¿Genocida o creador?
25/07/2022 | 07:00 | Más allá de las controversias, Luna redescubre una figura histórica con una coherencia y amplitud de visión en las políticas de gobierno donde antes sólo había visto una fuerte ambición de poder.
Redacción Cadena 3
“Soy Roca” fue el primer libro de historia que se volvió un fenómeno masivo en el país. En 1989, el historiador Félix Luna da voz a un polémico personaje de la historia argentina. Treinta y tres años después de aquel éxito, cien mil ejemplares vendidos, el sello Sudamericana acaba de reeditar esta obra.
En este libro, Luna hace una minuciosa reconstrucción que hizo en base a cartas y documentos de Julio Argentino Roca, general y dos veces presidente argentino, el que más tiempo estuvo en el poder: dos períodos por un total de 12 años, el primero en 1880 y el segundo en 1898.
La vida de este político refleja una de las mayores transformaciones de la historia nacional, en los años de la fundación de la llamada “Argentina moderna”, el surgimiento de la educación laica y gratuita, y la incorporación de la Patagonia al territorio nacional.
Para Luna, esta obra significó uno de sus mayores desafíos personales, ya que había sido formado en un hogar de ideología radical, cuando Roca representaba muchos de los vicios del conservadurismo.
Según reveló en una entrevista realizada en 2003, uno de los principales retos que tuvo fue el poder ubicarse en la época en la que sucedieron los hechos históricos para no “pecar de anacrónicos”.
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La postura del historiador sobre las controversias de Roca
"Alguna gente habla de Roca como si hubiera sido un genocida. Muchos más indios mató Adolfo Alsina. La expedición de 1879 sobre el río Negro prácticamente no tuvo encuentros con los indios, simplemente fue un avance arrollador”, señaló al respecto.
"En 'Soy Roca' trato de ponerme en la piel del personaje, no avalo todo lo que Roca dice, estoy haciendo un libro de historia planteado como novela pero con un contenido rigurosamente histórico”, explicó el historiador.
Y agregó: “El mundo vivía una atmósfera darwinista, era la lucha del más fuerte, la supervivencia del más apto, el progreso que avanzaba en el mundo y (cobraba) el precio de arrasar las culturas aborígenes”.
“Nadie levantó una voz proponiendo otro plan, ni siquiera la Iglesia Católica porque la experiencia era muy negativa. Frente a la idea de civilización, de progreso, los indios eran obstáculos como antes lo habían sido las montoneras, obstáculos que se oponían al progreso”, explicó Luna en aquella entrevista.
Para Félix Luna, Roca no fue sólo el "conquistador del desierto" (con todas las controversias que trajo esa metáfora por llamar "desierto" a un territorio poblado por pueblos nativos), sino también el hombre que instaló un régimen de paz, de orden, de prosperidad en el país durante más de veinte años a la Argentina, un proceso de expansión y prosperidad que no se repitió.
Luna redescubre una figura histórica que ofrece con una coherencia y amplitud de visión en las políticas de gobierno donde antes sólo había visto una fuerte ambición de poder.
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