Silvio Romero quiere gritar sus goles en La Bombonera

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Silvio Romero quiere gritar sus goles en "La Bombonera"

09/08/2020 | 14:07 | En los últimos tiempos, el cordobés tuvo entredichos con la dirigencia de Independiente. Ahora podría formar parte de una operación que lo coloque en Boca y a Iván Marcone en el club de Avellaneda.

Raúl Monti

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Silvio Romero quiere gritar sus goles en La Bombonera

Mucho antes de convertirse en el capitán de Independiente y el goleador del campeonato, los hinchas del “Rojo” eran muy duros con Silvio Romero. Aunque el cordobés tuvo que bancarse silbatinas y reproches en su primer año en Avellaneda, no bajó los brazos ante la adversidad, una sana costumbre que lo acompaña desde que tiene memoria.

Fue la figura del mercado de pases del fútbol argentino en las últimas semanas y está a punto de cerrar un acuerdo que marcaría su historia. El “Chino”, que se formó en Instituto, ganó fama a nivel nacional en Lanús y pasó por Francia y México antes de consolidarse en Independiente. Ahora, se ilusiona con afrontar el desafío más grande de su carrera: ir a Boca, vestirse de azul y oro y hacer que La Bombonera delire con sus goles.

A los 32 años, Romero atraviesa el mejor momento de su camino como profesional, y su llegada al “Xeneize” sería un premio acorde a todo el sacrificio que tuvo que hacer desde sus inicios. Después de todo, el goleador nunca se olvidó de sus orígenes, su infancia en el barrio Yofre Sur, la pelota que le regaló su abuela Elda y el comienzo de su historia en Alta Córdoba.

Durante cinco temporadas, entre 2005 y 2010, Silvio defendió la casaca de “La Gloria” con la actitud y la garra que le habían inculcado en su paso por La Agustina. El “Chino” forjó una relación especial con Instituto, el club que lo adoptó desde la niñez y le permitió cumplir el sueño de ser un futbolista profesional.

Se fue a Lanús con el objetivo de hacerse un lugar en la Primera División, y cubrió su corazón albirrojo con una camiseta granate. Su vida cambió mucho en poco tiempo: sus goles en Buenos Aires fueron el trampolín que lo catapultó a Francia, al Stade de Reims, donde no rindió como quería pero tachó el salto a Europa de su lista de objetivos.

Tras su breve experiencia en tierra gala, volvió a Lanús y fue el máximo artillero del campeonato local en el 2014, bajo la conducción de Guillermo Barros Schelotto. Con un ciclo cumplido en el “Granate”, sumó buenas experiencias en el torneo mexicano, en Jaguares de Chiapas y el América, donde se vistió de héroe en el Mundial de Clubes y jugó contra el Real Madrid de Cristiano Ronaldo y compañía.

Su buen momento futbolístico vino de la mano con el nacimiento de Mateo, su segundo hijo. Silvio, que siempre fue muy familiero, recibió al nuevo integrante de la casa con alegría y el apoyo de Sara, su pareja y compañera de vida.

El pequeño Mateo padece desde bebé una enfermedad que le provoca retrasos madurativos y neuronales, lo que cambió completamente la perspectiva y las prioridades del “Chino” en todos los aspectos de su vida. Con ganas de recibir una dosis extra de cariño, sintió que era el momento indicado para volver a la Argentina y estar más cerca de Benjamín, su hijo mayor, y el resto de la familia.

Sonó como posible refuerzo para el River de Gallardo, pero concretó su retorno en enero de 2018 para sumarse al proyecto de Ariel Holan en Independiente. La dirigencia de Hugo Moyano pagó 4,5 millones de dólares por su pase, pero su proceso de adaptación en Avellaneda tardó más de lo esperado.

Los hinchas del “Rojo” empezaban a perder la paciencia con el cordobés y las críticas le llovían de todas partes, pero Romero dio vuelta la taba con un gol de campeonato: marcó el tanto de la victoria de Independiente en Japón para quedarse con la Suruga Bank. En un guiño del destino, aquel partido decisivo para el club y para su destino personal se jugó el 8 de agosto de 2018, fecha del centenario de su amado Instituto.

Poco a poco, se ganó la titularidad y el cariño de la hinchada, pero el club se metió en una crisis institucional que no tardó en reflejarse en el campo de juego. El desprolijo final del ciclo Holan fue el punto de partida de un bajón futbolístico que Independiente aún no pudo revertir.

En ese complicado contexto, el cordobés se transformó en una flor en el medio del desierto. Cuando todo se derrumbaba a su alrededor, Silvio mostró su mejor faceta dentro de la cancha y fue el goleador de la Copa Sudamericana 2019 a pesar de que el “Rojo” no pudo pasar de los cuartos de final.

Su nuevo rol en el plantel se hizo evidente tras una eliminación por Copa Argentina ante Lanús, en el último partido de Sebastián Beccacece como director técnico. Romero declaró que el equipo había sido perjudicado por el arbitraje y fue sancionado por AFA, pero sus dichos terminaron de ubicarlo como un referente para los hinchas y sus propios compañeros.

En sus primeras semanas como entrenador de Independiente, Lucas Pusineri le dio la cinta de capitán. El cordobés se hizo cargo de esa responsabilidad y fue el goleador de la última Superliga junto a Santos Borré, con 12 goles en 20 partidos, pero su racha no alcanzó para maquillar el flojo rendimiento del plantel, que terminó el campeonato en el puesto 14.

Durante el último año, el “Chino” se consolidó como capitán y figura de uno de los equipos más grandes del país, pero su relación con la dirigencia llegó a un punto crítico. El club tiene una deuda económica importante con varios integrantes del plantel, a los que Romero defendió, y su postura lo enfrentó contra la dirigencia de Hugo Moyano.

Silvio sintió que su situación en el “Rojo” se tornó insostenible, y aseguró que iba a abandonar el club en cuanto tuviera la oportunidad. A pesar de ello, no ocultó la pena que le generaba tener que irse de esta manera de Independiente, donde llegó a sentirse importante tanto dentro como fuera de la cancha.

Además de un nuevo desafío futbolístico, Boca significa para Romero la posibilidad de llegar a una institución más ordenada y sumarse al último campeón del fútbol argentino. El cordobés está a la espera de una definición mientras disfruta de su presente, que lo puso en el radar de los grandes equipos del país.

El “Chino” cosecha los frutos de su esfuerzo, que le valió el reconocimiento unánime de los hinchas de Instituto, Lanús e Independiente. Pase lo que pase con su futuro, lo más importante para él seguirá siendo, como siempre, el bienestar de su familia. Mientras tanto, el pueblo “xeneize” ya tiene la garganta lista para gritar los goles de Silvio Romero en La Bombonera.

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El 8 de agosto de 2018, el "Rojo" venció al Cerezo Osaka de Japón por 1-0, con un gol de Silvio Romero. Con este triunfo, logró igualar a Boca con 18 títulos internacionales, siendo los dos clubes más ganadores en América.