Koeman viene de dirigir a la selección de Holanda.

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Ronald Koeman, un ídolo al rescate del Barcelona

22/08/2020 | 12:59 | El holandés se convirtió en el nuevo director técnico del “Barca” y cumplió el gran sueño de su carrera. Ahora enfrentará el desafío de levantar a un equipo herido en su orgullo. Conocé su historia.  

Raúl Monti

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Koeman viene de dirigir a la selección de Holanda.

Desde que se retiró de las canchas en 1997, Ronald Koeman repitió hasta el cansancio que su sueño era dirigir al Barcelona. Nunca se trató de una fantasía reservada para su intimidad: lo declaró abiertamente siendo entrenador de otros equipos, y agregó una cláusula especial a su contrato con la selección de Holanda para poder irse si lo llamaban desde Cataluña.

Estuvo cerca de cumplir su objetivo en más de una oportunidad y fue un candidato recurrente a la dirección técnica del “culé”, pero su llegada al Camp Nou se demoró más de lo esperado. Finalmente, su arribo al “Barca” se concreta en medio de una profunda crisis a nivel institucional y futbolístico, pero dicho contexto no fue suficiente para apagar su ilusión.

Como jugador, lo ganó todo; como entrenador, no tanto. Aunque esta será su primera experiencia al mando de un club tan importante como Barcelona, los dirigentes le dieron su respaldo total para hacer los cambios que considere pertinentes. Después de todo, Koeman no fue elegido únicamente por sus méritos como técnico, sino por su indiscutida condición de ídolo “blaugrana”, que construyó a fuerza de vueltas olímpicas y goles.

El club anunció su contratación como "el retorno de una leyenda".

El holandés ostenta el título de ser el defensor más goleador de la historia, en una cifra que ronda los 200 festejos. La precisión de su pegada y su facilidad para encontrarse con la red lo distinguieron desde sus inicios en el fútbol de su país. Debutó en el Groningen, ganó fama en el Ajax y se consagró en el PSV, donde ganó su primera Copa de Europa (la actual Champions League). Su espectacular desempeño en la zaga central le permitió dar el salto al club que lo marcaría por el resto de su vida.

Koeman llegaba a un “Barca” con todo por hacer y un objetivo en particular: conquistar la primera Copa de Europa de su historia y disminuir la diferencia con el Real Madrid, que a esa altura ya tenía seis “Orejonas” en sus vitrinas. Fue el primer jugador que pidió Johan Cruyff tras convertirse en el director técnico del Barcelona, en 1988. Su pase costó 825 millones de pesetas, lo que en aquel momento lo transformó en el segundo fichaje más caro en la historia del club, solo por detrás de Diego Maradona

Koeman con Johan Cruyff, el técnico que lo marcó.

Llegó al club como un jugador de élite, pero con problemas de conducta. En la temporada previa a su fichaje fue sancionado por la UEFA por defender a un compañero que había lesionado a un rival. Koeman declaró: “es así como hay que ir en Europa. Si se sabe que alguien tiene la rodilla mal, hay que pisársela". Su mayor escándalo lo protagonizó en la Eurocopa del ‘88 que ganó con su selección. Tras derrotar a Alemania en un partido caliente de semifinales, cambió la camiseta con un rival, se acercó al público holandés y simuló que la casaca de los alemanes era papel higiénico, en un claro gesto de provocación.

Más allá de sus actitudes hacia los rivales, en España brilló por su fútbol. De la mano de Cruyff, protagonizó un ciclo que cambió para siempre a la institución “culé”, y terminó con la sequía en competiciones europeas. El 20 de mayo de 1992, en el estadio más emblemático de Inglaterra, Barcelona derrotó a la Sampdoria por 1 a 0 en la final de la Copa de Europa. Koeman metió el gol del campeonato a los 112 minutos del suplementario con un zapatazo desde afuera del área, que lo hizo pasar a la historia como “el héroe de Wembley”.

La celebración del gol en la final de la Copa de Europa de 1992.

Luego de tocar el cielo con las manos en el “Barca”, se fue del club en lo más alto y pasó sus últimos años como profesional en el Feyenoord, donde colgó los botines como una estrella nacional. Sin embargo, pasó poco tiempo para que volviera al Camp Nou, esta vez como ayudante de Louis Van Gaal, otro entrenador holandés que dejó su huella en la institución. A su lado vivió un curso intensivo del oficio y se animó a iniciar su carrera como director técnico en el 2000, en el fútbol de su país.

Sus logros desde el banquillo no se comparan con todo lo que alcanzó dentro de la cancha. Consiguió 8 títulos en 20 años como entrenador, la mayoría en el Ajax, pero no pudo ganar nada a nivel internacional. Sin lograr un éxito rotundo, tuvo pasos positivos por el PSV y el Benfica. En la temporada 2007/08 dirigió al Valencia, donde ganó la Copa del Rey pero acabó su ciclo con un 32 por ciento de efectividad y se fue antes de terminar su primer semestre. Ganó prestigio en la Premier League y tomó las riendas de la selección de Holanda en el 2018, donde alcanzó la final de la Liga de Naciones y mostró su mejor versión hasta la fecha.

Como entrenador, tiene 8 títulos en 20 temporadas. 

En enero de 2020 rechazó la propuesta del “Barca” para reemplazar a Ernesto Valverde porque estaba preparando a su equipo para la Eurocopa. Todo cambió en los meses venideros: en marzo, la UEFA postergó el torneo por la pandemia; en mayo, el holandés sufrió un infarto que, en sus palabras, lo hizo notar “lo que realmente importa en la vida”; y en agosto, cuando recibió un nuevo llamado de la dirigencia “culé”, decidió abandonar su cargo de seleccionador para cumplir el gran objetivo de su carrera.

Los picos del camino de Koeman como técnico están marcados por lo que hoy le reclaman en Barcelona, la renovación de planteles. En Holanda fue el encargado de terminar el ciclo de pesos pesados como Robben, Van Persie y Sneijder, y la apuesta salió bien. Pero cuando hizo lo mismo en Valencia, terminó yéndose en medio de una guerra sin cuartel con sus propios jugadores, dolidos por la salida de los referentes del vestuario. Ahora, el destino de figuras como Sergio Busquets, Gerard Piqué y Luis Suárez está en sus manos.

Koeman levantando la primera "Orejona" de la historia del Barcelona.

Aunque es discípulo de la escuela de Cruyff y el ADN “Barca” corre por sus venas, no es un dogmático del “tiqui-taca”. Su propuesta futbolística apunta a crear equipos ofensivos, ordenados e intensos, algo que marcó como un punto débil del “culé” antes de convertirse en su entrenador. Para crecer en ese aspecto, su postura es clara: hacen falta jugadores jóvenes, y si son de la cantera, mejor.

La humillante derrota contra el Bayern Munich generó un temblor en Barcelona que ya se llevó puestos a Quique Setién y Eric Abidal, pero la peor consecuencia imaginable para los hinchas es que Lionel Messi también abandone el barco. Mientras que el presidente Bartomeu aseguró que el argentino será el pilar del nuevo proyecto, lo primero que hizo Koeman fue reunirse en privado con el capitán del equipo. Sabe que una de sus misiones principales será recuperar la ilusión del mejor jugador del mundo.

Junto al actual presidente del club, Josep Bartomeu. 

Más allá de lo futbolístico, su gran desafío será levantar los ánimos de un equipo herido en su orgullo. La dirigencia le confió esa tarea por su peso como figura de la institución y su banca entre los hinchas. En ese sentido, el comunicado oficial del club lo presentó como “uno de nosotros”, y calificaron su arribo como “el retorno de una leyenda azulgrana”. Ronald Koeman llega al club con el pasado a su favor y un futuro por construir: será el responsable de devolverle la memoria y la alegría a su amado Barcelona.

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