Spoiler

Política y Economía

Spoiler

01/11/2018 | 10:09 |

Aunque más de una vez se afirma que el mundo está enfermo de realidad, no hay nada como la ficción para agitar las aguas de la polémica. 

María Rosa Beltramo

Sin ningún descubrimiento que justifique inscribir sus nombres en los libros de historia, los científicos rusos Sergei Savitsky y Oleg Beloguzov se han ganado un breve espacio en la crónica roja y la seguridad de que serán recordados como protagonistas de la primer tentativa de homicidio en la helada y solitaria geografía de la Antártida. Los motivos son tan sorprendentes como el episodio que terminó con Sergei de regreso a San Petersburgo y Oleg en una cama del Hospital Magallanes de Chile.

Integrantes del Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida , después de cuatro años de convivencia en la Estación Bellingshausen de la Isla Rey Jorge, Savitsky, de 55 años, apuñaló a Beloguzov, de 52, harto de que le arruinara su principal diversión, la lectura, revelándole el final del libro cuando él apenas lo iniciaba o andaba por la mitad.

Dos diarios ingleses que investigaron las causas del ataque reunieron evidencia sobre la inveterada costumbre de Oleg que parecía experimentar un placer increíble en arrebatarle a su compañero la posibilidad de avanzar a su propio ritmo en una novela y saborear la trama, haciendo especulaciones sobre el final.

La pesquisa de The Mirror y The Sun no incluye cuál fue el título que marcó el final de la amistad pero tiene que haber sido una obra lo bastante apasionante como para justificar tamaño arrebato. Aunque los trabajadores de la estación rusa tienen acceso a dos canales de televisión e instalaciones deportivas, lo que realmente atraía a los científicos era la biblioteca y su variada oferta de ficciones.

Claro que mientras uno disfrutaba de las historias, a su compañero lo que más le importaba era alterar la inocente distracción del otro lector con ese perverso mecanismo que técnicamente se denomina spoiler y que si bien aquí se ha registrado en el ámbito literario, es más habitual en el de las series televisivas y el cine.

Oleg Beloguzov y Sergey Savitsky, protagonistas del primer ataque con cuchillo registrado en el continente blanco.

El esfuerzo que ciertas producciones realizan para evitar que se filtren los contenidos de las series más populares suele estrellarse contra la insensibilidad de los hackers que se plantean como una cuestión de honor difundir el nombre del asesino. Los responsables de Game of Thrones, por caso, decidieron que la serie terminará en el primer semestre de 2019.

Los millones de seguidores en todo el mundo esperan el reencuentro con la historia de George R R Martin durante un año que se les hace largo pero en el que cada mes aparece algún “terrorista“ argumental que desnuda muertes y partes escogidas del guión.

Probablemente harto de la helada monotonía antártica es que Belugozov desarrolló esa manía de arruinar le diversión de Savitsky. No es cosa  de todos los días que hombres obligados a colaborar entre sí en un ambiente hostil como el del continente blanco, finalicen una discusión a cuchillazo limpio, pero también es cierto que es riesgoso dedicarse a molestar sistemáticamente al prójimo con quien se está obligado a convivir.

Oleg, de pelo larguísimo y barba, aparece con cara de asombro, reponiéndose en un hospital chileno. De su ex amigo, el calvo Sergei, no hay  nuevas fotos pero dicen que está arrepentido.

Las autoridades rusas están resueltas a investigar exhaustivamente lo que califican de brote psicótico. Tres años antes de lo que casi arruina dos vidas, la serie argentina Cromo mostraba a dos científicos en la Base Marambio interrumpiendo una amistad de años para enfrentarse en una lucha sin cuartel que los colocaba al borde de la muerte.De nuevo, la naturaleza imita al arte.