Gallardo cumple, el "Muñeco" dignifica

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Gallardo cumple, el "Muñeco" dignifica

17/01/2021 | 14:49 | Luego de quedar eliminado de la Copa Libertadores, el entrenador de River aplaudió el esfuerzo de sus futbolistas, pero su continuidad en el cargo es una incógnita. ¿Se queda o se va del "Millonario?

Diego Borinsky

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Gallardo cumple, el "Muñeco" dignifica

Orgulloso y triste. Emocionado y golpeado. Pocas veces se lo escucha a Marcelo Gallardo en una conferencia de prensa ya después de bajar la adrenalina en el vestuario, así, a punto de quebrarse. Fue su última aparición pública, el martes sobre la medianoche, después de la victoria por 2-0 ante Palmeiras que no alcanzó. En la primera pregunta le pidieron que hiciera un balance de la actuación de River en la Copa. Prefirió contestar otra cosa. Anunció que iba a hablar de lo acontecido hacía un rato. Eligió centrarse en el partidazo que acababan de jugar sus futbolistas, les agradeció profundamente, le deseó suerte a Palmeiras y un buen año a todos. Y se fue. Su exposición duró 2 minutos y 10 segundos. Acaban de escucharla completa. Gallardo prefirió no responder preguntas inevitables sobre el arbitraje, que lo había perjudicado, para que el foco estuviera en la magnífica actuación de sus futbolistas y no en los desaciertos del VAR. Quería que los títulos de portales y diarios del día siguiente resaltaran el orgullo que sentía por sus dirigidos. Sólo eso. El Muñeco siempre tuvo un manejo muy hábil del discurso y del mensaje que pretende bajar.

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Mañana, lunes 18 de enero, Marcelo Daniel Gallardo cumplirá 45 años. A 11 mil kilómetros de distancia, en la fría Manchester, también le cantarán el feliz cumple a Josep Guardiola. Para el catalán será especial, un aniversario redondo: cumple 50. El Muñeco y Pep no sólo coinciden en la fecha de cumpleaños y en la inicial del apellido; han sido futbolistas de técnica sobresaliente y que sufrieron muchas lesiones desde jóvenes. Esa fragilidad en sus físicos los obligó a tener que largar rápido la pelota, los estimuló a pensar la jugada siguiente antes de concluir la anterior, a pensar siempre -y más que otros- los movimientos de rivales y compañeros. Desde posiciones similares, aunque Pep unos metros más atrás como elegante 5 distribuidor y el Muñeco más adelante como clásico enganche, quizás allí comenzó a gestarse la cabeza de dos de los entrenadores más respetados y ganadores del mundo. Hicieron de la necesidad, una virtud.

Marcelo Gallardo cumple 45 años y observen qué curioso este dato. Vamos a sumar juntos. Arrancó en River apenas concluída la escuela primaria, a comienzos de 1989, con 13 años recién cumplidos. Debutó en 1993 y fue vendido al Mónaco en junio de 1999. Ahí tenemos 10 años y medio. Volvió a mediados de 2003 tras pelearse con Didier Deschamps, entrenador del Mónaco, y jugó en River hasta fines de 2006. Ahí tenemos otros tres años y medio. Colgado por Daniel Passarella, el mismo entrenador que lo promovió a Primera y a la Selección, se fue a jugar un año al PSG y otro al DC United de la MLS. Volvió a comienzos de 2009 y se tuvo que ir a mediados de 2010, nuevamente despedido por Passarella, ahora como presidente, y con Ángel Cappa como entrenador, cuando su deseo era retirarse en el club. Ahí tenemos otro año y medio. Si sumamos da 15 años y medio como jugador de River, entre inferiores y primera. Como entrenador asumió en junio de 2014 y en diciembre último llegó a 6 años y medio. Tecleamos la calculadora y el total de los años de Gallardo en River son 22. Sí señores: 22 de 45, prácticamente la mitad de su vida la transcurrió defendiendo los colores de River. Será muy pero muy difícil encontrar en el mundo un caso similar. Un ejemplo de semejante identificación.

¿Hasta cuándo seguirá Gallardo dirigiendo a River? Si fuera por los hinchas, que se quede para siempre. En estos días está haciendo la evaluación de todos los fines de año. El desfasaje por la pandemia le corrió un poquito el calendario. Esto contestó Gallardo el lunes pasado, en la conferencia previa al partido con Palmeiras en Brasil, cuando le preguntaron si podía asegurar su continuidad

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“Hablaré con mi cabeza”, dijo el Muñeco. Sería lindo escuchar esos diálogos. Al final de la respuesta dijo “un tiempo” para luego corregirlo por “un tiempito”. Claro, no hay demasiado margen, porque el plantel apenas dispuso de una semana de vacaciones: este miércoles 20 estaba citado a los entrenamientos en River Camp.

Un día después de la eliminación en Brasil, al que lo consultaron por la continuidad de Gallardo fue a Rodolfo D’Onofrio, el presidente de River. “¿Qué intuye, presidente?”, le preguntaron.

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Donofrio se expresa con mucha prudencia porque sabe que a Gallardo no le gusta que hablen por él ni tampoco que lo apuren, ni que lo fuercen. Pero manifestó su deseo y dejó incluso la puerta abierta a una continuidad posterior al fin de su segundo mandato como presidente. Esto es: diciembre de 2021. Recordemos que Donofrio ganó las elecciones por primera vez a fines de 2013, que en el primer semestre tuvo a Ramón Díaz como entrenador y que tras su sorpresiva renuncia armó con Gallardo y Francescoli una sociedad casi perfecta. Con diferencias y discusiones lógicas para más de 6 años de convivencia, pero con una armonía y estabilidad llamativa. En charlas que mantuve para la elaboración de su biografía, Gallardo me confesó que después del 4° partido de este ciclo, un 0-0 ganado por penales a Colón en San Luis por la Copa Argentina, jugando al golf en Mendoza, Donofrio le manifestó su deseo de que continuara como entrenador hasta el fin de su mandato. Insisto: el River de Gallardo había jugado sólo 4 partidos (con 3 empates y 1 triunfo, nada extraordinario), por supuesto todavía no se había ganado ningún título, y el presidente le pedía al Muñeco que siguiera por 3 años y medio más.

En estos 6 años y medio que lleva como entrenador, Gallardo pensó dos veces en dar por terminado el ciclo. Y en una ocasión estuvo a un paso muy cortito. A casi nada. Fue a fines de 2016, tras ganarle 4-3 a Rosario Central la final de la Copa Argentina en el Kempes. Venía saturado, con mucho desgaste. El día posterior a levantar esa Copa, a punto de subirse al avión para regresar a Buenos Aires, contó en una nota que se tomaría unos días para analizar el futuro. Fueron días de mucha angustia para los hinchas de River. Una semana después, anunció que seguiría un año más, hasta finalizar su contrato, que coincidía con el fin del mandato de D’Onofrio. Así expresó cuán cerca estuvo de irse.

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Gracias a Dios, sí, pensarán los hinchas de River. Y el propio Gallardo también. Se hubiera perdido, entre otras cosas, la noche del Bernabéu. La más inolvidable de todas. Gallardo dijo “un año más” en aquella conferencia, pero al finalizar 2017, y con D’Onofrio presentándose para la reelección, anunció que tenía ganas de seguir y se ponía a disposición de los candidatos a presidente. D’Onofrio apabulló a sus contendientes y a partir de enero de 2018, Gallardo no sólo dirigió al primer equipo sino que se involucró de lleno en las divisiones inferiores. Se sumó el predio de Hurlingham para que entrenaran las categorías infantiles y las más chicas de las inferiores, siguió agrandandose River Camp en Ezeiza, más canchas, iluminación, infraestructura, bajada de línea para que en las inferiores se juegue igual que en la primera, reuniones mensuales con los entrenadores de las distintas categorías. El lunes 12 de noviembre de 2018, un día después del 2-2 en la final de ida de la Copa Libertadores contra Boca, Gallardo se juntó con Gustavo Grossi, director del fútbol amateur, para diagramar el año de todas las inferiores, que incluía elección de entrenadores. En medio de esas finales de locos, la cabeza de Gallardo tenía tiempo y espacio para seguir pensando en el futuro lejano.

El otro momento en que pensó en irse, aunque no estuvo tan cerca como en 2016, fue a fines de 2019. Tras ganar la final más soñada de la historia y luego de regresar de Abu Dabi, el Muñeco comentó entre allegados que seguiría en 2019 para terminar de establecer los cambios pautados en las inferiores pero que al finalizar el año daría las hurras. “Este es mi último año”, afirmó entre íntimos. El 2019. Muy probablemente, eso hubiera ocurrido de haberle ganado la final de la Libertadores a Flamengo que se le escapó por 3 minutos. O si no hubiera liderado el campeonato a 7 fechas del final: era una tentación demasiado grande ganar algo que no había ganado nunca. Ese campeonato también se le escapó en marzo, luego vino la pandemia y esta eliminación con Palmeiras.

Marcelo Gallardo es un hombre récord en River. Como entrenador ganó más títulos que nadie; 11. Más Libertadores que nadie: 2 Es el único hombre en la historia de River en ganar la Libertadores como jugador y entrenador. Es el único que, como DT, eliminó a Boca en un mano a mano internacional. Y no lo hizo una, sino cuatro veces. El único en ganarle una final a Boca. Y el único en repetir esa marca. Pero además, de no ocurrir una hecatombe inesperada de último momento, si en estos días se confirma lo que todos esperan en River, a fines de enero Gallardo pasará a Angel Amadeo Labruna y su increíble ciclo que cortó la noche negra de los 18 años. Aquel ciclo de Labruna duró 6 años, 7 meses y 16 días entre 1975 y 1981. Gallardo está a punto de superarlo para ser el segundo más largo en la historia del club. José María Minella, con 12 años entre las décadas del 40 y 50 asoma como inalcanzable.

Según un informe realizado por un Observatorio de investigación suizo, basándose en datos de 84 ligas de todo el mundo entre 2015 y 2019, el promedio de permanencia de un entrenador en su club es de 40,6 partidos. Gallardo va por 316, desde aquel 0-0 ante Ferro coronado con un triunfo por penales, en Salta por la Copa Argentina. Es el ciclo de mayor duración en Sudamérica. Durante los 6 años y medio que lleva en River, por Boca desfilaron 5 entrenadores: Bianchi, Arruabarrena, Guillermo Barros Schelotto, Alfaro y Russo. Por Racing lo hicieron 8: Cocca, Sava, Úbeda, Zielinski, Cocca otra vez, Coudet, Beccacece y ahora Pizzi, mientras que por Independiente y San Lorenzo desfilaron 9 en cada uno. Es decir, y estamos hablando de equipos de similar exigencia a la de River, un Gallardo duró lo mismo que 31 entrenadores sumados en los bancos de los otros cuatro equipos grandes.

Ya en el final, escuchemos a Marcelo Gallardo.

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Tranquilo, hincha de River. Esto no es de hoy sino del jueves 13 de mayo de 2010. Emocionado, como lo escuchamos también en el arranque de este informe, el Muñeco sabía que ya no volvería a vestir la camiseta de River. Y remarcó la nostalgia que le generaba ese momento. Algún día ocurrirá también en su función de entrenador. El hincha de River no quiere ni imaginarlo. Pero cuando eso ocurra, a la tristeza y a la angustia que sentirá de entrada, le seguirá enseguida un agradecimiento eterno y la sensación de felicidad por haber sido contemporáneos del ciclo más importante en la historia de River. Y eso que la historia de River está plagada de ciclos muy importantes.

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