Andrea Passerini, dirigente gremial del campo.

La quinta pata del gato

Atención intendentes: basta de cobrar fortunas a cambio de nada

11/08/2023 | 12:04

 

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Atención intendentes: basta de cobrar fortunas a cambio de nada

En la provincia de Buenos Aires acaba de conocerse un fallo con muy pocos precedentes. Básicamente, un juez dijo –y una cámara ratificó- que es ilegal que el Estado cobre una tasa por un servicio que no presta. Es para que pongas las barbas en remojo de miles de intendentes de todo el país.

Al caso lo inició la mujer tambera más famosa del país: Andrea Passerini, que además es poeta y dirigente gremial del campo. Ella es de Carlos Casares y dijo “basta” cuando sucedieron en la zona las inundaciones de los años 2012 y 2013. 

Como el municipio les cobraba la tasa vial pero no hacía nada, ella y otros vecinos tuvieron que ponerse por su cuenta a arreglar y mantener 42 kilómetros de camino. Si no, no salía la leche, ni los granos, ni podían ir al trabajo los empleados. 

Entonces Andrea dejó de pagar la tasa. El municipio la intimó. Entonces retomó los pagos pero bajo protesto. E inició una demanda legal. El municipio no sólo no pudo demostrar que arreglaba los caminos, sino que los concejales, cuando redactaron la propia tasa vial, determinaron que la mayor parte de lo recaudado fuera a otros fines. 

O sea, además de no prestar el servicio, transformaron la tasa en un impuesto, algo ilegal. Los municipios sólo pueden cobrar tasas, y a cambio de un servicio.

Ahora la Justicia le dio la razón a Andrea en dos instancias. Y le ordenó al municipio devolverle con intereses todo lo cobrado en los años posteriores.

Es un antecedente importantísimo para todos los contribuyentes, hartos de pagar impuestos disfrazados de tasas en todos los municipios argentinos. 

Hay que ir a la Justicia para que se terminen los intendentes que te cobran durante décadas una tasa para mantener cloacas que ni siquiera han construido. Que te cobran tasas sobre la prestación de servicios públicos como el gas o la luz que ni siquiera brindan los municipios. O que le cobran a un vecino 20 veces más que al otro porque tiene una casa un poquito mejor, aunque le barren exactamente la misma cantidad de metros de frente a los dos.

El caso es particularmente impactante para la gente de campo, asaltada varias veces al mismo tiempo por el fisco. El Estado motochorro les cobra retenciones que nadie más paga. Esas retenciones no se usan para hacer caminos: van a parar a provincias donde no se cultiva nada o a la burocracia nacional asentada en Capital Federal. 

Una ínfima parte vuelve a las provincias y municipios agrícolas. Pero tampoco se usan para caminos. Entonces en provincias como Buenos Aires el municipio dice: “Dejá, yo te cobro una tasa y te mantengo el camino”. Pero resulta que la cobra y tampoco lo hace. Una locura. En Córdoba el Estado deriva la tasa vial a consorcios camineros, que mantienen sólo parte de los caminos.

Ahora hacen falta más Andreas que vayan a la Justicia para que un juez agarre de las orejas a los intendentes y concejales y les diga lo que ya deberían saber: las tasas son la retribución por un servicio concreto brindado a cada vecino en particular; no un impuesto al boleo que se cobra para seguir manteniendo a ñoquis, militantes, amigos y parientes. Si no respetan eso, están violando la ley.

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