Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española (RAE) (Foto: Excelsior)

Maravillas de este siglo

Solo otra discusión bizantina

11/03/2023 | 13:18

 

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

Como si se tratara de un encuentro de la directiva de la AFA cuando hay que decidir los descensos, el escritor Arturo Pérez Reverte había vaticinado que el último pleno de la Real Academia Española sería "tormentoso".

Según la terminología que le gusta emplear al periodismo peninsular, había una tremenda "expectación"; tanto que el hall del edificio ubicado junto al Museo del Prado se llenó de cronistas ansiosos por cubrir la primera pelea del año.

Es que los hombres y las mujeres designados para vigilar la excelencia de la lengua de Cervantes tenían que despejar dudas sobre si la palabra 'solo' va o no con tilde cuando significa 'solamente'.

Y eso, aunque parezca mentira, ha consumido ríos de tinta y alentado furibundas polémicas desde que en un lejano día de 2010 se le ocurrió a la RAE eliminar la obligatoriedad de tildar "solo" cuando se empleaba como adverbio para diferenciarlo del adjetivo.

Es mejor que nadie pierda tiempo tratando de rastrear las razones de esa determinación. Como en un buen film de gangsters no hay que perder las esperanzas de que alguna vez alguien de voz aguardentosa se pregunte , ¿que por qué lo hago? y conteste “porque puedo”.

Por supuesto, la resolución fue adoptada por alguien en perfecto uso de sus facultades mentales, pero probablemente con un extraño sentido del humor o quizá en una de esas jornadas en las que debió hacer caso del horóscopo que le recomendaba no tomar decisiones definitivas.

Como sea, trece años atrás voló la tilde y desde entonces hay académicos que se miran mal porque se saben habitantes de dos universos irreconciliables. Está clarísimo que el sector que perdió la batalla del acento ortográfico nunca se resignó y en privado aplaude actitudes como la de Mario Vargas Llosa que ignoró olímpicamente la directiva de 2010 y siguió usando la tilde.

La RAE ha tenido en los últimos 13 años respuesta para asuntos especialmente controvertidos -al tope de todos figura el lenguaje inclusivo- pero cada vez que algún intelectual o escritor mentaba el adverbio solo, los expertos miraban para otro lugar o cambiaban de conversación.

Pero siempre aparecía como un pendiente el 'sólo' y hace alrededor de un mes los fundamentalistas de la tilde salieron a festejar el retorno a la situación anterior a la del 2010. Pero no, el otro bando apareció para explicar que, en realidad, no había cambios y que continuaban las mismas disposiciones que hace 13 años.

El jueves, tras el pleno en el que según algunos observadores, podía correr sangre, se presentó ante los periodistas el mismísimo Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, y aseguró que reinaba la paz y como prueba manifestó "ya ven que vengo sin ningún apósito".

En resumidas cuentas el académico sostuvo que todo está como era entonces. Lo que Real Academia aprobó en la sesión anterior por consenso, aunque no por unanimidad (hubo un académico en desacuerdo) fue una aclaración, un inciso al redactado actual de la regla, por el que se señala que "en los contextos en los que haya riesgo de ambigüedad se puede usar la tilde si aprecia la ambigüedad el que escribe".

Para mayor claridad, el Diccionario Panhispánico de Dudas dirá ahora: "Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad. Es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad".

El director de la academia ha afirmado también que no tiene la impresión de que, en este tema, haya vencedores y vencidos. Y como el hombre no piensa dar el brazo a torcer, clausuró la discusión con una última advertencia: "No es una modificación de las reglas, es una modificación de la redacción de las reglas".

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