Donald Trump se encamina a su reelección.

Maravillas de este siglo

Sin rivales a la vista

05/02/2020 | 08:55 |      

María Rosa Beltramo

Los demócratas que aspiran a retornar a la Casa Blanca tuvieron una experiencia para el olvido en Iowa, el estado que tradicionalmente oficia de termómetro cuando para esta época comienzan a elegir delegados en primarias que constituyen el escalón inicial de la campaña que culminará con un nuevo presidente en noviembre. 

La contienda inicial debía estar resuelta, a más tardar, cerca de las 22 horas del pasado lunes, pero la incertidumbre persistió y los candidatos se dispersaron sin conocer los resultados luego que los supervisores denunciaran “inconsistencias” y la imposibilidad de proclamar a un ganador.

“Desastre absoluto” dijo Donald Trump que disfrutó de una victoria holgada en las filas republicanas, tras enfrentar a Joe Walsh y el exgobernador de Massachusetts Bill Weld, quienes apenas lograron cada uno el 1 por ciento de los votos. 

Sin rivales internos que pongan en riesgo su candidatura ni alguna estrella ascendente en las filas de la oposición, el inclasificable mandatario norteamericano se encamina a revalidar sus títulos, pese a los cuestionamientos permanentes que enfrenta.

Al amparo de una realidad económica que incluye auspiciosos niveles de empleo y actividad industrial, el millonario al que le gusta coronar rascacielos con su nombre en caracteres dorados, se prepara para intentar un segundo mandato después de una irrupción casi inesperada en la alta política mundial, siempre rodeado de críticas furibundas, que ignora con descaro o réplica-cuando le conviene- con la maledicencia de un tuitero adolescente.

Pocos dirigentes han merecido la cantidad y calidad de objeciones que acumula el cuadragésimo quinto presidente estadounidense, maltratado por el periodismo como ninguno y caricaturizado hasta la exasperación por conductores con chapa de humoristas que se permiten castigarlo sin tregua y poner en duda su coeficiente intelectual.

Con excepción de las pantallas de Fox, donde sigue siendo amo y señor, el resto de los medios alterna críticas elaboradas y chistes de ocasión sobre Trump mientras él sigue viviendo en una suerte de realidad paralela en la que acumula poder, crece sin que le hagan sombra y comienza a apuntalar los cimientos de su segundo mandato.

A esta altura de su gestión y con los comicios a tiro de piedra,lo más preocupante para la oposición es que no haya aparecido una figura relevante que permita alentar expectativas a los que no logran acostumbrarse a cierta imprevisibilidad del jefe de Estado ni a esa tosca forma de gobernar que con peligrosa frecuencia lleva a considerar el mundo como un lugar demasiado inseguro.

Lo cierto es que cuando la oposición se proponía exhibir superioridad institucional, llegó la elección de Iowa, su falta de definición y Bernie Sanders declarándose ganador por las suyas a falta de alguna autoridad que le levantara la mano.Poco después, casi como un símbolo de la impotencia demócrata, la televisión mostró en vivo y directo a Trump enumerando éxitos de gestión y a su lado la dirigente demócrata Nancy Pelosi rompiendo la copia del discurso presidencial. DT se corta solo y en frente todavía no se recuperan de la derrota anterior.