Ana Rosenfeld.

Maravillas de este siglo

El negocio de la infidelidad

06/03/2023 | 10:17

Por María Rosa Beltramo.

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

Han transcurrido 28 años de la sanción de la ley 24.453 que suprimió el delito de adulterio del Código Penal argentino. Salvo grupos de presión conservadores, y ligados a sectores confesionales, la sociedad recibió con agrado la despenalización de una conducta que suele merecer reproches éticos pero que a esta altura de la civilización no podía seguir figurando entre las faltas punibles.

Lo cierto es que desde 1995 la infidelidad figura sólo entre las causales de divorcio. La precisión viene a cuento de la pública queja de la abogada Ana Rosenfeld, una especialistas en divorcios de celebridades argentinas, que ha lamentado la reforma del código y sugerido que las rupturas matrimoniales del pasado estaban mejor justificadas.

Mediática, con una facturación que muchos de sus colegas envidian después que logró promocionarse como el terror de los maridos - incluso le puso ese nombre al libro en el que comentó algunas de sus victorias tribunalicias-dice que extraña la época anterior al 95

La mujer que se ocupa de la preservación y el fortalecimiento del patrimonio de Wanda Nara ha cimentado su fama no tanto por su presencia en los pasillos de tribunales como por su participación en los programas de la tele donde se las apaña para instalar los temas que le convienen y trata de ganar la batalla ante la opinión pública.

Rosenfeld sostuvo que después de la reforma del 95, “la gente se separa y los deberes de fidelidad quedan solamente reservados a la moral de la persona. ¿Si está bien que ya no sea delito? A mi criterio, no. Yo fui la primera detractora del Código Civil nuevo con respecto a eso. Para mí tendrían que haber seguido existiendo las causales”.

La argumentación tiene poco que ver con cuestiones jurídicas. La letrada deja de lado cualquier aspecto legal para advertir que “vos no podés permitir que te usen, se aprovechen de vos, tengan una vida paralela y ¡me divorcio porque me divorcio! Pero ya está, es un hecho. Hoy la gente puede tener vidas paralelas y está todo justificado”.

Da la impresión de que cuando hace esas afirmaciones está pensando más en lo que le conviene a su estilo de defensa mediática de alguna de sus clientas que al trámite formal ante la justicia.

Mal no le va a la letrada oficial de Luciana Salazar, Pampita y Viviana Canosa. Hasta el momento sus dos fracasos más resonantes son su participación como panelista en LAM-duró un mes e hizo mutis por el foro con la excusa de una agenda complicada-y el juicio que le iniciaron tres mujeres que dicen haber sido estafadas porque pagaron honorarios en dólares y no pudieron cerrar el caso.

Pero en la facturación le sigue yendo bien porque sabe cómo encarar su negocio. Ella sostiene cosas controvertidas que transforma en verdades absolutas en función de las características de quienes reclaman su patrocinio: “En los divorcios, el 99,9% de los casos la víctima es la mujer” .

En cuanto a la manera de ampliar su influencia y aumentar su cuenta bancaria, el procedimiento en sencillo. “Yo siempre miro a cámara, y digo: "Señora, usted también tiene derechos’”.

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