El futuro de Suárez podría estar en la Juventus.

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Luis Suárez en Barcelona: pasado glorioso, futuro incierto

05/09/2020 | 13:00 | El delantero uruguayo, tercer goleador histórico del club, está cerca de abandonar la institución por decisión de Ronald Koeman. Recorré su camino en el “Barca”.  

Raúl Monti

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El futuro de Suárez podría estar en la Juventus.

Para sus protagonistas, el fútbol puede ser un deporte tan maravilloso como cruel. Un juego capaz de subir a los mortales al olimpo de los ídolos, bajo promesas de gratitud y gloria eternas, y destrozarlos con la misma facilidad cuando llega el momento indicado, sin la menor consideración por sus logros del pasado. Ese amargo destino podría enfrentar Luis Suárez, quien ganó todo en Barcelona y hoy parece condenado a irse por la puerta de atrás.

Los números del uruguayo pesan más que cualquier calificativo: 198 goles y 97 asistencias en 283 partidos con la camiseta “blaugrana” lo metieron en el podio de los artilleros históricos en la institución. 13 vueltas olímpicas lo ubican, además, entre los más exitosos de los últimos años. Aún así, la crisis que sacudió al gigante catalán en el 2020 podría ponerle un punto final a su aventura en el “culé”, que alcanzó puntos muy altos pero no tuvo el inicio ideal.

Barcelona y Luis Suárez se encontraron en un momento complicado para ambas partes. “Lucho” había obtenido la Bota de Oro como máximo goleador de Europa en la temporada anterior a su llegada, pero ni siquiera podía pisar una cancha de fútbol cuando fue anunciado como refuerzo. Su insólita mordida a Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil 2014 le había costado una sanción de 4 meses por parte de la FIFA, y su futuro, antes promisorio, era una incógnita.

El “Barca” tampoco la estaba pasando bien. Real Madrid presumía en sus vitrinas la décima Champions de su historia, Cristiano Ronaldo le arrebataba el Balón de Oro a Lionel Messi tras 4 años de hegemonía y el presidente del club, Sandro Rosell, renunciaba a su cargo por un escándalo judicial. En ese contexto, la contratación del uruguayo fue un mensaje hacia los grandes equipos del continente: Barcelona está vivo y quiere pelear por todo.

Los dirigentes de la institución llegaron a un acuerdo con el Liverpool por 81 millones de euros a cambio de su gran goleador. Fue un pedido especial de Luis Enrique para completar una delantera cien por ciento sudamericana junto a Messi y Neymar, con el objetivo de competirle al tridente de Ronaldo, Benzema y Gareth Bale. Suárez tuvo su debut tres meses después de su arribo y comenzó a luchar por un lugar en el primer equipo.

Aunque en un principio le costó recuperar ritmo de competencia y era cuestionado por su estado físico, empezó a meter goles al poco tiempo de mudarse a Cataluña. Entabló una relación muy especial con sus compañeros de ataque y apareció en los momentos importantes. Su consagración llegó en la final de Champions contra la Juventus de Carlos Tévez: metió el gol que desequilibró la balanza a favor del Barcelona y realizó un aporte esencial para que el club ganara el segundo triplete de su historia.

Inició su segundo año en el “blaugrana” con 5 goles en 2 partidos en el Mundial de Clubes, en una actuación de lujo que el River de Marcelo Gallardo sufrió en carne propia. En 2015 el planeta fútbol presenció el origen de una de las fórmulas ofensivas más peligrosas de los últimos años: la “MSN”. La genialidad de Messi, el desequilibrio de Neymar y la puntería de Suárez causaron estragos en Europa y el fútbol español, que se rindió a sus pies. El uruguayo se quedó con el premio de “Pichichi” de la liga por encima de Ronaldo y el astro argentino, algo que solo él pudo lograr desde el 2009 hasta la fecha.

Aún así, los años venideros marcaron el principio del fin de la era dorada del Barcelona, que recibió tres golpes que lo dejaron en la lona: la “Orejona” volvió a Madrid de la mano de Zinedine Zidane, Luis Enrique abandonó el proyecto por motivos personales y Neymar se fue al Paris Saint Germain para hacer su propio camino. Sin técnico, sin “MSN” y con el clásico rival en un momento soñado, el club emprendió una travesía que fue de mal a peor.

Tras la partida de Neymar, y con toda la presión sobre sus hombros, Suárez y Messi dejaron de ser solo buenos compañeros para convertirse en amigos de la vida. Entre mates y asados, el buen vínculo se extendió a sus familias y los acercó más que nunca. Sus esposas abrieron juntas una zapatería en Barcelona, sus hijos comenzaron a compartir las tardes en la escuelita del club y toda esa química se trasladó al campo de juego. La dupla mantuvo su racha goleadora y el predominio en España, pero el Madrid de Zidane seguía arrasando con todo a nivel europeo.

Aunque el uruguayo y el argentino parecían intocables para la hinchada, el clima en Barcelona cambió radicalmente en muy poco tiempo. Las dolorosas derrotas en Champions ante Roma y Liverpool hicieron tambalear a más de un ídolo en el “culé”, y la paciencia con entrenadores y dirigentes comenzó a escasear. Para no perder la costumbre, Suárez siguió rompiendo redes y se metió entre los máximos artilleros en la historia de la institución, pero sus festejos no alcanzaron para evitar el desastre.

El humillante 2-8 que el “Barca” sufrió en manos del Bayern Munich tuvo un efecto incendiario sobre los referentes del plantel, y el uruguayo fue uno de los más criticados por la prensa y por los hinchas. El 14 de agosto de 2020, Luis Suárez convirtió ante los alemanes su tanto 198 en el club, que reafirmó su posición como el tercer goleador histórico, pero podría ser el último. La llegada de Ronald Koeman parece haber sentenciado su destino: el técnico holandés le avisó por teléfono que no lo tendrá en cuenta y que se busque club.

El uruguayo, que pasó por Nacional, Groningen, Ajax y Liverpool antes de aterrizar en Cataluña, podría seguir su camino en la Juventus de Italia. Sería su primera experiencia en la Serie A, a la que llegaría con una vasta trayectoria en equipos obligados a ganarlo todo. El conjunto dirigido por Andrea Pirlo está negociando con el goleador de 33 años para conformar una delantera temible: Cristiano Ronaldo, Paulo Dybala y Luis Suárez.

Su posible salida del “culé” quedó en un segundo plano sólo porque coincidió con la novela de Lionel Messi, que con sus idas y vueltas fue el protagonista excluyente del mercado de pases. Aunque el futuro del uruguayo es incierto y se especula con que Koeman reconsidere su decisión, varios clubes de Europa se relamen con la posibilidad de sumar a sus filas a uno de los mejores atacantes del planeta.

Hasta entonces, Lio y “Lucho”, amigos dentro y fuera de la cancha, eligieron pasar juntos las que podrían ser las últimas semanas de Suárez en Barcelona. Mientras la prensa española los persigue cada vez que van a un restaurante o juegan un partido de pádel, los fanáticos sufren al imaginar su partida, porque en Luis Suárez hay casi 200 goles que podrían irse sin despedidas ni homenajes en el Camp Nou.

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