¿Hay un nuevo Messi?

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¿Hay un nuevo Messi?

08/02/2020 | 13:53 | El capitán del Barcelona se metió en el centro de la polémica por sus críticas a la dirigencia del club. En los últimos años, "Lio" se animó a decir lo que pensaba y su palabra hizo ruido. Escuchá. 

Mauricio Coccolo

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¿Hay un nuevo Messi?

Lionel Messi es el goleador histórico de la selección argentina y, si no pasa nada raro, próximamente también será el jugador con más partidos, pero nada de todo eso le alcanzó —y quizás nunca le alcance— para acallar a los críticos que siempre tienen algo que reclamarle.

Entre tantos cuestionamientos que recibió Messi, muchos le criticaban que no cantara el himno. Hasta que un día lo hizo. 

Fue en la previa de los cuartos de final contra Venezuela por la Copa América 2019. “Hoy tenía ganas y lo canté”, explicó Leo con su lógica tan especial. 

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Lo que nadie notó en aquel momento fue que cantar el himno era la presentación pública del nuevo Messi. 

Un nuevo Messi que provocaría una nueva grieta entre los futboleros: de un lado, los que siempre lo habían defendido se sentían un poco decepcionados y, del otro, los que antes lo criticaban ahora salían a bancarlo.

Un embrión del Messi modelo 19/20 podría encontrarse en la Copa del 2016, que se jugó en Estados Unidos. Antes de perder la tercera final consecutiva con la Selección, el rosarino, que se había dejado la barba, se animó a cuestionar a los dirigentes argentinos cuando, enojado por la demora en un vuelo, escribió en sus redes sociales: “Que desastre son los de AFA por dios !!!!”.

Para terminar de entender aquel contexto hay que recordar que por esos días Diego Maradona había dicho, en una conversación con Pelé, que Messi “no tiene mucha personalidad como para ser líder”.

Desde siempre los críticos de Messi lo pusieron a la sombra de Maradona, una idea que el propio Diego alimentó con sus habituales idas y vueltas. 

Incluso, en la previa de la Copa América de Brasil, Maradona había hecho unas declaraciones que, con el paso del tiempo, podrían considerarse la gota que colmó el vaso de la paciencia de Messi.

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Diego destacó que a Leo lo quería con todo su corazón, pero también se encargó de remarcar que no insistieran con hacerlo líder porque “no lo va a ser, porque va a estar en su mundo deportivo, futbolístico y con su familia”.

En el fondo, lo que Maradona buscaba era acercarse a Messi con una actitud pública conciliadora después de que un año antes, luego del Mundial de Rusia, le había tirado con munición gruesa diciendo que era “inútil querer hacer caudillo a un hombre que va veinte veces al baño antes de un partido”.

Otro capítulo del origen del nuevo Messi fue cuando el rosarino tomó el micrófono en la sala de conferencias del estadio de San Juan y habló por sus compañeros para anunciar que el plantel de Argentina no hablaría más con la prensa.

Los jugadores de la Selección estaban enojados por un rumor y, en lugar de tomárselo como de quién viene, decidieron cortar el dialogo con todos los periodistas. 

Messi fue la cabeza de una medida que al poco tiempo quedaría en el olvido sin que nadie decretara su final.

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Más allá de toda la carga previa, claramente la aparición del nuevo Messi, si es que puede decirse que hay un nuevo Messi, se produjo en el Mineirao después de perder las semifinales de la Copa América contra Brasil.

Lionel Messi disparó contra el arbitraje y la Conmebol. Dijo que Brasil manejaba todo, pidió respeto para el nuevo grupo de jugadores de Argentina y elogió el sacrificio del equipo. 

Esa noche, muchos argentinos celebraron el nacimiento de un Messi combativo, del capitán que —supuestamente— la Selección estaba necesitando.

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Pero la película no terminaría ahí porque cuatro días más tarde, después de ganarle a Chile por el tercer puesto, Messi redobló la apuesta. 

Tras ser expulsado por segunda vez en su vida con la Selección, Leo no fue a recibir la medalla de bronce y volvió a ponerse los guantes en la zona mixta.

“Creo que esta Copa América está armada para Brasil. No tenemos que ser parte de esta corrupción”, dijo Messi declarándole la guerra a la Conmebol. 

En otra escala, y en un contexto diferente, a más de uno se le ocurrió compararlo con Maradona gritando contra la FIFA en el Mundial de Italia.

Otra vez la sombra de Maradona se cruzaba con Messi, pero ya no para menoscabarlo sino para ponerlos juntos en el mismo altar. 

“Me gusta más este Messi. Lo vi más rebelde. Me pareció un Messi Maradona”, resumió Diego y despertó los aplausos de sus fieles seguidores, que ahora le abrían a Leo las puertas de la Iglesia Maradoniana.

El Messi peleador de la Selección, que parecía reservado solo para las conferencias de prensa, se terminaría trasladando también a la cancha. Como nunca, el rosarino se cruzaría con sus rivales.

Primero fue contra Tite, el técnico brasileño al que el astro argentino mandó a callar en el medio de un partido amistoso.

Después discutiría con Cavani, hasta el punto de aceptarle la invitación para pelear cuando el uruguayo quisiera. Así, Messi construía su propio “Segurola y Habana 4310, 7º piso…”.

El 2020 le trajo a Messi un cambio climático que no figuraba en el radar. Barcelona siempre fue su refugio, el lugar donde recuperaba la calma después de sufrir las tempestades de Argentina, pero últimamente los soleados días catalanes se ven amenazados por oscuros nubarrones.

Los primeros vientos de cambio soplaron cuando Messi criticó a los dirigentes del Barcelona porque no habían hecho lo suficiente para repatriar a Neymar.

La cosa se complicó después de la increíble derrota contra el Atlético de Madrid, que se llevó puesto a Valverde. Y el combo se completó en los últimos días con las declaraciones cruzadas entre Messi y Abidal, el secretario deportivo.

Encima, sobre lo llovido, el Atlhetic de Bilbao le echó un baldazo de agua helada a la situación deportiva del Barcelona. Mientras juntan las piezas del jarrón para volver a unirlas, todos en el Barza saben que las rajaduras ya no podrán disimularse.

Lionel Andrés Messi sigue siendo el mismo que obliga a revisar la historia cada vez que sale a una cancha de fútbol para hacer lo que mejor sabe hacer: jugar a la pelota. Eso no es ninguna novedad. Pero lo que parece que está cambiando ahora son sus atributos de liderazgo. ¿Será?

Informe de La Previa.