Frank Kudelka visita a Talleres por primera vez

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Emotivo retorno de Kudelka, figura emblemática de Talleres

03/11/2019 | 15:15 | El entrenador regresó a Córdoba para enfrentar por primera vez al "Matador" desde que se marchó. Un repaso desde sus inicios, con especial énfasis en los logros conseguidos en el conjunto albiazul.

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Frank Kudelka visita a Talleres por primera vez

Frank Darío Kudelka fue un bebé inquieto, afable y "comprador" (características que conserva aún hoy, comentan los vecinos de su pueblo natal). Su infancia giró en torno a su hogar, la escuela Florentino Ameghino y el fútbol. 

La pelota fue su compañera incondicional y más aún, cuando comenzó a vestir los colores del "9 de Freyre". Dicen los que saben, que era un jugador exquisito, detallista y de fina puntería.

Tuvo buenos consejeros que pusieron pimienta a su ya latente personalidad, la que influyó de sobremanera al momento de egresar del IPEM y comenzar el profesorado de Educación Física, en Santa Fe. En medio del estudio para los exámenes, jugaba en el "9". Era líder dentro de la cancha. No corría por correr, tenía visión de juego. Y era goleador.

Se graduó en la Universidad del Litoral, pero no conforme con ser Profesor de Educación Física, decidió emprender la carrera de Director Técnico en "el Lasalle" de Santa Fe. Esta decisión fue el primer escalón en la venturosa tarea de dirigir equipos, motivar jugadores y engrandecer esfuerzos. El Lasalle no tenía técnico hasta que Frank ocupó ese lugar. 

Parecía un guiño del destino para que el freyrense diera sus primeros pasos.

En poco tiempo logró el ascenso en la Liga Santafesina y comenzaron a llegarle propuestas de trabajo. El siguiente paso fue Libertad de Sunchales, donde ascendió en el primer torneo que allí dirigió. Posteriormente comenzó a dirigir a Boca Unidos de Corrientes, equipo con el que también ascendió.

Kudelka comenzó a hacer ruido. Las estadísticas, datos tan crudos como objetivos, lograron que el mundo del fútbol comenzara a valorar su talento. Ya no era posible atribuirle el mérito de sus triunfos a la suerte, porque ésta nunca acompaña a una persona en tantos viajes inciertos. 

Una tarde, un periodista de Santa Fe le preguntó sobre la situación del equipo de fútbol profesional de Unión -por ese entonces transitando una etapa gris en la B Nacional- a lo que contestó: "Unión necesita un técnico que aspire a lograr el ascenso y no un técnico que trate de evitar el descenso". Semanas más tarde, ¡lucía el buzo de técnico de Unión de Santa Fe!

El siguiente peldaño lo dio en Córdoba, específicamente en la cancha de Instituto en la B Nacional. Forjó un buen equipo al que lamentablemente no lo acompañaron los resultados.

Pero no tardaron en llegar los llamados con ofrecimientos de Buenos Aires. Le tocó Huracán de Parque Patricios. Allí, cosechó buenos resultados. Su forma de sentir el fútbol coincidió con la premisa con la cual encara la vida: "siempre hay que estar preparado para lo que sigue, y siempre hay que ir por más", repitió convencido de que le iba a ganar el tercer ascenso de aquel Nacional B a Independiente. La peleó y no se le dio.

Un día, recibió un llamado de alguien con tonada cordobesa: Andrés Fassi, quien le solicitaba sus servicios para Talleres. El mensaje fue claro: "queremos que seas el que devuelva al club al lugar al que pertenece: la Primera división”. No titubeó ni un minuto. Dijo que sí, pensando que quizás esta nueva oportunidad era una nueva gambeta sublime del destino que lo dejaría conocer la gloria y en Córdoba donde no había podido con los resultados. Sería, tal vez, su revancha.

Un nuevo desafío 

Talleres jugaba, por entonces, en el Federal A, lo que significaba que debía ascenderlo dos categorías para llegar a la Primera. Y comenzó la escalada.

Talleres ascendió a la Primera B Nacional de su mano: 31 partidos con una efectividad del 73, 11 %, acumuló 68 puntos de 93 posibles, ganó 19, empató 11 y perdió 1.

El equipo terminó primero y logró el ascenso luego de vencer 1 a 0 a Sol de América en Formosa. Además hay que resaltar que terminó invicto jugando como visitante.

Y, en un abrir y cerrar de ojos (tras un camino más florido) llegó a la Primera División con un plus: fue campeón invicto, consumando el hecho más significativo en un 2-1 a All Boys en Floresta con el histórico gol del Cholo. 

Disputó 21 partidos en el certamen 2016 con un 77% de efectividad. Sumó 49 puntos de 63: ganó 14 y empató 7, sin derrotas.

Ese ascenso lo condujo a un espacio al que no acceden las personas promedio, un lugar donde solamente ingresan los que se atreven a intentar lo que para la mayoría es imposible.

Dirigió a la T 57 veces en Primera, siendo 15° en el primer torneo y 5° en el segundo, lugar que le permitió llegar a la Copa Libertadores después de 17 años. 

Claro, después de que se dieran resultados propios como el 2-2 en Bahía ante Olimpo con el primer gol de Guido Herrera en el club y la posterior derrota de Independiente en Santa Fe.

En mayo de 2017 dio muestra de una obsesión por el fútbol locuaz: en la previa del partido ante Atlético Tucumán se enteró que Ensidey José de 84 años (su padre), había fallecido. Partió raudamente a Freyre para el velorio, al partido lo dirigió la Pepa Armando y 15 minutos antes que termine llamó a otro de los colaboradores con un claro mensaje a Armando: que los laterales no pasen tanto al ataque… Es que ni siquiera con todo lo que le estaba pasando pudo olvidarse de Talleres.

Logró también un 66% de eficacia en la Copa Argentina donde alcanzó a dirigir a la T en 5 partidos.

Había rumores de ciclo cumplido, de que la relación con Fassi se había desgastado, de que ambos tenían un carácter tal que chocaban… El 18 de mayo de 2018, entre lágrimas y en medio de una emoción a flor de piel, se despidió. Sentado al lado de Fassi recalcó que se fue sintiéndose parte del club de por vida, que los hinchas le tiñeron el corazón de azul y blanco, pero que nadie es imprescindible.

Al otro día salió por última vez a dirigir a la T en un amistoso ante Boca y sus caminos se separaron al punto de que ni siquiera el destino los enfrentó en cancha. Kudelka recibió una estruendosa ovación en la despedida del Cholo, la misma que seguro recibirá cuando Newells’ salga al Kempes este domingo.

En 114 partidos, con 60 victorias, 35 empates, 19 derrotas y un 63% de eficacia dejó una marca imborrable.

Hace un tiempo le preguntaron si volvería a dirigir a Talleres y dijo “Si la vida lo quiere así será y sino no será nunca más”.