gentileza Milenio.
Natalia Parés Vives, la primera jugadora trans que tuvo el ajedrez. (Gedese.net)

La quinta pata del gato

El enroque de género, al rojo vivo en el ajedrez

08/09/2023 | 11:12

 

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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El enroque de género, al rojo vivo en el ajedrez

Nuestra sociedad global no para de cambiar. Nuestras relaciones sociales han variado en los últimos 30 años mucho más que en varios siglos. La ampliación inusitada de la libertad radicalizó los cambios, por ejemplo la libertad que ahora tenemos para identificarnos con géneros y orientaciones sexuales que no necesariamente tengan que ver con el sexo fisiológico o genético con el que hayamos nacido. Y adaptarnos a todo eso no siempre es sencillo.

Por ejemplo, uno de esos líos hay ahora en el mundo del ajedrez, donde la Federación Internacional de Ajedrez ha decidido que las mujeres transgénero no puedan competir en la tradicional categoría femenina. 

Esto ha generado ya muchas discusiones en varios deportes, donde se discute si hay que excluir a deportistas que transicionaron de hombres a mujeres de las categorías femeninas por el hecho de que su constitución física originalmente masculina los pone en situación de ventaja frente a las mujeres originalmente femeninas. 

Hay mucha discusión en el tenis, el atletismo, la natación, etc. Las mujeres cisgénero se quejan de que las mujeres trans son una especie de competencia desleal. Incluso sugieren que hay deportistas varones que transicionan con el único fin de ser los mejores en la categoría femenina cuando no pueden serlo en la masculina.

Pero la cuestión es ¿por qué en el tenis? Se supone que acá no debería haber conflicto. No se compite con las piernas, los brazos, los músculos, sino sólo con la mente. ¿Por qué excluir a las mujeres trans de la categoría femenina?

El debate es acaloradísimo. Hasta ahora, la Federación Internacional de Ajedrez organizaba sus torneos en las categorías "abierta" (donde pueden competir hombres y mujeres), "femenina" (sólo para damas en el sentido tradicional) y "mixta" (en equipo). Las mujeres trans están excluídas de la categoría "femenina".

Varias federaciones nacionales están en contra de lo decidido en la federación internacional, que promete revisar todo de nuevo en dos años.

¿Qué dicen los defensores de la exclusión? Que, aunque no parezca, aún en un deporte estrictamente mental como el ajedrez, el género original, de crianza, es determinante en el desempeño. Los varones han sido tradicionalmente alentados a jugar el ajedrez más que las niñas. Y eso influye en los desempeños. 

El maestro español Miguel Illescas dice que, por eso por ahora, una igualdad absoluta en los tableros no es posible. Da un ejemplo: si a la campeona mundial femenina, la china Wenjun Yu, se la clasificara en un ránking conjunto con los hombres, ocuparía el puesto 333.

La controversia recién empieza. Y no sabemos hasta dónde llegará el impacto de la inclusión de género, este verdadero enroque de identidades, en el deporte más pacífico. La Reina, por ejemplo, ¿seguirá siendo la ficha más poderosa? O será empoderado el rey, hasta ahora un verdadero inútil que sólo puede moverse de a un cuadrito? ¿El caballo pasará a llamarse yegua si el torneo es femenino? ¿Y el alfil o la torre? Tiene terminación neutra. ¿Les seguiremos diciendo así o se convertirán en alfila y alfilo, torro y torra, según quién mueva las fichas. 

Es más: ¿seguirá habiendo blancas y negras o habrá blancas y no blancas? ¿O azules y verdes, que de paso no terminan en a ni en o?

Qué dilemas. Los dejo pensando. Buen fin de semana para todos.

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