Sociedad

Lujo

16/03/2018 | 10:32

Si un grupo de influyentes de España tiene éxito con el reclamo que acaba de formular, cuando llegue diciembre y la Real Academia Española modifique el diccionario, la palabra lujo tendrá un significado adicional.

Los que pretenden reescribirlo son hombres y mujeres que integran el denominado Círculo Fortuny, representantes de empresas y fundaciones que producen artículos y servicios exclusivos y creen haber descubierto que la palabra tiene un matiz negativo.

La RAE reserva para lujo "demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo", "abundancia de cosas no necesarias" y "todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo", además del agregado "lujo asiático.m.lujo extremado". Carlos Falcó, marqués de Griñón, presidente del Círculo Fortuny y productor responsable de nueve marcas de vino y una de aceite de oliva, ha sido el encargado de advertir que lo que a él y a su sector lo enorgullece, tiene algo de mala prensa.

Tal vez sea por lo de "demasía" o lo de "abundancia" y a la conexión casi automática que se registra entre lujo, poder y dinero, pero lo cierto es que los miembros del selecto grupo que se jacta de haber creado en tres años 200 mil puestos de trabajo y crecido en el mismo período un 28 por ciento, verían con buenos ojos que la lengua fuera más benigna con la característica que ellos mismos le atribuyen a sus productos.

Para tener una idea más cabal de los resortes que manejan los denominados 40 magníficos, hay entre ellos responsables de cadenas de hoteles, bodegas, laboratorios y marcas como Cartier, Bulgari o Luis Vuitton. Es gente que maneja fortunas pero además quiere que el fruto de su labor no se vea ensombrecido por ninguna interpretación errónea.

Fue el marqués de Griñón el encargado de realizar la presentación ante la RAE en la que explica que, tal como lo consignan hasta ahora los diccionarios, el lujo aparece como "algo reservado a los ricos y que, de alguna manera, es ocioso y no sirve para nada". Como para que sus observaciones no quedaran como una mera queja, el presidente de Círculo Fortuny se despachó con una sugerencia y un ejemplo.

Narró entonces que tras un período de ausencia de su hija Xandra le había cocinado una tortilla de papas con el primer aceite de su cosecha, en un día soleado y al aire libre. "Esto es un lujo y hay que mantener esta definición", dijo, mezclando sabiamente la emoción, el afecto y un plato típico como para despegarse de la abundancia y la demasía.

El almuerzo con su primogénita -e integrante ella también de los 40 magníficos- con el que Falcó quiso llevar el lujo al territorio de los sentimientos, difícilmente consiga desconectarse del tema del poder y el dinero porque el ejemplo elegido incluye el detalle del primer aceite de una cosecha que ronda las 250 mil toneladas, un tercio de la producción española, producida en su totalidad en los campos del hombre que quiere cambiar el diccionario.

La petición ha sido respaldada por Enrique Loewe, presidente honorífico de la firma que lleva su nombre y que es una de las marroquinerías más importantes de Europa, proveedora de la Casa Real desde 1905. Los miembros de la RAE han admitido el reclamo pero también advirtieron que el proceso que los lleva a modificar el diccionario no es rápido ni simple y requiere del análisis y el acuerdo de las 22 academias hispanoamericanas.

Sí, como se supone, los custodios de la lengua se muestran receptivos a las sugerencias de los hombres más ricos de España, a fin de año el lujo tendrá un costado del que hoy carece y habrá lujos más democráticos, incontaminados por el poder y el vil metal.