Adolfo y Alberto Rodriguez Saá

Política y Economía

Adiós, hermano cruel

21/03/2019 | 07:29

María Rosa Beltramo

Se han alternado en el gobierno de San Luis, en las últimas décadas siempre dispusieron de una banca en el Congreso Nacional, uno de ellos hasta llegó a ejercer durante 8 días la Presidencia del país y, siempre parecieron una dupla imbatible dispuesta a plantearse nuevos desafíos, pero los hermanos Rodríguez Saá han roto la alianza porque esta vez en lugar de repartirse civilizadamente espacios de poder, miraron ambos al despacho que hoy ocupa Alberto en Terrazas del Portezuelo .

Nadie sabe hasta dónde llegará la pelea pero ya han ocurrido episodios que presagian una guerra de esas en la que nada queda en pie.

En las últimas horas, el mayor de los hermanos, Adolfo, fue acusado de retirar 14 millones de pesos de la cuenta del partido Justicialista.

La noticia, publicada en el Diario de la República de propiedad de la familia gobernante, daba cuenta de lo ocurrido con esos fondos y en la línea final anunciaba la desafiliación de unas 100 personas por su participación en otros frentes electorales. Entre los desafiliados figuran Adolfo Rodríguez Saá, Carmelo Mirábile y Martín Olivero.

Abogados ambos, militantes peronistas, separados apenas por dos años -Adolfo nació el 25 de julio de 1947 y Alberto el 21 de agosto de 1949- han sido percibidos por el resto de la dirigencia política nacional como las caras de una misma moneda; tan parecidos que hasta les tocó a ambos en suerte el mismo signo del zodíaco, Leo, aunque en el horóscopo chino el mayor es jabalí y el más chico, buey.

El distanciamiento entre los hermanos se hizo notorio el año pasado cuando el senador se alió al bloque de Cambiemos para discutirle al gobernador el destino de un fondo de 700 millones de pesos.

El oficialismo quedó en minoría y Alberto tuvo que doblegarse a la voluntad de su hermano.

Los Rodríguez Saá insinuaban el comienzo de una disputa que ahora ingresó en lo que parece un camino sin retorno.

El enfrentamiento fratricida arroja sombras sobre el costado más luminoso de una sociedad política que le ha dado a San Luis fama de provincia ordenada, con una infraestructura vial y de servicios más ambiciosa que la de sus vecinos.

Mucho antes de que el más chico acusara al mayor de apelar a un subterfugio legal para vaciar la cuenta bancaria del PJ y el aludido replicara con un escueto: “Estás mal asesorado y mal rodeado”, los Rodríguez Saá se complementaban para concretar convenientes acuerdos políticos, mientras se daban algunos gustos vinculados a la vena artística del actual mandatario provincial.

De 2007 es el Primer Festival San Luis Cine que reunió en Potrero de Los Funes a lo mejor de la escena nacional, con el aporte de algunos invitados de lujo.

Igual que en la actualidad, gobernaba la provincia Alberto, unido por entonces, a la actriz Esther Goris.

La presidencia del certamen le fue encomendada a Geraldine Chaplin que abrió la gala dictaminando que “el pecado más grande del cine es el aburrimiento, y entretener es precisamente la palabra opuesta”

Los hermanos participaban de la función junto a Catherine Deneuve, la presencia más estelar, mientras planificaban para San Luis un futuro ligado a la industria del séptimo arte y a la producción de contenidos audiovisuales, a partir de estímulos impositivos y financiación estatal.

Doce años después, con el festival discontinuado, y los proyectos archivados a la espera de una coyuntura más favorable, los Rodríguez Saá parecen los protagonistas de una telenovela.

El senador afirma que el gobernador “ejerce la violencia física y psicológica” y Alberto no le contesta directamente, pero maniobró para lanzarlo fuera del cerco protector del partido.

Cualquiera sea el final de la guerra intestina, parece evidente que no sólo están fracturando la estructura familiar, sino también el poder de convocatoria que los llevó en 2017 a ganar por 10 puntos la general, después de haber perdido las primarias.

Separados, parecen una presa fácil para los que vienen apostando por una fuerza alternativa.