Peligro de gol con las represas del Comahue

La quinta pata del gato

Peligro de gol con las represas del Comahue

11/07/2023 | 12:59

 

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Peligro de gol con las represas del Comahue

Silenciosamente, está teniendo lugar una reestatización clave, importante, de la que casi no se habla. Este 11 de agosto, dos días antes de las Paso, vence con contrato de 1993, hace 30 años, que el Estado firmó con distintas empresas para que tomaran a su cargo las 5 represas sobre el río Limay, entre Neuquén y Río Negro, que producen nada menos que el 10% de la electricidad del país, encima renovable. Es energía limpia.

El gobierno ha sido cualquier cosa menos transparente sobre qué pasará con las represas. Como con casi todas las cosas, ha ido viendo y le ha ido dando. Primero se pensó en prorrogar un año los contratos, lo que puede hacerse. Después creó una comisión con las dos provincias y sectores privados para definir qué hacer en 120 días. Y después sacó una resolución que autoriza a la empresa estatal Enarsa a tomar a su cargo las represas, a las que podría operar por sí o a través de privados.

O sea, todo podría ser pato o gallareta. En el Congreso Nacional no están ni enterados. La oposición no ha dicho ni una palabra, enfrascada en las Paso.

Hay dos riesgos serios. Uno, es que se termine consolidando una reestatización de callado, con el peligro de que todo se termine convirtiendo en un banco ineficiente y costoso de ñoquis, como fue Agua y Energía, la repartición pública que manejaba todo y dejó al país a oscuras a fines de los 80. Como advertencia no sólo está el desastre que eran estas mismas represas cuando las manejaba el Estado. Están todas las reestatizaciones silenciosas que se perpetraron durante el kirchnerismo, que hoy son deficitarias, opacas, ineficientes, llenas de ñoquis y verdaderas fábricas de déficit fiscal: Yacimientos Carboníferos Fiscales, Aysa (la empresa de aguas del Gran Buenos Aires), Aerolíneas Argentinas, los trenes de carga y, en el Gran Buenos Aires, los de pasajeros, la Hidrovía. Todo fue de callado o con promesas de futuras reprivatizaciones. Se las quedó el Estado. No hicieron ni una sola bien.

El otro riesgo es que la Nación va a transar esto a solas con Neuquén y Río Negro, que ya están acostumbradas a cobrarnos y a vivir de las regalías del gas y el petróleo, ya se quedan con el 12% de la energía que venden las centrales pero que ahora quieren definir cuál será ese precio de venta. También quieren regalías para municipios ribereños, que la Nación financie obras en la zona y que les dé una tarifa eléctrica más barata a ellos que al resto del país. Un proyecto reclama además que Neuquén cobre un canon por el uso del agua. Lo cual es un absurdo. Las regalías que ya cobran se basan en que, según la Constitución del 94, las provincias son dueñas de los recursos naturales. Eso en sí ya es un regalo. Porque el agua será de ellas, pero las centrales se dieron en concesión en 1993 y se construyeron mucho antes del 94, cuando la Constitución no decía nada, y a las centrales las pagó todo el país, no Neuquén y Río Negro.

Todo esto se está cocinando en absoluta opacidad, sin debate público, sin que los opositores aparentemente se enteren. A este ritmo es probable que nos encontremos en un tiempo con una hipoteca más, como siempre, recién cuando el cobrador nos golpee la puerta.

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