Los desafíos que enfrentan las familias con hijos con altas capacidades

"Nos encontramos con una triste realidad: la educación no está preparada para chicos con este tipo de talento", afirma Nelson, padre de Valentino (9) e Inés (6), el mayor diagnosticado con altas capacidades y la más pequeña como niña talento. Junto a su esposa Johana, compartieron en Diversidad la experiencia de criar hijos con un desarrollo intelectual adelantado y las dificultades que enfrentan dentro del sistema educativo.

Según relatan, la primera señal fue la facilidad con la que Valentino aprendía por su cuenta. “Nunca le enseñamos a leer, cuando nos dimos cuenta ya lo hacía solo”, recuerda Johana. Sin embargo, cuando la familia llevó a la escuela los estudios realizados en la Facultad de Psicología de la UNC que confirmaban el diagnóstico, no encontraron respuestas. “Los docentes no están capacitados para incentivar a estos niños, para sacarles provecho a sus capacidades. Todos tienen que ir al mismo nivel, y eso genera frustración”, explica Nelson.

Valentino, apasionado por la astronomía y la matemática, reconoce que muchas veces se aburre en clase: “Le molesta a la maestra que yo esté más avanzado”, cuenta. También le cuesta hacer amigos: “Me gusta que todo tenga lógica y no haya errores. Corrijo mucho y a veces los chicos se enojan”.

El acceso al diagnóstico tampoco fue sencillo. Johana relata que solo en la Facultad de Psicología de Córdoba existe un área especializada en neuropsicología para estos casos, con largas listas de espera. “Mucha gente ni siquiera sabe que este servicio existe, y por eso muchos niños son diagnosticados erróneamente con TDA o TEA”, advierte.

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La falta de un plan de estudios adaptado, tanto en escuelas públicas como privadas, deja a estas familias sin opciones claras. “Hay mucho que pelear. Si en casa no los entendemos, es la peor parte. Pero mientras se sientan acompañados, ya es un montón”, reflexiona Nelson.

Valentino, que a los tres meses de recibirlos ya había terminado de leer todos los libros de Harry Potter, sueña con un espacio donde pueda aprender a su ritmo. Su hermana Inés, también lectora precoz, disfruta de lengua, matemáticas y catequesis. Entre juegos, peleas de hermanos y lecturas de Gaturro, ambos esperan que la escuela algún día sepa cómo acompañarlos.

"Queremos que otros padres no se sientan solos. Que sepan que hay diagnósticos, que se puede buscar ayuda, y que estos chicos necesitan ser contenidos y comprendidos para desplegar todo su potencial", concluye Johana.

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En el Servicio de Neuropsicología de la UNC se realiza una consulta gratis para la detección e identificación de altas capacidades en niños y niñas de 4 a 10 años. Sin embargo, tiene lista de espera de casi un año para llevar a cabo la evaluación.

Por consultas comunicarse al mail snpinfantil@gmail.com o en el Instagram @snp.areainfantil.

También en esta búsqueda de contención y apoyo, existe la Asociación Argentina de Altas Capacidades, que aglutina a las familias de niños con estas cualidades.