El reino de Argentina

La inminencia de procesos electorales suele estar acompañada de la irrupción de agrupaciones y dirigentes que pugnan por encontrar su lugar bajo el sol, con propuestas disruptivas. Este año no será la excepción; ya tenemos negacionistas, antivacunas y libertarios y acaba de arrimar su oferta el Movimiento Monárquico Argentino que hasta tiene candidata para terminar con una institución, la República, que a juicio de sus mentores sólo atraso y corrupción le ha aportado al país.

Uno de sus impulsores, Mario Santiago Carosini, asegura que lleva cuarenta años atesorando tamaña iniciativa, que permitiría acabar con la "corrupción estructural" y "llegar a mejores índices de desarrollo, bienestar y nivel de vida". A diferencia de los que encuentran el origen del mal en algún gen defectuoso de nuestro ser nacional, los fundadores del MMA consideran que el problema es la forma de gobierno.

Para facilitar el cambio institucional los monárquicos sostienen que, una vez aprobado su proyecto en el congreso nacional, deberíamos coronar a Alexia de Orange, la hija del medio de Máxima y Guillermo. No fundamentaron demasiado la elección pero se supone que la adolescente tiene cierta experiencia en estos temas del reinado porque nació en palacio y forma parte de la línea sucesoria en los Países Bajos.

Pero el verdadero modelo de nuestros realistas vernáculos no es ese lugar, sino Suecia. El vocero de la agrupación explicó que allá “los diputados se planchan su propia camisa y viven en un monoambiente” y el sistema funciona sin lujos ni gastos excesivos. La constitución del Reino de la Argentina es, por ahora, sólo un anteproyecto, pero sus responsables planean darle un impulso definitivo a partir de un encuentro que realizarán en Córdoba.

En cuanto a la teoría política que sustenta el andamiaje de la futura monarquía, el MMA postula que el gobierno y el estado son dos instituciones separadas y diferentes, indebidamente reunidas por la República en la figura de un presidente. Ahí reside según ellos la génesis de la pobreza, la corrupción y el atraso.

Los monárquicos se ocupan de recordar que la mayoría de nuestros héroes reivindicaban esa forma de gobierno y citan en apoyo a su iniciativa, los casos de José de San Martín, Manuel Belgrano y Juan Bautista Alberdi. Mientras preparan un encuentro en Brasil y un lanzamiento a toda orquesta en Córdoba, los que defienden la necesidad de tener una reina afirman que en todo el país hay un millón de argentinos que alientan el cambio de sistema. 

Por ahora apenas si pueden mostrar un puñado de seguidores en sus redes sociales, pero quizá esa modestia se deba únicamente a que internet no es un terreno fértil para tradicionalistas.