Leandro Santoro y la casta, al desnudo

La quinta pata del gato

Leandro Santoro y la casta, al desnudo

08/11/2022 | 13:49 |  

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Leandro Santoro y la casta, al desnudo

Leandro Santoro es un exmilitante de la Franja Morada que hace mucho se hizo hiperkirchnerista y luego fue muy cercano a Alberto Fernández. Ayer, entrevistado por Alejandro Fantino, cometió un sincericidio.

Contó que hace mucho que no se habla con el Presidente, que eso ya le pasó una vez y exhibió que está ofendido. ¿Por qué? Porque no le ofrecieron ningún cargo cuando Fernández ganó las elecciones pese a que durante la campaña electoral habían estado tan cercanos que los medios especulaban con que Santoro podía llegar a ser incluso jefe de Gabinete. Dice Santoro que le dijo a Fernández “conmigo contá para lo que necesites”, una forma de decirle “dame un cargo”.

Sin embargo Santoro dijo que tras la elección Fernández lo dejó de hablar. Entonces él habló con Aníbal Fernández para saber si habría un cargo para él en el Gabinete. Aníbal le dijo que no sabía y que le preguntara directamente a Alberto. Entonces lo llamó a Alberto y le planteó su sorpresa de que no le hubiera ofrecido nada. La respuesta del Presidente fue: “Pero no me pediste nada”. Alberto le dijo entonces que lo llamara al jefe de Gabinete Santiago Cafiero para arreglar algo. Cafiero también mostró su sorpresa: “Uy, no nos dijiste nada”, le dijo Cafiero, miembro de una familia típica de la casta, donde muchos nacen con un cargo bajo el brazo desde hace décadas. “Bueno, te armamos una subsecretaría”, dice Santoro que le dijo Cafiero. Aparentemente se la iban a inventar en el Ministerio de Trabajo. Santoro cuenta que le dijo: “Ni en pedo”, porque lo que le importaba era la ofensa. Sin embargo, puede que el cargo le pareciera muy inferior para sus expectativas. Es más, ayer Santoro dijo algo muy revelador: “Tampoco es que estaba buscando laburo”. Nos queda claro que no estaba buscando laburo. De trabajar ni hablar. El Estado está repleto de autoproclamados dirigentes que no sólo no han dirigido jamás nada, sino que nunca tuvieron un trabajo de verdad.

La casta de burócratas busca normalmente puestos en los cuales ir colocando a su propia tropa de militantes, ñoquis y acomodados, con los que va armando su tropa política. Si para eso hay que inventar ministerios, secretarías, direcciones y oficinas que nadie necesita y que nadie sabe para qué existen, no hay problema. Porque el Estado no se arma para la sociedad, sino para que allí retoce y paste una casta de privilegiados hasta su jubilación. Lo cuenta Santoro. Clarito.

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