Debiluchas

Maravillas de este siglo

Debiluchas

16/05/2019 | 07:57

María Rosa Beltramo

Investido de la supuesta autoridad que le dan la experiencia y el cargo, el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Rosario, Manuel Cornejo, decretó que “el cuerpo de la mujer no está preparado para manejar un colectivo”. Y con esa sencilla y breve oración hizo añicos un dictamen judicial que le daba la razón a conductoras que reclamaron en tribunales por la inobservancia de una empresa a la legislación que dispone un cupo femenino en el transporte público.

Es complicado reivindicar cualquier tipo de derecho si la persona elegida para defenderlo decide que hay impedimentos insalvables para el mero ejercicio de la tarea. Y Cornejo no deja resquicios para atacar su argumentación.

Él menciona la presunta fragilidad de la mujer frente a la portentosa envergadura del vehículo y ante semejante contraste seguro encontrará multitudes de adherentes.

“Es un trabajo duro el del colectivo; me pueden decir que hay muchas mujeres manejando taxis y autos, pero no es lo mismo que un colectivo que tiene chasis y carrocería de camión" ; advierte , ignorando que también hay camioneras y que la regional Córdoba de la entidad gremial que lo tiene como secretario general, está a cargo de una mujer.

Hasta diciembre del año pasado Carla Esteban condujo unidades de la línea 600.

Ahora , tras las elecciones, se ocupa de defender los intereses de sus compañeros y de lidiar con una de las patronales más problemáticas; dos tareas para las que hay que tener el físico y la mente en condiciones, aunque tal vez habría que pasar por el escrutinio de Cornejo para que decida si puede ponerle el cuerpo a las discusiones y salir airosa.

En defensa del jefe de los choferes rosarinos habría que decir que apeló a una argumentación un poco más sofisticada que algunos de los que lo antecedieron en la misión de mantener a las mujeres apartadas de ciertos puestos de trabajo o estudio. Los lectores memoriosos recordarán que cuando se analizaba la posibilidad de abrir a las chicas un tradicional colegio de varones, la negativa más eficaz no tenía fundamentos filosóficos sino arquitectónicos: “no hay baños para mujeres”.

En febrero había 13 mujeres choferes de colectivos en Jujuy.Un vocero de la patronal mencionó entre los inconvenientes más severos, que las empresas tenían que construir un baño exclusivo para ellas.

En Salta una conductora presentó un amparo exigiendo cupo y lo consiguió por lo que ahora hay unas 100 mujeres sobre un total de 1.500 choferes.

Y si hay que acudir a la justicia para exigir el derecho a guiar un colectivo, cuesta imaginar los planteos que tuvieron que hacer las mujeres que quisieron conducir naves espaciales.

La pionera es la rusa Valentina Tereshkova, seleccionada entre más de cuatrocientos aspirantes y cinco finalistas para pilotar el Vostok 6, lanzado el 16 de junio de 1963.

Hasta ahora, de las 525 personas que se le han animado al espacio, 56 son mujeres. Pensándolo bien es probable que el líder de la UTA rosarina opine que no es tan difícil porque esas máquinas no tienen chasis y carrocería de camión.