Volvé, Mauricio, te perdonamos

El cuarto gobierno kirchnerista está borrando con el codo las últimas cosas que había escrito con la mano. Cristina Fernández, Axel Kicillof y el resto de la tropa eran lapidarios, cuando, en la agonía financiera de su gobierno, Mauricio Macri y sus ministros fueron al FMI para pedirle el préstamo más grande de la historia pagar con ese dinero los préstamos que antes habían tomado con otros acreedores que habían dejado de confiar en la Argentina.

Básicamente, el kirchnerismo acusaba al Macrismo de tomar los dólares del FMI para financiar la “fuga de capitales”. ¿Qué querían decir? Que con la plata del FMI Macri abastecía de dólares a quienes estaban desesperados por dolarizarse y huir del peso. Con eso Macri buscaba evitar una megadevaluación del peso antes de las elecciones. Lo acusaban entonces de endeudar al país con fines electorales. Y al FMI de “pagarle” la campaña electoral.

Bueno: eso es exactamente lo que está intentando Sergio Massa. Primero, está pidiendo que el FMI no sólo le siga renovando los préstamos vigentes, sino que le adelante desembolsos que estaban previstos para más adelante, para cubrir futuros vencimientos. O sea: eso es como pedir créditos adicionales. Pero, además, trasciende que Massa, que ya está obligando al Banco Central a vender más de 100 millones de dólares al día de las reservas para evitar una devaluación del peso, quiere usar hasta el 60% de esos dólares que le pide al FMI también para venderlos en el mercado. ¿A quiénes? Bueno, a quienes están desesperados por dolarizarse y huir del peso. Exactamente igual que Macri. Massa también busca evitar una megadevaluación del peso antes de las elecciones. Cristina también debería acusarlo de querer endeudar al país con fines electorales. Y al FMI debería acusarlo de “pagarle” la campaña electoral al kirchnerismo.

Es todo exactamente igual. Hasta la sequía que aduce Massa para justificarse también afectó con dureza en su momento al gobierno macrista.

Todo, todo casi calcado. Excepto en una cosa. Mientras hacía esto, Macri, mientras tanto, había bajado el déficit fiscal, al menos con un frágil equilibrio primario. Nada que ver con Cristina, Alberto y Massa, que volvieron a agravar el déficit y van a dejar un rojo contundente cuando se terminen su mandato.