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Maravillas de este siglo

Certificado de buena conducta

12/09/2022 | 12:47 |  

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

Plácido Domingo fue hasta hace un par de años un artista prestigioso y un hombre intocable. Las acusaciones en su contra que algunos medios se animaron a reproducir chocaron, al comienzo, contra el muro que levantaron la incredulidad de sus seguidores y su propia fama.

La caída que se inició con la primera denuncia de acoso tiene por estos días una cierta aceleración después de que una investigación preliminar vinculara a Domingo con la Escuela de Yoga de Buenos Aires, una secta que, entre otras cosas, se encargaba de arreglar encuentros sexuales entre jóvenes mujeres y hombres poderosos.

La eventual conexión del cantante con el grupo que operaba desde Villa Crespo y combinaba prostitución y lavado de activos, hizo que en Chile suspendieran el concierto previsto para octubre.

Por supuesto, para desmarcarse de probables demandas ya que ni siquiera hay imputación formal,el levantamiento de la función fue atribuido a "problemas de logística".

El tenor, que pasó hace horas por México, proclamó otra vez su inocencia. Simultáneamente designó abogados y les encargó gestionar algún documento que certifique su total desvinculación con los hechos descubiertos en Buenos Aires.

En Argentina fue el sitio elDiarioAr el que investigó las aceitadas y antiguas relaciones -que tendrían unos 25 años de antiguedad- entre el artista español y la organización liderada por Juan Percowicz.

El portal afirma que en 1996, Domingo dio un concierto en el Campo Argentino de Polo de Buenos Aires, donde cerró el show con un fragmento de la ópera Cartas marcadas, compuesta por Susana “Mendy” Mendelievich, miembro histórico de la Escuela de Yoga.

Mendelievich tocó junto a Rubén D’Artagnan González, un violinista de renombre que habría abierto la filial de la secta en Chicago. Siempre según los datos que reunió  la publicación, el cierre de esa presentación fue en un dueto con Verónica ''Loia'' Iácono, en ese momento debutante lírica, y hoy buscada por Interpol por haber participado de la organización.

En el expediente de la causa que se tramita en el juzgado de Ariel Lijo procesaron, recientemente, a 19 integrantes de la organización que lideraba Percowicz por asociación ilícita destinada a cometer delitos y trata de personas con fines de explotación sexual. Además trabaron embargo por 1.200 millones de pesos.

Plácido Domingo describió el vínculo que tenía con los implicados en los términos que lo haría cualquier persona sorprendida por algo que ignoraba. "Era un grupo de amigos, que consideraba músicos, con quienes estuvimos en una ocasión y los invité a trabajar. Desgraciadamente no ha sido así, pero desde luego que yo no tengo nada que ver en eso".

En el expediente hay tres audios que aluden a un tal “Plácido” que solicita servicios sexuales. La documentación que obra en manos de la justicia incluye una carpeta con el sugestivo nombre de "novios" encabezada por un poderoso empresario argentino, propietario de un ingenio azucarero, con el detalle de sus gustos sexuales y los vínculos con el personal femenino "administrado" por los líderes de la Escuela de Yoga.

El tenor quiere ahora un certificado de buena conducta. La otra vez, cuando se acumularon 20 denuncias de acoso, entre mediados de agosto y principios de septiembre de 2019, negó todo. No obstante, apenas las óperas de Washington y Los Ángeles -rozadas por las acusaciones- ordenaron una investigación independiente, terminó aceptando su responsabilidad y pidió perdón "por el dolor causado a las mujeres" que lo denunciaron.

Por el momento lo alcanzan la sospecha de una vieja amistad con los principales implicados y un probable pero no probado, pedido de prostitutas durante su última visita al país. Poco para alguien acostumbrado a zafar, mucho para una celebridad que ha dejado de ser intocable.

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Su nombre apareció vinculado a una conocida "Escuela de Yoga" de Buenos Aires que en realidad actuaba como telón para esconder una secta que durante casi tres décadas habría lucrado con la extorsión, la prostitución y el lavado de dinero.