El máximo logro en la historia del fútbol necochense.

Informes de La Previa

La mejor Estación

15/08/2020 | 15:13 | Hace 32 años, Estación Quequén de Necochea con apenas 18 de vida, llegaba al Nacional B. Su historia, contada por "Paco" Sánchez, Sergio Mainardi y Julio Starópoli. 

Gabriel Rodríguez

Audios

El máximo logro en la historia del fútbol necochense.

Quequén es una pequeña localidad bonaerense reconocida por sus playas, su Faro y el Monumento a los caídos en Malvinas, y separada de la ciudad de Necochea justamente por el río Quequén Grande. 

Encima de ese río, un puente de más de 80 años marca el límite entre ambas. Quequén, cuya lengua indígena significa “río barrancoso”, ocupa 4.500 hectáreas dentro de la superficie del partido de Necochea, de 400 kilómetros cuadrados.

El censo de 1980 arrojó poco más de 11 mil habitantes y 10 mil de ellos, en una fría tarde del domingo 5 de junio de 1988 en cancha de Rivadavia, se vieron alterados por algo que nunca más volvió a suceder: el Club Social y Deportivo Estación Quequén, con apenas 18 años de existencia y a punto de los 19, llegaba al entonces Nacional B.

Está bien, usted dirá qué tiene de distinto a otros ascensos. Es que nunca antes se había alcanzado semejante logro y nunca más el fútbol de Necochea volvió a estar tan alto. Y cada año que pasa, aquello gana en trascendencia, emotividad y gloria.

Tres jugadores emblemáticos de aquel plantel, recordaron la epopeya como si fuera hoy: el artillero Luis Eduardo “Paquillo” Sánchez (“Fue algo impensado, pero merecido”), el talentoso mediocampista Sergio Mainardi (“Ni nosotros lo podíamos creer”) y el arquero Julio César Starópoli (“No lo vamos a olvidar más, nos quedó marcado para siempre”).

Camiseta verdiblanca, campeón de la Liga Necochense nueve veces, pero fueron ocho hasta el título conseguido en 1986, certamen que le dio la posibilidad de jugar el Torneo del Interior 1987 y que podía desembocar en un sueño que parecía lejano: el Nacional B.

La cancha de Estación Quequén en la actualidad.

Arrasó en la primera parte y en la segunda también. Si el objetivo era hacer una gran campaña, el objetivo se había cumplido con creces. Estación pasó a los zonales de ascenso, dos grupos de seis equipos del interior y dos metropolitanos cada uno, de ida y vuelta con eliminación directa. En cuartos de final el rival fue Sol de Mayo de Viedma, caída 2-1 en el Sur y goleada de 4-2 en Necochea.

“Éramos un equipo con casi todos jugadores de la ciudad, la situación fundamental fue que no perdimos nunca de local. Creo que fue la alegría deportiva más grande que hubo en Necochea”, opinó Sánchez en diálogo con Cadena 3.

En semifinales apareció Almagro, que había perdido el ascenso directo con Talleres de Escalada. “Paco” Sánchez, aquel que después jugó en Belgrano, le dio la victoria a Estación en la ida. 

En la revancha el “Tricolor”, donde deslumbraba con la “10” Ricardo Caruso Lombardi, se impuso por el mismo marcador. En los penales, la serie de cinco terminó igualada y había que definir de a uno, el que se equivocaba perdía. El arquero Javier Erasún se convirtió en el héroe, cual “Chiquito” Romero en el Mundial de Brasil: detuvo el noveno penal y luego, él mismo se encargó de tomar la pelota, ponerla en el piso y adueñarse del éxtasis. ¡Estación Quequén era finalista!

El rival del Zonal Sureste era un gigante de la zona como Olimpo de Bahía Blanca que tenía entre otros al papá de Rodrigo Palacio, Roberto Depietri, Miguel Lemme y el uruguayo Rubens Navarro. El 29 de mayo en el Carminatti y para sorpresa de todos, empate 1 a 1 y lo que parecía imposible era una hermosa realidad. Estación Quequén estaba a un paso del Nacional.

El 5 de junio de 1988 fue el día más importante en la historia del fútbol necochense. Erasun; Dindart, Carlos Pérez, Fabián Mainardi y Carlos Beguiristain; Márquez, Sergio Mainardi y Molina; Dialeva, Sánchez y Guerrero fue la formación que impuso “Quito” Ortiz, el técnico de un plantel que también tuvo a Starópoli, José Beguiristain, Daniel Fernández y Sergio Portugal entre otros. “Paco” Sánchez convirtió el gol del triunfo, el del ascenso, una euforia sin límites.

Sánchez celebra el ascenso con los hinchas de Estación Quequén.

La caravana de coches hizo sonar sus bocinas hasta entrada la noche, por un logro deportivo insuperable teniendo en cuenta la dimensión que alcanzó después cuando, por ejemplo, visitó a Lanús y las radios Rivadavia y Continental, que acaparaban el fútbol del ascenso, transmitieron el partido.

Una semana después del ascenso y gracias a los particulares reglamentos afistas, participó en un torneo reducido por el segundo ascenso a Primera División, perdiendo en la primera ronda ante un poderoso Chaco For Ever.

Fue tapa de Clarín, La Nación, Popular, Crónica, El Litoral y La Voz enfrentando a rivales como Huracán, Lanús, Belgrano, Unión, Colón, Banfield y Quilmes. La sola referencia de esto y lo que significa la notable promoción turística de que se mencione a Necochea – Quequén, es una referencia de lo que logró aquel grupo de futbolistas.

La presencia en el Nacional B duró apenas una temporada, cosechando 9 victorias, 13 empates y 20 derrotas, anotando 47 goles y recibiendo 69, quedando en el 18° puesto de 22 equipos. 

Es que aquel grupo de chicos, forjado en los seleccionados juveniles de Necochea, se encontró con la experiencia de Huracán con Cúper, Garré y Quiroz; de Unión con Toresani, “Pepe” Castro y Bottaniz; de Belgrano con Sodero y Monserrat aunque al "Celeste" le ganó los dos partidos y de ello se acuerda Sánchez, que después jugó en la “B”: “El primer triunfo fue justamente contra Belgrano de Córdoba, después tuve la suerte de ir allá y disfrutar seis meses. No rendí para nada, pero le hice dos goles a Talleres en mi debut y eso quedó grabado en mi memoria”.

Fue último en la tabla de promedios y acompañó al descenso a Chacarita y a Temperley. “Era un club chico con gente humilde, nos conocíamos prácticamente desde chicos. Por falta de experiencia quedamos terceros o cuartos de abajo para arriba y nos fuimos por el promedio”, narró Sergio Mainardi a Cadena 3.

El recuerdo de los integrantes de ese plantel.

Pese al descenso, muchos de esos jugadores tuvieron un gran porvenir: Fabián Mainardi pasó a Lanús, “Paco” Sánchez a Belgrano, el “Cubano” Fernández a Chicago, Pablo Dialeva primero a Armenio y luego a Racing de Nueva Italia y Julio Starópoli a Chaco For Ever, y a Instituto después.

“Marcó un camino para todo el plantel, el 60% se fue a probar suerte en otros lugares. Tuvimos la posibilidad de encaminarnos como profesionales, nos dejó una huella importante”, rememoró el arquero Starópoli.

Estación Quequén, la historia a 32 años del equipo más humilde que alguna vez jugó el campeonato de ascenso más importante y duro de esta parte del planeta. Como si hubiera sido ayer dice Mainardi: “Realmente fue muy lindo, maravilloso, inolvidable. Se me pone la piel de gallina al recordarlo porque es como si hubiese sido ayer, y pasaron 32 años”.

Te puede Interesar

Primera Nacional

Su presidente, Pablo Bianchini, dijo a Cadena 3 que es "lo más justo". Aún se desconoce cómo se disputará el tramo final del campeonato. San Martín de Tucumán reclamó al TAS el ascenso.

Fútbol argentino

Lo señaló a Cadena 3 el presidente del "Ciruja", Roberto Sagra. Especuló que se busca beneficiar a Tigre. "AFA se ampara en una vara política, que viene de (Sergio) Massa", dijo. El club tucumano quiere que le den el ascenso.