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Maravillas de este siglo

La defensora

09/05/2022 | 09:51 | Por María Rosa Beltramo.

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

Tras el procesamiento de José Alperovich por abuso sexual a su sobrina, la esposa del ex gobernador tucumano y ex senadora Beatriz Rojkés rechazó las acusaciones y aunque por la contundencia de las pruebas tuvo que admitir una relación entre ambos, sostuvo que lo más probable es que su marido le haya sido infiel con la joven.

En su relato cambió el abuso, que es un delito, por una falta que, en todo caso, sólo la tendría a ella como perjudicada. De paso, sacó a Alperovich del lugar de agresor en el que lo coloca la denuncia y le atribuyó la condición de víctima del feminismo, un movimiento que, a su juicio, está estropeando el mercado laboral porque sus amigos empresarios tienen miedo de contratar mujeres o de compartir con ellas un ascensor.

Aunque su estrategia es transparente –despegar al ex mandatario de una causa que podría significarle años de cárcel- las declaraciones sorprendieron a algunos y les hicieron recordar a otros los habituales y controvertidos pronunciamientos de una dirigente que ha hecho de la incorrección una bandera.

Sentada en su banca de la cámara alta y en medio de una discusión con su colega Silvia Elías en 2015 afirmó que “la violencia se da de a dos, como en un matrimonio de violentos y golpeados, la violencia se da de a dos".

Además de exhibir, en ocasiones, una alarmante falta de empatía, Rojkés es famosa por no detenerse a considerar la conveniencia de abrir o no  la boca en función de lo que ocurre a su alrededor. En 2010 se reunió con Dora Yáñez, cuyo hijo se había suicidado luego de haber consumido drogas y cuando la mujer le pidió ayuda, la senadora le dijo: "Al menos ahora, Dora, vas a poder dormir tranquila, porque tu hijo no está más en la calle".

Dos años más tarde la consultaron sobre el asesinato de una niña de 6 años y para despegar a su marido, el gobernador, de cualquier responsabilidad institucional dijo: "No podemos tener al señor Estado a la par de la familia que está borracha y permite que una nena de 6 años ande sola”.

Durante las inundaciones de 2015 enfrentó a un grupo de damnificados que reclamaban airadamente ayuda estatal y dirigiéndose al más exaltado le gritó: "Yo tengo diez mansiones, no una, pero estoy acá. Yo podría estar ahora en mi mansión, pedazo de animal, vago de miércoles". Esa vez, al menos, tuvo réplica. El inundado le respondió: "¿Vago me decís? ¡Ustedes son todos ladrones!".

Con esos antecedentes no debería llamar la atención que ni siquiera contemple la posibilidad que los cargos que su sobrina formuló contra su marido sean reales. Prefirió describir a la acusación como una escalada en una campaña de inconfesable intencionalidad política que empezó hace años.

Enterada de los chats que están en poder de la Justicia aceptó sí un probable amorío entre el ex gobernador y la denunciante pero rechazó el abuso. Recordó que ella y Alperovich son parte de una familia tradicional “donde todo tiene que funcionar” y al sugerir que la denuncia es falsa afirmó que “hay muchos jovencitos” que se han quitado la vida al recibir ese tipo de imputaciones.

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