Sergio Víctor Palma, el poeta campeón

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Sergio Víctor Palma, el poeta campeón

02/07/2022 | 20:31 | El emblemático boxeador chaqueño hoy habría cumplido 66 años. Fue campeón del mundo en los años '80 y se destacó fuera del ring por su veta artística e intelectual. Nuestro homenaje. 

Redacción Cadena 3

Jorge Parodi

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Sergio Víctor Palma, el poeta campeón

Sergio Víctor Palma fue un poeta sensible de lenguaje florido, y al mismo tiempo un campeón mundial de corazón indomable, un peleador que estremecía, un boxeador que protagonizó inolvidables y vibrantes batallas.

Debajo del cuadrilátero Sergio Víctor Palma era una persona cordial y educada, serena y amable. Pensante y profunda.

Palma tenía inquietudes culturales que lo enmarcaban como un distinto en el mundo del boxeo.

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Lector empedernido, poeta, recitador y guitarrero.

Llegó a grabar un disco con poemas de su autoría, trabajó en los medios comentando boxeo, fue actor en un unitario de la vieja ATC, preparó actores para realizar papeles de boxeadores en películas y en telenovelas.

Palma fue el segundo boxeador argentino que ganó un título mundial en los Estados Unidos en 1980, el primero había sido Víctor Emilio Galíndez un año antes.

Sergio Víctor Palma nació en La Tigra, provincia de Chaco el 1 de enero de 1956.

Hijo de cosecheros de algodón, vivió bajo el alero del rancho de su tío, en el monte chaqueño, sufrió de privaciones, tanto que en su familia no había ni para comer.

Trabajo en el campo de sol a sol. Tuvo un padre golpeador.

Luisa, su madre, lo alejó de ese infierno, a él y a sus hermanos y se los llevó a Buenos Aires.

Su mamá trabajaba como servicio doméstico, en un hogar en el que le permitieron a su hijo leer, estudiar y acceder a una guitarra.

De adolescente, con su cabello enrulado, Palma encontró en el boxeo su camino en la vida, pudo meterse en un gimnasio para practicar, bajo la tutela de un maestro exigente y sabio, como don Santos Zacarías.

“Tito” Lectoure le dio un impulso, siendo su promotor y abriendo de par en par las puertas del Luna Park para cumplir con sus sueños.

Intenso, valiente, inteligente, feroz, fue venciendo rivales y obstáculos para llegar al título argentino y al sudamericano de los Supergallos.

En diciembre de 1979 tuvo su primera chance mundialista frente a Prudencio Cardona, en Colombia.

Los superó claramente en 15 rounds, pero los jurados localistas no vieron lo mismo.

Cardona perdió su título en la defensa posterior ante el estadounidense Leo Randolph y Lectoure se movió rápidamente para lograr una nueva chance para su boxeador.

El 9 de agosto de 1980 fue su gran noche, la consagratoria.

En Spokane, Estados Unidos, Sergio Palma brilló como nunca.

Salió con furia desde el primer round e impuso condiciones tirando a la lona en dos ocasiones al campeón, que lo superaba técnicamente.

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Palma no dudó, fue a buscar su sueño con fiereza y coraje y en el quinto round logró un nocaut que quedó para la historia del boxeo argentino.

Defendió su título Supergallo de la AMB en 5 ocasiones. En combates cruentos y emotivos.

En enero de 1982 peleó en el viejo Chateau Carreras de Córdoba, hoy estadio Mario Kempes, ante una multitud y venció al pañameño Jorge Luján por puntos.

Perdió su título el 12 de junio de 1982, justo sobre el final de la guerra de Malvinas, contra Leo Cruz por puntos en combate revancha, en Miami.

La pelea no fue televisada para nuestro país.

Se retiró en 1990, con un récord de 52 victorias (21 KO), 5 empates y 5 derrotas.

Comenzó a entrenar a jóvenes boxeadores y a trabajar como periodista deportivo.

Tuvimos el honor de que fuera nuestro comentarista en una trasmisión para la vieja LV3, en mayo de 1997, cuando Fabio Moli perdió su primera chance por el título de los pesados frente a Mariano Ocampo, en la Federación Argentina de Boxeo.

Sergio Palma tiene 4 hijos y 5 nietos.

En 2004 tuvo un accidente automovilístico que afectó a su columna cervical y paralizó el lado derecho de su cuerpo.

Luego un ACV y el mal de Parkinson terminaron de minar su salud.

Cuando se esfumaron la plata, la fama y la salud, conoció a Orieta, la mujer que supo darle amor, junto a sus hijos, para pasar sus últimos años en las afueras de Mar del Plata.

Con 65 años, el maldito Covid 19 terminó con la resistencia del guerrero, que peleó por su vida hasta el final.

Sergio Victor Palma fue un boxeador distinto.

Un león sobre el cuadrilátero.

Una persona pensante, voluntariosa, inteligente, que hacía gala de un rico vocabulario y de pensamientos profundos.

Un hombre de fe. Un peleador inquebrantable sobre y debajo del ring.

Salió de la más absoluta pobreza material y supo llenar de riquezas su alma inquieta.

A su fiereza, para combatir, le puso la música de su guitarra y el vuelo de su poesía.

No fue un boxeador más, no fue un campeón del montón, no fue un tipo común.

Sergio Victor Palma utilizó el trampolín del boxeo, para ser mejor persona.

Palma dignificó al boxeo y a los boxeadores.

Sergio Víctor Palma fue un campeón que le puso poesía a su vida.

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