Promedios: sí o no, esa es la cuestión

Superliga

Promedios: sí o no, esa es la cuestión

25/05/2019 | 16:05 |

Quienes están a favor, sostienen que premian o castigan a largo plazo, y quienes están en contra, que lo hace a destiempo. En el caso de Tigre, entró a la copa pero no la puede jugar por descender.

Mauricio Coccolo

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Quién sabe si los ingleses lo pensaron cuando se les ocurrió inventarlo, pero uno de los grandes secretos del éxito del fútbol es su capacidad para generar controversias. No hay tema que no se pueda discutir. Si existiera una tabla de países discutidores, es una fija que Argentina pelearía todos los campeonatos. Claramente, la culpa es de Alejandro Watson Hutton, en definitiva fue a él al que se le ocurrió fundar esa cosa llamada Asociación del Fútbol Argentino.

Desde1893 la AFA organizó 187 campeonatos de Primera División y pocas veces los criterios se mantuvieron. Hubo torneos largos, cortos, medianos, numerosos, en zonas, con eliminación, anuales, a la europea,de 20, de 30, de 28, de 26, el récord llegó a ser de 36 equipos, liguillas, promociones, Nacionales, Metropolitanos, Aperturas, Clausuras, Iniciales, Finales, Superfinal, Superliga… de todo. Uno de los pocos criterios que se mantuvieron durante más de tres décadas fueron los promedios para definir los descensos, pero parece que a ellos también les llegó su fecha de vencimiento.

El sistema de promedios fue rescatado, pensado, instalado e impuesto por Julio Humberto Grondona. Poca gente recuerda que entre 1957 y 1963 se usó la división de puntos conseguidos por partidos jugados para determinar los descensos, pero la modalidad pasó al olvido hasta que 20 años después, quizás mientras revisaba las efemérides, Don Julio decidió recuperarla justamente luego del primer descenso de uno de los cinco grandes: San Lorenzo en 1981.

La combinación de factores históricos, que no fue casual, instaló la idea de que los promedios volvían para proteger a los clubes más poderosos. El fútbol, tan lindo como caprichoso, quiso que en la primera temporada (la de 1983) el “condenado” por el nuevo-viejo sistema fuera Racing y el “salvado”, River. La Academia pagó por ser el peor de las últimas dos campañas y los Millonarios respiraron más allá de haber terminado en el penúltimo lugar del torneo.

Por la magnitud lógica de los clubes involucrados, se recuerda menos que en esa misma temporada de 1983 Nueva Chicago descendió por “culpa” de los promedios, más allá de que tenía a cuatro clubes abajo en la tabla, y Racing de Nueva Italia fue el otro que zafó, junto a River, porque había terminado último luego de 36 fechas y a tres años de su  histórico subcampeonato en el Nacional 80.

Desde el primer día la esencia de los promedios quedó clara: con algunos serían justos, con otros injustos y con muchos indiferentes. Las estadísticas lo reflejan: 88 clubes descendieron desde 1983, casi el 60 % (51) hubieran perdido la categoría igual, con cualquier sistema, y el 40 % (37) se habrían quedado en Primera sin promedios.

Hay muchos casos curiosos, pero dos sirven para exponer cabalmente la doble cara del método: Independiente es uno de los que nunca hubiera descendido sin promedios y Newell’s habría bajado a segunda directo en dos ocasiones y jugado Promoción en una tercera.

El Rojo bajó a la B Nacional en el 2013 por la sumatoria de puntos de tres temporadas en las que nunca terminó entre los que perdían la categoría, sí quedó último en un campeonato (19 fechas del Apertura 2010), que casualmente fue el primero de los seis que lo terminarían condenando.

Lo de Newell’s es más increíble todavía porque al detalle histórico se le suma una vueltita de rosca de la actualidad. Los dirigentes de la Lepra están a favor de eliminar los promedios, entre otras cosas, porque arrancan muy comprometidos la campaña 2019/20, pero sin este reglamento hubieran descendido en el 93 y el 2007, y en el 2011 les habría tocado jugar una de las reválidas.

Un acontecimiento histórico que no puede pasarse por alto para entender por qué se reavivó la polémica fue la muerte de Grondona en el 2014, desde entonces se disputaron seis torneos, todos con distintas modalidades. Una parte de la explicación es que los dirigentes están tratando de desarmar el engendro del campeonato de 30 que Don Julio dejó como último legado. La otra mitad de la verdad es la incapacidad dirigencial.

El absurdo reglamentario expuesto en esta temporada no es culpa de Grondona: que Tigre llegue a clasificarse dos veces a la Sudamericana pero no pueda jugarla, o que Argentinos Juniors -el último del campeonato- entre a una copa internacional, es pura y exclusiva responsabilidad de la Superliga.

Lo que ha dado en llamarse el “Caso Tigre” posiblemente pase a la historia como el acontecimiento que terminó con los promedios en el fútbol argentino, pero no fue la primera vez que un equipo entra a una copa y no la puede jugar por descender. Los casos de Talleres en el 2004 y River en el 2011 quizás hayan sido más injustos: ambos terminaron sextos en la temporada; incluso el Matador fue tercero en el campeonato que cerró las tres campañas del descenso.

A la inversa de Tigre, que se siente “perjudicado” por los promedios, podría decirse que Argentinos Juniors fue beneficiado ya que si no existieran habría perdido la categoría, algo que ya le había sucedido en tres ocasiones (2000, 2009 y 2013).

El tiempo será testigo de lo que resuelvan los dirigentes, por lo pronto el debate está abierto. Quienes están a favor de los promedios argumentarán, entre otros motivos, que premian/castigan el largo plazo: por ejemplo, si los sacan, la temporada próxima no importará lo bien o mal que vienen haciendo las cosas Defensa y Newell's. Aquellos que están en contra, dicen, con cierta razón, que premian/castigan a destiempo: este plantel de Tigre no merecía descender, pero algunos de los anteriores sí.

El fútbol es tan lindo, como discutible. Si tiene alguna fórmula secreta, debe ser esa.