Activista palestino en EEUU sostiene a su hijo por primera vez tras bloqueos del gobierno

NUEVA YORK (AP) — El activista palestino Mahmoud Khalil logró sostener a su hijo de un mes, Deen, por primera vez el jueves, después de que un juez federal intercediera ante los intentos del gobierno de Donald Trump para mantenerlos separados mediante un divisor de plexiglás. Esta emotiva reunión fue posible justo antes de una audiencia programada sobre su situación migratoria. Khalil, quien es residente legal permanente y graduado de la Universidad de Columbia, se encuentra detenido en una cárcel de Luisiana desde el pasado 8 de marzo.

Khalil fue el primer arrestado bajo un nuevo régimen de medidas implementadas por el presidente Trump contra quienes protestan por la guerra en Gaza. Su caso ha cobrado relevancia, ya que es uno de los pocos activistas que permanece bajo custodia mientras se aguarda su procesamiento tanto en la corte de inmigración como en la federal.

A pesar de que su solicitud para asistir al nacimiento de su hijo el 21 de abril fue negada previamente por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), la situación cambió tras la intervención del juez. Esto marcó un desenlace positivo en medio de una serie de disputas legales en la que sus defensores alegan que Khalil es víctima de represalias políticas por parte del gobierno.

La negativa inicial del gobierno a permitir una visita de contacto entre Khalil y su familia provocó una amplia controversia. Según datos judiciales, el Departamento de Justicia indicó que permitir tal visita otorgaría a Khalil un privilegio indefendible, ya que tales encuentros no son comunes para otros detenidos. En lugar de acercarse a su familia, se previó que la visita se realizara a través de un divisor, lo que generó rechazo por parte de sus abogados, quienes defensores argumentaron que su esposa e hijo no representan un riesgo.

Abdalla, la esposa de Khalil, que había recorrido más de 2.400 kilómetros hasta el centro de detención, describió la postura del gobierno como otra forma de violencia deliberada, conectando su sufrimiento con las luchas de muchas familias palestinas separadas por la guerra y la opresión. En sus documentos legales, se detalló que la negativa del gobierno representa un intento de humillar a Khalil y a su familia, reflejando una política de detención cruel que afecta a comunidades vulnerables.

El juez Farbiarz está considerando la solicitud de liberación de Khalil mientras su apelación se abre paso en la corte de inmigración de Luisiana, donde se ha dictaminado la posibilidad de su deportación. A pesar de no existir acusaciones criminales contra él, el gobierno busca su expulsión basándose en la creencia de que sus actividades activistas ponen en peligro los intereses de política exterior de EE.UU. La audiencia de inmigración programada para el jueves generó incertidumbre sobre la posibilidad de que su hijo esté presente.

La actitud del gobierno ha generado críticas amplias y plantea interrogantes sobre los derechos de los detenidos en situaciones como esta, donde cuestiones familiares son ignoradas dentro del marco legal de deportación y detención.