésticos, alimentos, vinos y ganado”, detalló la resolución sobre el contexto de seguridad.

El impacto de la presencia de estos grupos ha desencadenado delitos graves, incluyendo el sicariato, la trata de personas y provisión de armas. El gobierno argentino asumió que la porosidad de la frontera y el movimiento de mercaderías dificultan el control total y efectivo por parte de las fuerzas de seguridad federales.

Se estima que el PCC, originado en São Paulo en los años 90, tiene el control de la red criminal más grande de Brasil, con operaciones en todos los estados. Por su parte, el Comando Rojo, que data de los años 70, ha evolucionado de ser un grupo encarcelado a un actor crucial en el tráfico de cocaína en asociación con carteles colombianos.

Desde que el PCC tomó dominio de una ruta clave de narcotráfico hacia Paraguay, el Comando Rojo ha comenzado a expandir su influencia en el norte de Brasil.