Actividad económica, aunque no lo puedas creer

Hay algo que, aunque cueste creer, está pasando. Muchos no lo van a poder creer porque no es lo que sienten en el bolsillo, ni lo que viven todos los días. Sin embargo, los datos muestran otra cosa: la actividad económica está mejor de lo que esperábamos.

Ayer el Indec publicó el EMAE, el índice que mide la actividad mes a mes, y dio una sorpresa mayúscula. En septiembre —sí, en ese septiembre de tensión cambiaria, dólar disparado, riesgo de default, tasas por las nubes, crédito paralizado, encajes récord y un clima político que rozó el pánico— la economía no cayó. Al contrario: mejoró medio punto respecto de agosto. Y en el acumulado del año marca un avance del 5,2%, con un 5% interanual.

Nadie lo tenía en los planes. Todo indicaba que septiembre iba a ser negativo y que la Argentina iba a encadenar dos trimestres de caída, entrando así técnicamente en recesión. Pero no: el dato dio vuelta todos los pronósticos.

¿Qué pasó? Que de los sectores que mide el INDEC, 13 crecieron. Pesca, intermediación financiera, minería, petróleo… Y solo dos tuvieron caída: industria manufacturera y construcción, junto con rubros asociados al ajuste del Estado, como prepagas y administración pública.

Esto llamó la atención de los especialistas porque marca un desacople profundo entre dos motores históricos de la economía —industria y construcción— y los sectores que hoy están traccionando. La industria está 9% abajo respecto del año pasado y la construcción 22% abajo. Son caídas fuertes, propias de sectores que están atravesando el desafío de reconvertirse tras décadas de protección y dependencia del gasto público.

En cambio, minería, petróleo y agro muestran lo que podría ser un adelanto del nuevo mapa productivo si el actual programa económico se sostiene en el tiempo. Para quienes buscan empleo o formación, estos movimientos no son menores: indican hacia dónde está girando la economía real.

También aparece un dato que se usa mucho para comparar gestiones: cómo está la economía en el mes 22 de cada gobierno.

En el caso del actual, el EMAE muestra un crecimiento del 5% respecto del año anterior. A la misma altura de mandato, Cristina Kirchner había registrado una caída del 3,4% en su primera presidencia y un crecimiento del 2% en la segunda. Mauricio Macri, 1,9%. Alberto Fernández, 2,3%.

En todos los casos, Milei los supera. Aunque con una aclaración indispensable: veníamos de una caída enorme a fines de 2023, lo que hace que la recuperación luce más intensa en términos porcentuales. 

¿Estos números coinciden con lo que ustedes sienten? Ahí se abre la grieta entre percepción y estadística. Entre la economía que se vive y la economía que se mide.

Pero los datos están ahí. La actividad, contra todo pronóstico, empezó a moverse. Y eso, nos guste o no, obliga a mirar de nuevo el mapa.