¿Qué hacer con la realidad que nos toca?

El reconocido escritor y conferencista español Borja Vilaseca se presenta hoy mimércoles 5 de noviembre en la Ciudad de Córdoba, en el Teatro del Libertador en el marco del evento “Mentes Expertas”. Referente del desarrollo personal y autor de libros como Ser feliz es fácil, Vilaseca conversó con Diversidad sobre el desafío de vivir con coherencia, la importancia del autoconocimiento y el rol de la educación emocional en una sociedad cada vez más desconectada.

Provocador por naturaleza, Vilaseca sostiene que el título de su libro fue un gesto deliberado frente a lo que llama “una epidemia mundial de infelicidad y enfermedad mental”. “Decir que ser feliz es fácil es una provocación —admite—, pero cuando te conocés a vos mismo y empezás a vivir en coherencia con tu esencia, descubrís que la felicidad está mucho más cerca de lo que parece. Es un trabajo diario”.

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En diálogo con Diversidad, Vilaseca se refirió especialmente a las familias que conviven con situaciones de discapacidad o condiciones diferentes. “¿Quién cuida de las personas que cuidan?”, se preguntó. “Si los padres no están bien, si no se sienten a gusto habitándose, todo se vuelve insostenible. Cuidar al cuidador es una responsabilidad existencial. Solo desde el propio bienestar emocional podemos acompañar con amor y equilibrio”.

El autor también subrayó la necesidad de dejar atrás el victimismo y abrazar la resiliencia como actitud frente a la adversidad. “El gran problema de nuestra sociedad no son las tragedias, sino la falta de herramientas emocionales para enfrentarlas. Nos hemos acostumbrado a proyectar culpas y a evitar el crecimiento personal, cuando crecer implica dolor, revisión y sanación”, explicó. Inspirado en el estoicismo, defiende la idea de que “cada obstáculo es una oportunidad de evolución y de conexión con una fortaleza que no sabíamos que teníamos”.

Vilaseca apuntó además contra el sistema educativo actual, al que considera “un proceso de condicionamiento que no prepara para la vida”. Propone reemplazarlo por una educación consciente, personalizada y basada en inteligencias múltiples —emocional, espiritual, creativa, financiera— que formen adultos autónomos, responsables y felices. “La crisis que vive Argentina —y que España también está comenzando a transitar— es el reflejo de un modelo que necesita reinventarse. Pero soy optimista: donde hay crisis, hay posibilidad de despertar”, afirmó.

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Su presentación en Córdoba, promete, será una mezcla de reflexión profunda y humor. “Durante dos horas, el público se va a reír de sí mismo. El humor es imprescindible para hablar de cosas serias. Cuando te conocés y hacés cuatro clics internos, la vida se vuelve mucho más liviana”, asegura.

Borja Vilaseca llega con un mensaje claro y necesario: la felicidad no depende de lo que nos pasa, sino de cómo elegimos habitarnos. Un recordatorio potente en tiempos de ansiedad y ruido, donde el primer paso hacia el bienestar, insiste, es aprender a mirarse hacia adentro.

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Argentina, una crisis que puede despertar conciencia

Durante la entrevista, Borja Vilaseca se detuvo especialmente en la situación que atraviesa la Argentina. Desde su mirada, el país vive un momento de profundo malestar social, pero también de gran potencial para el cambio. “Argentina es uno de los lugares del mundo donde hay más conciencia —afirma—. Las crisis constantes obligan a la gente a conocerse, a reinventarse, a despertar el ingenio y la creatividad. Cuando un país toca fondo, también se abre la posibilidad de un nuevo comienzo”, planteó.

Para Vilaseca, el contexto argentino refleja un desafío que tarde o temprano alcanzará a otras naciones. “España está transitando un camino similar al que Argentina ya recorrió. Las políticas económicas, la falta de educación financiera y el descontento social son síntomas de un modelo que se agota. Pero si se enfrenta con sabiduría, puede convertirse en una fuente de innovación y de liderazgo social”, señala.

El autor sostiene que, paradójicamente, las sociedades más desarrolladas tecnológicamente son también las que registran mayores niveles de ansiedad, depresión y desconexión. “A mayor crecimiento material, mayor sufrimiento emocional. Nos falta educación espiritual, emocional y financiera. Por eso, mientras algunos países siguen persiguiendo el progreso económico, otros, como Argentina, pueden transformarse en pioneros de un cambio de conciencia global”, concluye.