Paulo Dybala, un crack con potencial de ídolo (Por Raúl Monti)

Perfiles de La Previa

Paulo Dybala, un crack con potencial de ídolo

18/04/2020 | 13:07 | Juventus planea ofrecerle un contrato “de por vida” para que se retire en el club. El cordobés siente que su cuenta pendiente es la Selección. Reviví su camino en Argentina y la "Juve". 

Raúl Monti

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Paulo Dybala, un crack con potencial de ídolo (Por Raúl Monti)

Cuando Alessandro del Piero se despidió de Juventus en 2012, el club comenzó a buscar un heredero digno de ese lugar de privilegio en el corazón de los hinchas bianconeri. Estrellas como Carlos Tévez y Paul Pogba vistieron la camiseta número 10 tras la partida del italiano, pero fue Paulo Dybala quien logró adueñarse del histórico dorsal.

El cordobés se ganó el respeto y el cariño de Turín y la Juve quiere sellar ese romance ofreciéndole un contrato “de por vida” en la institución. En paralelo, Paulo comenzó a revertir su suerte con la camiseta albiceleste y se perfila como uno de los pilares del proyecto de Scaloni al frente de la Selección Argentina.

El presente de Dybala es fruto de su innegable talento dentro de la cancha, pero también es un premio a su constancia e inteligencia fuera del campo de juego. Tuvo que superar muchos obstáculos y rachas negativas para consolidarse en Juventus y la Selección.

En 2015, la Vecchia Signora vio con amargura como el Barcelona le arrebataba la Champions League con mucha autoridad. Tras la derrota, “El Apache” Tévez anunció su regreso a Boca Juniors y el club tuvo que encontrar un reemplazo para su figura.

Dybala atravesaba un gran momento en el sur de Italia, donde no paraba de hacer goles con la casaca rosa del Palermo y surgía como una de las promesas de la Serie A. La Juve decidió apostar por él para reforzar su ataque y el crack de Laguna Larga se sumó con muchas expectativas a un gigante del fútbol mundial.

Pagaron 32 millones de euros por su pase y “la Joya” tuvo un debut soñado en la final de la Supercopa de Italia, donde devolvió la confianza depositada en él con el gol del campeonato. Los cabuleros dirán que el destino estaba a su favor: el partido se jugó el 8 de agosto de 2015, en un nuevo aniversario de la fundación de Instituto, el club de sus amores.

Un mes más tarde tuvo su primera oportunidad en la Selección Mayor de la mano de Gerardo Martino. Paulo sumó sus primeros minutos en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia, y se ilusionaba cada vez más con el rumbo que estaba tomando su carrera.

Se afianzó como un jugador importante en Juventus y celebró un doblete de títulos en su primera temporada, en la que ganó la liga y la Copa de Italia. Dio una muestra de su compromiso con el club al rechazar una jugosa oferta del Real Madrid en 2016, y entabló una relación especial con los hinchas.

Su consagración llegó en un duelo de cuartos de final de la Champions en 2017 cuando se despachó con dos goles contra el Barcelona y el equipo de Messi y compañía quedó fuera de la competencia. El enorme partido de Dybala tuvo su premio dos días más tarde cuando la dirigencia renovó su vínculo hasta el 2022 y lo convirtió en el jugador mejor pago del plantel.

La Juve soñaba con volver a conquistar Europa tras 21 años de sequía, pero su ilusión se chocó de frente con el imbatible Real Madrid. El conjunto español lo goleó por 4 a 1 en la final de la Champions y la derrota caló hondo en el ánimo de Dybala.

El club le dio un espaldarazo muy grande al cederle la camiseta número 10 que habían vestido leyendas como Michel Platini, Roberto Baggio y Alessandro Del Piero, pero no fue suficiente. Paulo entró en una crisis de confianza que afectó su rendimiento y tuvo que aprender a convivir con críticas constantes hacia su nivel.

Su travesía con la Selección tampoco le daba un respiro. El equipo de Jorge Sampaoli no daba pie con bola en las Eliminatorias y un frustrado Dybala declaró que le era “difícil” jugar junto a Leo Messi, lo que le valió aún más cuestionamientos.

El cordobés entró en una racha de lesiones y malos desempeños que le provocó un malestar casi imposible de disimular. La prensa italiana, que no había dudado en catalogarlo como “el nuevo Messi”, ahora lo castigaba cada fin de semana con comentarios mordaces y ponía en duda que tuviera lo necesario para ser el estandarte de Juventus.

“La Joya” tenía 24 años, la edad y madurez justa para explotar futbolísticamente, pero no podía frenar su caída. El peor momento de su carrera llegó meses antes del Mundial del 2018 y Sampaoli no tenía claro qué hacer con él.

Nadie podía negar su talento y potencial, pero su presente era muy pobre y le costaba encontrar su lugar en la Selección. El técnico lo incluyó en la convocatoria a último momento y Paulo sintió que Rusia podía ser su gran oportunidad de demostrar de una vez por todas que era un futbolista de élite.

El Mundial de Dybala no fue muy distinto al de Argentina: jugó solo 22 minutos en la caída por 3 a 0 ante Croacia y miró el resto de los partidos desde el banco de suplentes. Decepcionado, el cordobés regresó a Italia con una mochila cada vez más difícil de cargar, y los rumores de su salida de la Juve sonaban con fuerza.

Paulo tuvo que compensar con la cabeza todo lo que no le salía con los pies. La misma fortaleza mental que lo había ayudado a superar la muerte de su papá cuando tenía 15 años y que lo hizo destacarse en su paso por La Agustina, evitó que tirara la toalla.

Los hinchas bianconeri no habían olvidado su fidelidad hacia el club y nunca dejaron de apoyarlo. La dirigencia, por su parte, dio un golpe sobre la mesa con la contratación de Cristiano Ronaldo y nuevos aires de ilusión corrieron por las calles de Turín.

Dybala no había recuperado su mejor nivel, pero terminó el año con un desahogo importante. Metió su primer gol con la camiseta argentina tras 18 encuentros y vio como algunos de los fantasmas que lo perseguían empezaban a dejarlo en paz.

Juventus sufrió una nueva frustración en Europa contra el Ajax, pero “la Joya” soportó el golpe con otra entereza. Era el capitán de su equipo y ocupaba un nuevo rol en la Selección de Lionel Scaloni, donde volvió a ganar parte de su confianza y logró festejar contra Chile en la Copa América 2019.

La llegada de Maurizio Sarri a la dirección técnica de la Vecchia Signora terminó de enderezar su rumbo y Paulo se reencontró con su mejor nivel. Conformó una dupla temible con “CR7” y les recordó a sus detractores por qué estaba hace 5 temporadas en el más alto nivel del fútbol italiano.

A los 26 años, el cordobés está llamado a ser uno de los líderes de la nueva Selección Argentina y cerrar cualquier discusión con respecto a su figura. Juventus quiere renovar su contrato hasta el 2025 y sueña con que vista la camiseta albinegra hasta el día en que cuelgue los botines.

Logró forjar una trayectoria envidiable desde sus días en Alta Córdoba hasta convertirse en una estrella en Italia, pero el mundo del fútbol siente que todavía tiene algo más para dar. 

El tiempo y los resultados dirán qué lugar ocupará en la memoria de los argentinos cuando se hable de él en un par de décadas. Por el momento, Paulo Dybala es un crack con potencial de ídolo.