Del vivir con lo nuestro al vivir con la nuestra

La quinta pata del gato

Del vivir con lo nuestro al vivir con la nuestra

01/09/2023 | 11:39

 

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Del vivir con lo nuestro al vivir con la nuestra

Dass es una fábrica argentina de zapatillas. En su planta de Eldorado, Misiones, produce bajo licencia la marca Nike. El jueves anunció que tuvo que suspender por completo su producción por la falta total de insumos importados, los más importantes suelas y capelladas de Brasil. Sus 570 empleados no tienen con qué producir.

El caso es un ejemplo magistral de un equívoco histórico que ya ha malogrado generaciones enteras en Argentina: nuestro proteccionismo, la tozudez, la terquedad con que seguimos creyendo en que nos hará ricos un sistema que no para de empobrecernos.

La cosa es así. Con el argumento de favorecer la producción local, el Gobierno prohíbe de mil modos la importación de zapatillas. Por ejemplo, hace un año ordenó que no puedan importarse zapatillas chinas a menos de 16 dólares el par. Ese es el precio mínimo. Con eso les garantiza un precio mínimo a los fabricantes locales como Dass, que no pueden competir con China.

Pero, además, las empresas como Dass pueden acceder a un dólar artificialmente bajo para importar todos sus insumos. Es un subsidio que no tienen otros. Protección más subsidios. Dass viene recibiendo las dos cosas desde que instaló su planta misionera en 2007. Muchas otras empresas vienen así desde antes. 

Uno debiera pensar que con tantas ventajas durante 16 años la industria ya debería haber progresado y ser capaz de competir. No. Sin capital, con estas empresas chicas y siempre colgadas del pincel, Argentina sigue sin producir sus insumos básicos y su mano de obra sigue siendo cara en comparación a quienes fabrican calzados y sus únicos clientes –cautivos- somos los tres gatos del mercado interno. Así que jamás alcanza escala.

Claro, como Argentina hace esto mismo con muchísimos sectores que desde hace décadas demuestran que son inviables, se generan dos problemas: primero el resto de la economía tiene que pagar costos altos (zapatillas caras, con una jubilación mínima no se compran cuatro pares); segundo, hay que quitarle dólares a otros sectores competitivos para poder subsidiar a los ineficientes; tercero, pronto te quedás sin dólares porque tenés cada vez menos empresas capaces de conseguir dólares y cada vez más empresas sólo pueden funcionar si les regalamos dólares.

Es un círculo perfecto que lleva a la miseria. Pero nosotros seguimos apostando a él, aunque jamás funcione.

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