Gimnasia vs. Estudiantes: el clásico de las distancias

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Gimnasia vs. Estudiantes: el clásico de las distancias

02/11/2019 | 15:00 |  Por Mauricio Coccolo

Mauricio Coccolo

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Gimnasia vs. Estudiantes: el clásico de las distancias

Los clásicos son mucho más que un partido de fútbol. En cualquier parte del mundo, lo primero que hacen los hinchas, antes de empezar la temporada, es buscar en el fixture la fecha del partido contra el rival de toda la vida. Eso es un clásico: el rival de toda la vida. Dos mundos contrapuestos que se necesitan, pero nunca estarán del mismo lado.

Los clásicos tienen un componente geográfico que casi siempre es el origen de la rivalidad. Como si se fuera un zoom futbolero se puede ir desde los duelos entre los más grandes del país, hasta los más grandes del pueblo, pasando por los de la región, los de la ciudad, los del barrio…

La ciudad de La Plata no es la excepción, al contrario: el microclima platense ha generado desde el principio de los tiempos una rivalidad que no entiende de distancias deportivas porque Estudiantes y Gimnasia, Gimnasia y Estudiantes, juegan por algo más que un resultado en la planilla, juegan por el honor.

Desde aquella separación inicial, la brecha se agigantó con el paso del tiempo hasta dibujar dos identidades bien marcadas. Aunque los tantos se mezclan un poco y se puede encontrar de todo en cada uno de los bandos, en líneas generales los hinchas de Gimnasia se presentan como los sufridos que hacen el aguante a pesar de que nunca salieron campeones, mientras que los de Estudiantes saben de grandes épocas gloriosas y las defienden con orgullo porque representan un estilo de juego, una forma que incluso convirtieron en “escuela”.

El clásico de La Plata tiene un ingrediente histórico que lo define desde el origen: Estudiantes surgió en 1905 por un grupo de jóvenes que se fueron enojados del Club de Gimnasia y Esgrima por las decisiones que ahí se tomaban respecto de la práctica del fútbol. Los incipientes rivales tardarían más de una década en cruzarse: el primer partido oficial recién se jugó en 1916 y terminó con victoria del Lobo por 1 a 0.

Después del duelo bautismal se disputaron otros 178 partidos que tuvieron 65 triunfos de Estudiantes, 50 de Gimnasia y 64 empates. La diferencia de 15 victorias a favor del Pincha es una de las más holgadas en todos los clásicos del país. De hecho, suele atribuírsele al clásico platense la particularidad de ser uno de los más desparejos de la Argentina.

La comparación de las vitrinas profundiza aún más las distancias deportivas: mientras Estudiantes fue 6 veces campeón en Primera, ganó 4 Libertadores y 1 Intercontinental, Gimnasia apenas cuenta con 1 título de la máxima divisional y la Copa Centenario del 93.

De hecho, para encontrar semejante disparidad entre dos clásicos rivales de la misma ciudad hay que salir del país y recurrir a un Barcelona-Espanyol o compararlo con un duelo de barrio como San Lorenzo-Huracán.

A la distancia que los separa por los títulos conseguidos, se suma que Estudiantes marcó una superioridad inédita en los últimos años con una racha de 15 partidos sin perder durante los últimos nueve años. Incluso, uno de los chistes habituales suele ser recordar que la última vez que Gimnasia ganó el clásico el dólar estaba a 3,82; fue el 3 de febrero de 2010 por 3 a 1 con una destacada actuación de Stracqualursi que convirtió dos goles.

Como si tanto tiempo sin perder contra el Lobo no fuera suficiente, en el medio de esa racha los hinchas de León disfrutaron ganando la única serie que los enfrentó en una copa internacional, por la Sudamericana del 2014 cuando Diego Vera fue el autor del solitario gol que tuvieron los 180 minutos de clásico, que terminaron con Estudiantes festejando una vez más.

Si hablamos de goleadas, de nuevo son los del Pincha los que lustran la chapa sacando a relucir el histórico (y difícil de repetir) 7 a 0 del 15 de octubre de 2006, el día del triplete de Calderón, el doblete de Galván y los restantes gritos de Pavone y Luguercio; el día de la paternidad de Estudiantes sobre Gimnasia.

Los hinchas del Lobo recuerdan con mucha alegría un 4 a 2 de abril del 2003 en la vieja cancha de Estudiantes cuando ganaron después de estar dos veces abajo en el marcador. Sanguinetti, por dos, Enria y el Pampa Sosa fueron los responsables de una festejadísima victoria de Gimnasia a domicilio.

Otro partido del que presumen por el Bosque fue el del famoso gol del terremoto. Dicen, con el sismógrafo de La Plata como prueba, que aquel 5 de abril de 1992 el festejo de los triperos por el gol de Perdomo hizo temblar a la ciudad de las diagonales.

Todas las cuentas que se hagan sobre el clásico platense favorecen a Estudiantes que domina por 15 en el historial general, 16 en Primera División y 13 en el profesionalismo, pero Gimnasia este año tiene una carta en la que confía: Diego Maradona.

El actual técnico del Tripero se lleva todas las miradas de la presión y será uno de los atractivos en el Bosque, sumando a su habitual imán un cruce público con Juan Sebastián Verón, el presidente de Estudiantes. Esa es la otra arista del duelo platense: Maradona contra Verón.

Para ninguno de los dos nunca será un clásico más, a pesar de las diferencias ambos quieren ganarlo para sentirse un rato dueños de la ciudad. Dueños de La Plata. Dueños de la felicidad.