Robert Rojas se convirtió en la gran revelación de River Plate

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Robert Rojas, el gran acierto de Marcelo Gallardo

29/02/2020 | 13:37 | "El Sicario" llegó al club para reemplazar a Jonatan Maidana pero ya comenzó a hacer su propio camino. Hoy se convirtió en una de las grandes revelación del "Millonario". Escuchá el informe.

Mauricio Coccolo

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Robert Rojas se convirtió en la gran revelación de River Plate

River sueña con conseguir el título de la Superliga, y Marcelo Gallardo confió en él para que sea el último hombre de su defensa. Sorprendió a propios y ajenos con su nivel, y se transformó en una verdadera muralla para el “Millonario”.

No le pesó jugar con una de las camisetas más importantes del continente, y es la gran revelación del equipo en lo que va del año. A fuerza de quites y despejes salvadores se ganó la aprobación unánime del Monumental y sueña con jugar la Copa América con la casaca de Paraguay, su tierra natal.

“El Sicario” Rojas se convirtió en el baluarte de una defensa que sufrió apenas un gol en cinco partidos desde que se afianzó como titular. Su historia es una prueba más de que el talento puede provenir de los lugares más inesperados.

Robert Samuel Rojas Chávez nació el 30 de abril de 1996 en la ciudad de Concepción, 500 kilómetros al norte de la capital de Paraguay. Pasó toda su infancia en Peguahomi, un pequeño pueblo rural escondido en el interior del interior.

Creció rodeado de cultivos de mandioca, sésamo, zapallo y todo lo que crecía en la chacra familiar. Era un chico muy obediente, un alumno ejemplar que también ayudaba a su papá con las tareas del campo.

Siempre había algo para hacer en la casa de los Rojas, pero Robert aprovechaba cualquier descanso para ocuparse de su gran pasión: el fútbol. Recuerda con cariño los partidos que jugaba en la canchita del barrio o en el patio de la escuela, aunque no siempre hubiera una pelota en condiciones.

Su talento en el juego era evidente, pero tuvo que esperar varios años para poder demostrarlo fuera del pueblo. Su mamá le aseguró que lo apoyaría si él quería dedicarse al deporte, pero le pidió que termine la escuela antes de perseguir su sueño.

Rojas completó sus estudios y a los 17 años se probó en el Club Guaraní, donde lo seleccionaron de inmediato. Llenó sus valijas de ilusión y abandonó lo único que conocía para emprender una nueva aventura: lo esperaba la ciudad de Asunción.

La adaptación fue más difícil de lo que había imaginado, a pesar de que estaba cómodo en la pensión del club y rendía en los entrenamientos. Extrañaba mucho a su familia y estuvo a punto de tirar la toalla y volver a casa.

Sintió que todo su esfuerzo había valido la pena cuando lo llevaron a la pretemporada del primer equipo en el 2017. Tenía 20 años y sus compañeros le pusieron un apodo que lo acompañaría desde entonces: “El Sicario”.

En sus primeros partidos en Guaraní, Robert demostró que su nuevo sobrenombre estaba lejos de la realidad. Su gran velocidad y sentido de ubicación hicieron que no fuera necesario recurrir al juego sucio y las grandes patadas.

Se ganó un puesto en la zaga central y le dieron la cinta de capitán en varios encuentros, aunque era uno de los más jóvenes del plantel. Sumó sus primeros minutos en la Selección, rodaje en torneos internacionales y se transformó en el orgullo de su pueblo natal.

En diciembre de 2018 el mundo del fútbol se paralizó por el histórico duelo entre Boca y River en Madrid, por la Copa Libertadores. Rojas siguió atentamente el cruce por televisión, pero su mente estaba puesta en otro partido.

Su equipo alcanzó la final de la primera edición de la Copa Paraguay, donde se enfrentó al poderoso Olimpia. El título se definió en los penales, Guaraní se impuso con autoridad y Robert gritó campeón por primera vez en su carrera.

“El Sicario” fue una de las figuras del torneo, y su rendimiento no pasó desapercibido entre los grandes del continente. Clubes como Boca y Palmeiras lo seguían de cerca, pero su mundo se sacudió cuando recibió el llamado del último campeón de América.

Marcelo Gallardo sabía que la venta de Jonatan Maidana al exterior era inminente, y necesitaba un reemplazo con urgencia. El joven zaguero paraguayo fue el elegido para ocupar un puesto fundamental en su equipo, aunque tuvo que pelear desde abajo para ganarse su lugar.

El club pagó 1.250.000 dólares por el 50% de su pase y se estableció un contrato hasta 2023. Cuando le dieron la camiseta número 2, la imagen del histórico Celso Ayala surgió con fuerza en la memoria de los hinchas del “Millonario”.

La emoción que sintió su familia al enterarse de la noticia le dio un valor especial a su llegada al club, y Rojas sintió que tocaba el cielo con las manos. La defensa del equipo estaba consolidada y el paraguayo jugó poco en el 2019, pero vivió muchas experiencias que lo marcaron.

Se adaptó lentamente al ritmo del fútbol argentino y convirtió su primer gol con “la Banda” en una derrota contra Tigre, por el torneo local. En paralelo, el equipo se hizo gigante en competencias internacionales, volvió a eliminar a Boca de la Libertadores y llegó a la final del campeonato.

Robert vivió desde el banco de suplentes la emotiva final contra Flamengo, y sintió como la gloria se le escapaba de las manos. Cuando sus amigos de Paraguay le preguntaban por qué habían perdido ese partido, no tenía ninguna explicación para darles.

Llegar a un club grande era un salto en su carrera, pero también tuvo que resignar minutos y perdió su lugar en la Selección. El equipo terminó la temporada ganando la Copa Argentina y la Recopa Sudamericana, pero Rojas tuvo que apoyar a sus compañeros desde afuera de la cancha.

Cuando llegaron las vacaciones, las figuras de River se diseminaron por el mundo, y sus fanáticos siguieron su camino a través de ostentosas fotos y videos en Instagram. Robert, en cambio, brilló por su ausencia en las redes: había elegido un destino muy distinto.

El defensor central del “Millonario” pasó su verano en la chacra familiar, cosechando mandioca, con un sombrero de paja para protegerse del sol. No concebía un descanso lejos de los suyos, pero sentía que si volvía a casa tenía que ayudar en las tareas del hogar.

“El Muñeco” Gallardo tampoco dejó de trabajar, y sorprendió a sus competidores con un cambio de esquema para afrontar el tramo final de la Superliga. La versión 2020 de su equipo jugaría con 5 defensores, y el apellido Rojas apareció en la lista como titular, en la posición de líbero.

No le pesó jugar con una de las camisetas más importantes del continente, y es la gran revelación del equipo en lo que va del año. A fuerza de quites y despejes salvadores se ganó la aprobación unánime del Monumental y sueña con jugar la Copa América con la casaca de Paraguay, su tierra natal.

Rojas juega con la seguridad de un veterano, pero apenas tiene 23 años. Es la pieza clave de un sistema que confía en él para ordenar a sus compañeros aunque a veces, sin darse cuenta, les grite las indicaciones en guaraní.

Los hinchas del “Millonario” lo eligieron como figura en todos los partidos que disputó, pero él no se agranda con los elogios. Se ganó la admiración de todo el plantel y el propio Franco Armani, arquero de Selección, destacó la seguridad que le da tenerlo en su defensa.

Rojas atraviesa el mejor momento de su carrera, pero sus declaraciones no son las que uno esperaría de una de las grandes promesas del fútbol argentino. No se siente líder ni se marea con los rumores que lo colocan en un club europeo en la próxima temporada.

Lo único seguro sobre su futuro es que, en cuanto tenga un tiempo libre, volverá a su pueblo para dar una mano con la cosecha de mandioca. Después de todo, y aunque hoy lo conozcan como “el Sicario”, Robert no olvida el camino que tuvo que recorrer para poder cumplir su sueño.