La Uefa, el FMI, el Barcelona y la Argentina

El bombazo noticioso del divorcio final entre Lionel Messi, el Barcelona y la Uefa, la Unión Europea de Fútbol, es un analogía casi perfecta para entender lo que pasa entre la Argentina y el FMI.

Podría decirse que la Uefa es al Barcelona lo que el FMI es a la Argentina. ¿Por qué?

Bueno, fíjense.

El Barcelona tuvo que dejar ir a Messi porque, si lo contrataba, era tanto lo que tenía que gastar que tenía que violar una serie de límites financieros que impone la Uefa a través de LaLiga española. Iba a exceder los niveles de endeudamiento y el monto máximo que puede destinar a salarios de jugadores, entre otras cosas.

¿Por qué hace esto la Uefa? Bueno, es para cuidar la competencia financiera entre los clubes. Si no, por ejemplo, un club de un país podría, por ejemplo, contratar a todas las mejores estrellas superendeudándose, no sólo con bancos, anunciantes, jugadores, sino también con los fiscos de cada país, no pagando impuestos. Esto, en el corto plazo, le daría a ese club una ventaja injusta y perjudicaría a los clubes que hacen las cosas bien. Y, en el largo plazo, todos los clubes tendrían que hacer lo mismo para tener un buen desempeño. Y en un punto, cuando esas deudas y gastos ya fueran imposibles de sostener, la gigantesca industria del fútbol europeo podría entrar finalmente en crisis. Gracias a esto las deudas de los clubes han ido descendiendo, por ejemplo.

Es parecido a lo que hace el FMI. El FMI nació para que todos los países tuvieran políticas económicas más o menos sanas. Y que no compitieran entre sí con herramientas sucias. Por ejemplo, devaluando constantemente sus monedas para tratar de ser competitivos. O limitando que los países se endeuden cada vez más para poder seguir gastando sin ton ni son. Porque si después, cuando ya no pueden pagar, declaran un default, generan una crisis que pega a los demás países.

La reacción inicial de la dirigencia del Barca también fue parecida a la que los políticos argentinos suelen tener con el FMI. La jerarquía del club -que tiene que hacer el ajuste y soltar a Messi aunque eso disguste a los hinchas- culpó a LaLiga y a la Uefa. Son los "malos" que no le permiten contratar a Messi. Pero, en el fondo, es el propio Barcelona el que no podría seguir endeudándose para siempre como lo venía haciendo. El Barcelona tiene que ordenar sus finanzas no porque se lo exija la Uefa, sino porque es lo que necesita hacer para no desaparecer.

Con Argentina y el FMI pasa algo similar. Argentina tiene que poner en orden sus finanzas si quiere ayuda financiera del FMI. Tiene que reducir el gasto público, que viene a ser el Messi de la Argentina. Eso implica hacer un ajuste. Y los políticos odian hacerlo. Entonces culpan al Fondo. Y los diarios titulan "El FMI exige un ajuste". Mentira. El FMI no gana nada con un ajuste argentino. Como el Barcelona, la Argentina tendría que poner en orden sus números no porque "lo exija" el FMI, sino porque es lo que a ella misma le conviene.