Ariel "Gitano" Acuña.

Maravillas de este siglo

Justicia tumbera

23/11/2021 | 08:44 | Por María Rosa Beltramo.

María Rosa Beltramo

La historia debería figurar en cualquier tratado de criminología que se ocupe de la evolución del delito. Un pirata informático de esos cuyo talento en cualquier momento puede trasladarlo de la clandestinidad a un honorable empleo rentado, se animó a robarle a Ariel Acuña, más conocido por su alias de “El Gitano” y por su pertenencia a la temible banda de Los 12 Apóstoles.

Ese grupo ayudó a escribir con sangre la dramática crónica carcelaria del motín del 96 cuando en Sierra Chica tomaron a 17 rehenes, incluida una jueza, y terminaron matando a 8 de sus propios compañeros de infortunio. Entre otros detalles por los que consiguieron fama de peligrosos, figura el de la elaboración de empanadas para todo el penal, con relleno preparado con la carne de sus víctimas.

El morbo que generó ese tema es tan grande que Acuña dice ahora que vive de su canal de Youtube, al que siguen unas 50 mil personas y en el que atesora 250 videos entre los que destacan varios en los que prepara empanadas, ahora con carne vacuna, pollo o jamón y queso.

Ese canal, lleno de anécdotas carcelarias, con recomendaciones, recetas, música y guiños dirigidos a esa particular audiencia de gente fascinada por cierta clase de muertes, fue hackeado por alguien que no le tiene miedo al Gitano, su pasado y sus amigos. El pirata le reclama una importante cantidad de dinero para restituirle ese espacio virtual que, según él, es su actual y honesto medio de vida.

Por supuesto Acuña no adhiere al dicho popular según el cual el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. “Estos días que me quedé sin canal, sin contacto con la gente que me sigue, sin las redes, salvando las distancias me sentí como privado de mi libertad”, se lamenta .

La motivación de sus seguidores habría que consultarla con ellos; en cuanto a Acuña, él dice que no hace apología del delito y que lo que pretende es recomendarle a los jóvenes que elijan el camino del trabajo y del estudio. Después de 28 años en la cárcel y de haber arreglado sus cuentas con la ley, el ex integrante de Los 12 apóstoles está convertido casi en un hombre sensible al que le hacen daño imágenes de enfrentamientos carcelarios.

Eso dice, aunque para el aniversario del motín de Sierra Chica arregló retornar al escenario del crimen con periodistas de un portal a quienes les relató la parte más truculenta de la historia.

“Elegíamos las nalgas para cortar y hacer la comida. La droga nos la daban los guardias. Había mucho odio porque nos hicieron la vida imposible. Nos maltrataban y no nos daban de comer; una vez tuve que morfar un jabón”. Por supuesto, también habló sin medias tintas de los partidos de fútbol que supuestamente jugaron con las cabezas de los muertos. Y hasta pudo justificarse y todo.

“Una era de un tipo miserable, que era muy sucio jugando a la pelota y además de violar a los chicos era buchón de la cana”. El Gitano expuso en ese orden, las faltas por las que el que perdió la cabeza se merecía el uso que le dieron los otros presos.

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