Maravillas de este siglo.

Maravillas de este siglo

Lenguas filosas

03/07/2023 | 09:40

 

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

El idioma español seguirá durante muchos años con la denominación de siempre a pesar de la quijotesca campaña que iniciaron algunos de los que lo hablan para que lleve un nombre que incluya a los más de 500 millones que lo tienen por lengua madre y que nacieron lejos de la península ibérica.

Pero si es verdad que  lo bueno  está en el camino, más que en el destino hasta que llegue el día del cambio, podremos divertirnos con la pelea que tiene, en un rincón de este lado del Atlántico, a Martín Caparrós y en el otro, en una recoleta zona de Madrid, a los sucesores de Víctor García de la Concha, figura señera que supo administrar con mano de hierro los destinos de la Real Academia Española.

El intelectual argentino es, ya se sabe, un tipo molesto, empeñoso y casi un pionero en el intento -hasta ahora estéril- de rebautizar el idioma que, según lo explicó con poesía y fundamento, se ha formado "con la respiración de muchas lenguas y que no se atribuye a ningún reino".

El hombre sugiere que para que los nativos americanos no tengamos que mentar siempre a nuestros conquistadores, el que ahora llamamos español pase a designarse como americano.

Desde que acuñó la palabreja y empezó a promoverla en sus propios escritos, el periodista porteño ha recibido de algunos de sus colegas españoles y de representantes de la RAE, un trato similar al que el conductor televisivo y radial Eduardo Feinmann suele dispensarle a estudiantes secundarios que intentan discutir con él en lenguaje inclusivo.

Un par de meses atrás Arturo Pérez Reverte lo trató con más enojo que elegancia de gilipollas y ahora el director de la Real Academia, Santiago Muñoz, lo ninguneó al calificar su iniciativa de "ocurrencia".

Y sin entender el fondo de la cuestión, el gendarme oficial de la lengua sostuvo que "nadie pone en duda que la lengua se llama español o castellano". "Nuestra Constitución dice castellano y en América se usa castellano o español".

Y remató: "Es una ocurrencia que como ocurrencia está bien".

Decir que Caparrós enloqueció sería un exceso, pero hay que admitir que le añadió a su perpetuo gesto severo una mueca de desencanto.Y antes de que se disipara su cólera, corrió a la cuenta de Twitter para tratar de poner en caja a Muñoz.

“El director de la RAE dice que lo que yo pienso sobre nuestro idioma es una 'ocurrencia', así que lo busqué en su diccionario.‘Ocurrencia: Idea inesperada de hacer algo o pensamiento original y repentino sobre algo que hay que hacer".Y cerró: "Usté sabrá, doctor”.

Y mientras se prepara para otro round, defiende su deseo de ser  "ñamericano" porque "somos los que tenemos esa letra en nuestras vidas. Ñamericanas, digo, ñamericanos, digo, señoras y señores, niñas, niños: la gente de Ñamérica".

Reunir voluntades para institucionalizar el ñamericano no será fácil, pero ya hay intelectuales que respaldan el cambio.

El mexicano Juan Villoro, por ejemplo, opinó que llamar español a un idioma en el que la quinta parte de sus hablantes son mexicanos es un arcaísmo.

A mitad de camino entre la RAE y los que quieren renombrar la lengua, el peruano Alonso Cueto afirmó que “La idea de la pureza de la lengua es inútil y anacrónica” y celebró el "tráfico" de palabras a ambos lados del Atlántico.

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