José Luis Brown: “El Tata Coraje”

Grandes del deporte

José Luis Brown, “El Tata Coraje”

03/02/2019 | 15:11 |

Recordamos aquel cabezazo del defensor para abrir la cuenta de la final del Mundial de México 1986. 

Jorge Parodi

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Hay días épicos, increíbles, soñados, históricos, días que cambian la vida de la gente. Días que nadie quiere, ni puede olvidar

Un domingo 29 de junio de 1986 en el mítico Estadio Azteca, en México, José Luis el Tata Brown entró “de cabeza” en la historia del fútbol mundial.

Esa tarde  la Selección Argentina (la de un Diego Maradona inigualable) venció a Alemania por 3 a 2  y logró su segundo y último título en los Mundiales.

Suele decirse que en ese Mundial, detrás de Diego había un equipo. Esa formación plagada de figuras tenía un Tata, un padre coraje.

José Luis Brown, de él se trata, llegó a ese Mundial discutido y sin club. Bilardo confiaba en él, lo hizo debutar en Estudiantes en 1975 y lo hizo capitán del equipo campeón de principio de los 80.

“El Tata” tiene un origen humilde. Su casa era un rancho: una habitación donde dormían sus viejos y una cocina enorme, a la que su papá le puso una división con una tela y armó el lugar en el que dormían los tres hermanos. Cuando llovía había que correr los muebles.

Su  mamá era empleada doméstica y el Tata se crió en una escuela-hogar, en Ranchos.

Hoy la cancha del pueblo lleva su nombre.

Pero volviendo a aquel Mundial de México, Brown no era titular. Una controvertida enfermedad digestiva  de Daniel Pasarella le abrió las puertas para jugar  y no la desaprovechó.

Jugó con coraje y en un muy  buen nivel en los seis partidos previos a la final. Fue testigo presencial dentro del campo de la Mano de Dios y del gol más genial de la historia de la Copa, en los dos casos con Diego como protagonista.

Pero ese día, el de la final, fue el soñado. A la hora señalada, minuto 23 del primer tiempo, Argentina y Alemania igualaban 0 a 0 en un partido cerrado.

Era un centro preparado, lo practicaba Bilardo  con la rosca saliendo para afuera. Se posicionaron en el área Batista, Ruggeri y Valdano.

Burruchaga sacó el centro, “El Tata” dio el paso hacia adelante para elevarse y de reojo vio al arquero alemán  Schumacher que venía saliendo, se apoyó en Maradona, extendió los brazos como un ángel y cabeceó al gol.

“El Tata” dice que le explotó el corazón, como le ocurrió a millones de argentinos

El Tata Brown se arrodilló y le estallaron las lágrimas de emoción, a millones de argentinos nos pasó lo mismo.

Justo él, el goleador menos pensado, el que no estaba en los planes de nadie (salvo de Bilardo), el que ni antes, ni después convertiría un gol con la camiseta albiceleste.

Fue la tarde del “Tata Coraje”.