Los defensores que marcaron el siglo XXI (Por Mauricio Coccolo)

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Los mejores centrales del siglo XXI

12/04/2020 | 14:27 | Todas las listas generan controversias. Sin embargo, jugadores como Sergio Ramos, Nesta y Cannavaro hicieron historia. En Sudamérica, dejaron su marca figuras como Diego Godín o "El Ratón" Ayala.

Mauricio Coccolo

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Los defensores que marcaron el siglo XXI (Por Mauricio Coccolo)

Todas las listas, incluyendo las del supermercado, generan controversias. En el fondo, es probable que ese sea el verdadero motivo de su existencia.

En el fútbol ya no quedan listas por hacer, pero reincidiremos con una más: los mejores marcadores centrales del siglo XXI.

No es un ranking. No aparecerán mencionados en base a ningún orden de méritos. La única condición es que sean defensores que hayan jugado la mayor parte de su carrera desde el 2000 hasta la fecha. Pueden ser centrales zurdos o derechos. Esta vez no participan los laterales.

No vale usar internet. Sin googlear. Tienen que ser los primeros nombres que aparecen en los recuerdos. Por supuesto que van a quedar muchos afuera, quizás haya ausencias imperdonables, pero esa es la característica fundamental de las listas: siempre faltan cosas.

Sergio Ramos podría ser el número uno entre los mejores centrales del siglo, pero como esa no es la idea, ahorremos el debate. Donde quizás no haya dudas es a la hora de elegir al mejor defensor de la historia de España: si no es Sergio Ramos, pega en el palo y no entra porque él la saca sobre la línea.

Repasar los logros de Sergio Ramos es redundar en una carrera plagada de éxitos, ganó todo con la camiseta de su país y con la del Real Madrid, pero su principal mérito es que lo odian los rivales y lo aman los propios. Son muy pocos los elegidos que pueden cruzar esa línea.

Hay tres centrales italianos que marcaron una época durante los últimos veinte años, vamos a empezar con el menos conocido, pero sirve como hilo conductor con los otros dos: Alessandro Nesta.

¡Ah…, Nesta! Es la primera expresión que surge al escuchar su apellido y eso está directamente relacionado con la forma de jugar que tenía: las barridas hacia los costados fueron su sello. Elegante, tiempista, veloz; además, tenía todo lo otro: fuerza, cabezazo, anticipo, uno contra uno. Era completo. Por si hace falta recordarlo, Alessandro Nesta la rompió en la Lazio, en el Milán y en la selección italiana.

Fabio Cannavaro encaja más en lo que podría definirse como el prototipo del defensor italiano. Duro, bravo, carismático, líder, ganador. Aún vestido de traje, y esperando para recibir el Balón de Oro, daba la sensación de que estaba a punto de tirarse a los pies en cualquier momento.

La trascendencia de Cannavaro no está en las vitrinas, hay que buscarla en las retinas. Verlo en los recuerdos es ver a uno de los mejores, siendo el mejor cuando es más difícil serlo: en un Mundial, por ejemplo.

Nesta-Cannavaro fue la pareja de centrales durante muchos años en la selección de Italia y automáticamente remite al último nombre de la trilogía: Paolo Maldini. Nesta-Maldini fueron de los mejores jugando juntos en el Milan.

El problema con Paolo Maldini, vaya problema, es que jugó mucho como lateral izquierdo, pero la zaga que formaron con Nesta, para ganar dos Champions separadas por cuatro años (2003 y 2007), es un certificado de su grandeza. Es más: quizá sea injusto poner a Maldini en una lista de los mejores centrales desde el 2000, porque lo suyo da para meterse en cosas más grandes, como los mejores defensores de toda la historia.

Argentina tuvo, desde siempre, muy buenos centrales, pero el corte de tiempo achica las opciones. En el siglo XXI abundan los buenos, aunque hay pocos que pudieron meterse en el grupo de los muy buenos. Uno de ellos fue Roberto Fabián Ayala.

Ayala tuvo su pico de rendimiento entre el 2000 y el 2004, donde consiguió ganar la Liga española con el Valencia, algo que hoy parece imposible, y fue referente de la selección argentina, llegando incluso a conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, como uno de los tres mayores que Bielsa llevó a Atenas.

Otra tierra fértil para los marcadores centrales es la uruguaya. La tradición de la garra charrúa reverdeció viejos laureles en el Mundial del 2010, cuando Diego Godín fue uno de los puntales, junto a Lugano, de la celeste que llegó al tercer escalón del podio.

Diego Godín encontró rápidamente su lugar en el mundo en el Atlético de Madrid, con Diego Simeone como técnico. El estilo de juego del equipo colchonero tuvo, durante muchos años, al defensor uruguayo como sostén defensivo de una estructura que compitió mano a manos con los mejores clubes de Europa.

Muy lejos de la furia, que la caracterizaba en otras épocas, la renovada selección de España vio nacer a dos marcadores centrales que encajaron perfectamente en el nuevo estilo. Primero fue el turno de Carles Puyol, otro que, como Maldini, está para discutir bien arriba en el ranking de los mejores defensores de toda la historia.

Después de Puyol, como si le hubieran pasado la posta, llegó el momento de Gerard Piqué, otro producto de la cantera del Barcelona, que tuvo que salir a buscar minutos en diversos clubes para completar su formación y volver mejor de lo que se había ido.

Juntos, Puyol y Piqué, la rompieron en la selección española que deslumbró al mundo en Sudáfrica 2010. Aquella última línea de España, tenía además a Sergio Ramos en el lateral derecho, juntando a tres de los mejores defensores de toda la historia del fútbol español.

En la actualidad, no hay ninguna duda, el mejor defensor del mundo es Virgil van Dijk, el central neerlandés del Liverpool tuvo una temporada perfecta entre 2018 y 2019, coronada con la Champions y un Balón de Plata, que bien pudo ser de oro, detrás de Messi.

Cuando el Liverpool compró a Van Dijk, lo pagó como nunca nadie antes había pagado a un defensor: 85 millones de euros. Virgil devolvió cada uno de los centavos que invirtieron en él con sudor y cortes impecables. En la era de las mediciones, hay un dato demoledor que define a la perfección lo que es Van Dijk: ningún rival pudo superarlo con una gambeta durante 65 partidos.

¿Cómo que el repaso por los mejores marcadores centrales del siglo XXI se termina acá? ¡No puede ser! Faltan un montón. Es cualquiera la lista. Si esa fue su reacción, pues entonces el objetivo se habrá cumplido. Para eso existen las listas: para recordar lo que quedó afuera.