Proyecto cero

Con la salida de Cristian “Kily” González de Unión de Santa Fe, ya son 12 los entrenadores que abandonaron su cargo en apenas 13 fechas del campeonato Apertura de Primera División, es decir casi uno por fecha y acentuando una modalidad que no llama la atención pero explica la intolerancia y la ausencia de proyectos a largo plazo.

Once de los 12 se terminaron yendo por la constante inestabilidad de ese trabajo que, por más contratos a término que se firmen, por más palabras floridas que los reciban cuando llegan y por más que se habla de proyectos, concluyen en despidos cuando los resultados no se dan.

En Argentina hay menos paciencia para los proyectos y terminan pagando casi en su totalidad los técnicos en primera medida, los jugadores en segundo orden y los dirigentes al último.

Normalmente el hilo se corta por lo más delgado: los hinchas presionan, casi ningún dirigente renuncia y tampoco se van los jugadores que no le ganan a nadie, por lo que sacar al técnico sería lo menos dramático.

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Los mismos entrenadores suelen quejarse cuando son despedidos pero otras veces se van cuando ellos quieren. No nos olvidemos que Juan Pablo Vojvoda dirigía Defensa y Justicia cuando lo contrató Fassi para Talleres y más acá en el tiempo, Diego Martínez dejó el proyecto que vendió y el proceso que encabezaba en Huracán para mudarse a Boca.

Esta temporada, eso hizo Fabbiani. Después de 44 partidos en Riestra en la máxima categoría, abandonó ese barco al disponer de una oportunidad laboral inmediata que consideró mejor como sería Newell’s en este caso.

Salvo esa excepción, el resto cayó en la volteada de los resultados. Alguna vez lo planteó Walter Ribonetto cuando dirigía a Talleres.

En la 2° fecha, el uruguayo Marcelo Méndez se fue de Gimnasia, quien antes de tomar esa determinación pidió un plus de sus jugadores.

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En la 4°, Facundo Sava dejó Atlético Tucumán y Walter Erviti a Belgrano, argumentando entre otras cosas que el presidente Artime le dijo que había un problema institucional que solucionar y que no lo podía mantener en el cargo.

En la 6° salieron Fabbiani de Riestra, Ernesto Pedernera de Godoy Cruz Y Mariano Soso de Newell’s, después de perder el clásico.

En la 8° se acabó el ciclo de Sebastián Domínguez en Vélez.

En la 9° fue el turno de Andrés Yllana en Aldosivi, quien no ganó en la máxima categoría pero dejó una picante frase apenas ascendió: “Los que estaban esperando que nos vaya mal, deben haber muerto de tanto veneno que comieron”.

En la 10° salió Raúl Antuña de San Martín de San Juan.

Y los últimos dos antes del “Kily” fueron de Córdoba: Alexander Medina en Talleres, campeón de la Supercopa Internacional, tras perder con Sao Paulo por Libertadores pero después de la 11° fecha para ser reemplazado por el “Cholo” Guiñazú; y una jornada después, Pedro Troglio le dijo adiós a Instituto, quien una vez afuera le tiró la pelota al manager Federico Bessone sobre el armado del equipo.

Un número aún más contundente es que de los 30 equipos de Primera División, solo un entrenador está en el mismo club hace más de un año: Eduardo Domínguez en Estudiantes de La Plata, quien asumió el 7 de marzo de 2023, ya cumplió dos años y un mes allí.

Ese tiempo le permitió alcanzar 122 partidos dirigidos y un 55% de eficacia, llevando al “Pincha” a tres finales y ganando dos: la Copa Argentina 2023 y la Copa de la Liga 2024.

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Con la partida del “Kiky”, quien en junio hubiera cumplido dos años en Unión, al “barba” Domínguez le siguen Gustavo Costas de Racing con un año y tres meses de trabajo; la dupla Orsi – Gómez de Platense con un año y dos meses y Frank Kudelka de Huracán con un año y un mes en el cargo.

A pesar de lo amigable que fue la Copa Maradona, jugada durante 2020 en plena pandemia, sin descensos ni promedios, 16 de los 24 equipos de Primera División cambiaron de técnico. Es más, luego de esa copa, 9 clubes cambiaron sus entrenadores.

En 2023 dejaron su cargo 37 técnicos entre la Copa de la Liga y el Torneo de la Liga Profesional.

Y en todo 2024 fueron 36 los entrenadores desplazados, por lo que el inicio de la edición actual comienza a parecerse a las últimas dos.

Hace algunos años Julio Grondona, presidente histórico de AFA, impulsó el torneo de 30 equipos en Primera División poco tiempo antes de su fallecimiento. Uno de sus argumentos era terminar con la presión que imponían los campeonatos cortos con definiciones que normalmente ponían en riesgo el trabajo de los entrenadores.

Muy diferentes a las explicaciones de Chiqui Tapia que defendió su torneo de 30 equipos de una manera insólita, comparándolo con la Champions, el Mundial de Clubes y el Mundial de selecciones.

La principal categoría de ascenso tiene 36 clubes y hasta la fecha 10, que fue la del fin de semana pasado, dejaron su cargo nueve técnicos… ¡Nueve en diez! Rodrigo Braña de Chicago en la 3°; Alexis Mateo de Aldosivi en la 5°; Martín Rolón de Arsenal en la 6°; Mauricio Gigante de Defensores Unidos, Aníbal Biggeri de Temperley y Fabián Nardozza de Almirante en la 7°; Marcelo Vázquez de Guemes, Lucas Sparapani de Almagro y Diego Cochas de Racing en la 10°.

Para muestra basta un botón. El certamen 2016/17 que ganó Boca, tuvo 30 equipos, 30 fechas y un saldo de 36 entrenadores, cuya diferencia con 2023 y 2024 fue que dejaron el cargo antes de cumplir el vínculo contractual, siendo el certamen con más cambios en total.

Entonces queda claro que el único proyecto en pie es el de ganar el próximo partido. Y que ese resultado, más que una posibilidad deportiva, sigue siendo cada vez más una necesidad industrial detrás de la cual se encolumna y subordina todo lo demás.