La pregunta de los 260 mil millones de dólares

La quinta pata del gato

La pregunta de los 260 mil millones de dólares

21/12/2022 | 13:17 |  

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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La pregunta de los 260 mil millones de dólares

Sigue la repercusión por el feriado a la marchanta de ayer. Federico Albarenque hace un rato explicó el costo económico directo que tuvo. Y charlábamos con él sobre otros perjuicios más difíciles de calcular pero que existen. Por ejemplo, la inseguridad jurídica: nunca nadie sabe bien si se va a respetar el derecho de propiedad o si el gobierno se va a meter para cambiarte de prepo un contrato que firmaste con alguien. Y acá también hay que anotar la incertidumbre del día a día. Muchos empresarios por ejemplo, nunca saben bien cuántos días van a poder trabajar efectivamente en el mes: si habrá o no piquetes, asuetos, transporte público, luz, feriados, y muchísimos imponderables más. El caos llega al extremo de un gobernador como el de Santa Fe, que da marcha atrás con un asueto inminente, que había decretado apenas días antes. Está fácil planificar así.

No es casual que, ante semejante despiole, los argentinos ahorremos dólares, pero no invirtamos. Es decir, fuguemos capital, ya sea en el exterior o en el colchón. Ayer el Indec informó que los argentinos tienen más de 260 mil millones de dólares así, congelados, fuera del circuito, muertos, que no generan nada porque no están invertidos.

Llevamos décadas así. Una economía tan débil, sin inversión, no genera trabajos de calidad, productivos. No tiene ni dólares para importar insumos. La sociedad se empobrece. Y entonces los gobiernos imprimen pesos a rolete para subsidiar -mal, encima- a cada vez más gente que no trabaja o que simula que trabaja. Para eso se emiten pesos a rolete.

Ahora, para tratar de que esos pesos no generen inflación, el Banco Central toma prestados esos mismos pesos que él emite cuando nosotros los depositamos en los bancos. Y paga una alta tasa de interés, lo que transforma a todo esto en una bola de nieve que no para de crecer. Si un día todos quisiéramos sacar nuestros pesos de los bancos, podríamos hacerlo, pero el Central debería imprimir una cordillera de pesos sin respaldo. Quedaríamos en la híper. Y si sacáramos del banco para los pesos para cambiarlos por dólares la disparada del dólar sería épica. No hay dólares para tantos pesos.

Ayer se conoció otro dato, que es la deuda esta en Leliqs que tiene el Banco Central. Son, presten atención, casi 8 billones de pesos. Es decir, un 8 seguido de 12 ceros. 8 millones de millones. Todo sin respaldo. Es una cantidad difícil de imaginar. Equivalen a casi 43 mil millones de dólares.

Sin embargo, es apenas una fracción de lo que tenemos en el colchón. Repito: en los colchones hay 260 mil millones de dólares. Y en Leliq hay, en pesos, el equivalente a 43 mil millones de dólares. O sea que si los dólares del colchón salieran a la calle podríamos respaldar en dólares 6 veces la deuda en pesos del Banco Central. Seis veces. No faltarían dólares. Faltarían pesos.

La pregunta es: ¿qué esperamos para dejar de asustar a los dueños de los dólares, asegurarles que nadie se los va a confiscar ni robar, que si los invierten van a poder trabajar, que el 1 de enero van a saber cuántos días trabajarán en el año y que nadie cambiará eso de golpe? ¿Cuándo bajaremos y ordenaremos el caos de impuestos, cambiaremos pésimas leyes económicas y, en definitiva, cerraremos esta fábrica de caos que abrimos hace tantas décadas? No es la pregunta del millón, sino la pregunta de los 260 mil millones de dólares.

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