Los caprichitos de Milei, mala receta para la "gran Nerón" de Cristina

La Argentina enfrenta una situación complicada, tratando de salir de un esquema económico que no ha funcionado. La inflación y la actividad económica son temas que requieren atención urgente, especialmente en un contexto internacional que también es difícil.

El riesgo país de Estados Unidos sube, mientras que el valor de sus bonos baja. Esto implica que los inversores piden mayores retornos para prestar dinero a EE. UU. Japón también presenta sus propios problemas. Argentina no puede permitirse distraerse en este momento crítico.

Las acciones de Javier Milei este fin de semana generan incertidumbre. Algunos lo ven como un capricho, un niño maleducado que no quiere dar la mano a quienes considera traidores. Otros piensan que busca consolidar su poder político para las próximas elecciones, llenando el Congreso con aliados que no le hagan falta rogar para que le apoyen.

Mientras tanto, Cristina Fernández de Kirchner muestra una actitud desesperada. Enfrenta un futuro incierto, con el riesgo de prisión domiciliaria si las próximas elecciones no le favorecen. Su mención del décimo default de la historia argentina no es gratuita y refleja una estrategia arriesgada en un momento en que el gobierno necesita atraer inversiones en dólares.

El gobierno argentino cumple con sus vencimientos de deuda a través de los impuestos, pero el acceso a los mercados internacionales sigue cerrado. Argentina se encuentra entre los países menos endeudados del mundo en relación al PIB, lo que resulta curioso considerando las declaraciones de Cristina, quien gobernó durante 16 de los últimos 22 años y dejó un legado de deudas ocultas.

La hipocresía en la política argentina no es nueva, pero las palabras de Cristina sobre el default en este contexto generan preocupación. La pregunta que queda es si Milei debe seguir sus caprichos o buscar apoyo en un entorno tan volátil.