Gonzalo Montiel cuando la selección ganó la Copa América.

Los campeones del 22

"Cachete" cumple siempre: la historia de Gonzalo Montiel en su cumpleaños

01/01/2023 | 15:18 | La historia del jugador que pateó el penal que le dio el título del mundo a la Selección argentina. Hoy cumple 26 años y le brindamos su merecido homenaje.

Diego Borinsky

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Gonzalo Montiel hoy celebra sus 26 años con una felicidad que no le cabe en el cuerpo: su cara fue lo último que vimos antes de saber que éramos campeones del mundo. Una historia de superación; un ejecutante infalible de penales.

Lo aprendió en el barrio. Miraba para que no le robaran la pelota.

El barrio es La Esperanza, en González Catán, La Matanza, el partido más poblado del pobladísimo conurbano bonaerense. En abril de 2021, Gonzalo Montiel simuló con su mirada patear un penal hacia un palo y lo hizo hacia el otro, engañando a Leonardo Burián, y después del partido su entrenador Marcelo Gallardo nos informó que Cachete ya de chico jugaba campeonatos de penales. Por plata, como el Gordo Ortigoza. Pero sin su maquinaria mediática, porque si algo tiene de exuberante Montiel es su timidez.

Evidentemente Hugo Lloris no vio ese video con que Montiel le convirtió el 3-1 a Colón en el Monumental, por la Copa de la Liga. Porque el 18 de diciembre de 2022 haría exactamente lo mismo: apuntar su mirada a la izquierda del arquero, tal como lo había pateado en cuartos de final ante Países Bajos, para venderle el buzón y cruzar el remate. Argentina campeona del mundo. Nunca olvidaremos ese momento.

Hernán Montiel junto a la Copa del Mundo. 

Gonzalo Ariel Montiel tenía fecha de parto estimada para el 20 de enero de 1997, pero se ve que andaba ansioso, sabía que lo esperaba una misión superadora en la vida y por eso se adelantó y nació el 1° de enero. Un plomazo para mamá Marisa pasar el 31 a la noche en la sala de parto.

Montiel llegó a River con 10 años, y después de viajar en un par de colectivos 2 horas y media de ida y otro tanto de vuelta durante 2 años, se le plantó al DT de la categoría y pidió que le hiciera un lugar en la pensión del club, reservada para los chicos del interior. Personalidad no le faltaba.

En inferiores fue capitán en todas las categorías, otro detalle que marca su liderazgo. Se coronó campeón con la 6ª. y la 8ª. división. A fines de 2014, en los primeros meses del ciclo Gallardo, el DT necesitaba un defensor para completar un reducido y mandó a buscar a un chico de la pensión. Ahí apareció Cachete, bastante más mofletudo que ahora. “Tenía dos cañitas de pescar ahí abajo, era flaquito flaquito -me contó Hernán Buján, ayudante de Gallardo-. Lo pusimos de 3 y aunque no se destacó en lo futbolístico, por algún motivo nos quedó el recuerdo, nos llamó la atención la predisposición, por más que le faltara en lo físico. Y el día que debutó, ya en 2016, entró en el entretiempo contra Vélez para jugar en una línea de tres y metió un cabezazo en el palo y un pase a lo Ronaldinho, mirando para el otro lado, que luego comentamos: este es un caradura bárbaro”.

Evidentemente, “el no look” popularizado por Ronaldinho, ya lo traía de chico.

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En inferiores, Montiel ocupó todos los puestos de la defensa, también jugó de 5 y de 8. A la Primera llegó como defensor central, pero después de dos años sin demasiada participación, se ganó el puesto como lateral derecho en el recordado 8-0 a Jorge Wilstermann con los 5 goles de Scocco. Montiel fue impasable, participó activamente en 3 goles y hasta casi mete uno de taco. Y unos días después, Gallardo lo felicitó en una rueda de prensa diciendo que era su “Bombero”. Sí, el tipo que te juega en cualquier lado y te soluciona cualquier problema.

A fines de ese 2017, le hice una nota a Gonzalo en Rivercamp. Descubrí que era super tímido, que en la intimidad del plantel lo apodaban Cachete y que, para el cuerpo técnico, era un “alemán”. Me lo explicaron así: un chico superprofesional, que vive para el fútbol, que se entrena en doble turno por su cuenta y que, cuando todavía vivía en la pensión, recibía las visitas de sus padres después de los partidos y los despachaba rápido porque se quedaba pensando en su actuación. “Una cabeza rara para estos tiempos que corren. Es como Ponzio o Maidana, pero lo hace con 20 años, y eso no es común”, me lo definió Buján.

El 30 de julio de 2019 Gonzalo Montiel pateó el primero de los 10 penales que lleva en el fútbol grande. Fue en el estadio Mineirao repleto, vuelta de octavos de final de la Copa Libertadores. River y Cruzeiro habían igualado 0-0 ambos partidos. Fueron a penales. El primero lo metió De la Cruz, y cuando para el segundo asomó la figura de Montiel, el 99 % de los hinchas de River habrá juntado los dedos en puñito y gritado: ¿¡Montiel?! Pues, sí, Montiel. Y, además, si lo habían elegido segundo es porque era de los mejores. Cachete abrió el pie y el balón entró arriba, pegado al palo izquierdo de Fabio, que voló para el otro lado. Luego convirtieron el Chino Martínez Quarta y Borré, Armani tapó dos y River pasó de ronda.

Montiel ejecutando el penal que le dio el título del mundo a la Selección. (Foto: La Nación).

El 10 de diciembre de 2020, por la ida de los cuartos de final de la siguiente Copa Libertadores, River enfrentaba a Nacional de Uruguay en la cancha de Independiente, porque el Monumental estaba en refacciones. En el primer tiempo, el arquero Rochet le había contenido un penal a Rafa Borré. Era el séptimo desperdiciado de los últimos 8 pateados por diferentes jugadores de River. Todos habían errado: Borré, Nacho Fernández, De la Cruz, Matías Suárez... A los 22 minutos del ST hubo otro penal para River. Iban 0-0. Montiel agarró la pelota, abrió el pie, pero esta vez lo ejecutó abajo, mientras Rochet iba al otro palo. Declaró después Gallardo: “Decidí que Montiel era una alternativa, le dije que lo pateara, se tuvo confianza y lo hizo muy bien. Era bueno convertir para salir de la frustración”. A partir de allí fue nominado, sin necesidad de proclama pública, el nuevo ejecutor de penales.

El 12 de febrero de 2021, en el Monumental, River le ganaba 1-0 a Rosario Central por la Copa de la liga, le dieron un penal, Cachete le pegó con el empeine y la puso fuerte arriba, a la izquierda de Fatura Broun, que fue para el otro lado.

Dos meses después, el 11 de abril, llegó el citado penal del comienzo ante Colón, con River ganando 2-1. La primera vez que utilizó la fórmula “no look” de Ronaldinho: miró a la izquierda de Burián, que compró el buzón, y lo pateó cruzado a la derecha. Luego llegó el comentario risueño de Gallardo.

El 22 de abril le tocó una figurita difícil: el Maracaná. Sin gente, eso sí, contra el Fluminense, en el inicio de una nueva Copa Libertadores, pero a Cachete no le temblaron las cañitas de pescar: abrió el pie, la puso arriba, a la izquierda de Marcos, mientas el arquero volaba al otro lado. El partido terminó 1-1.

El 9 de mayo, en el Monumental, River tenía que ganarle a Aldosivi para clasificar a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Iban 0-0, hubo penal para River y Montiel abrió el pie y la puso arriba ante un arquero, Fabián Assman, que al fin adivinó la dirección, pero que no alcanzó a llegar, confirmando uno de los postulados de las santas escrituras del fútbol: penal bien pateado es gol.

El domingo siguiente, con 15 bajas por un brote furibundo de Covid, River visitó la Bombonera para medirse con Boca en un mata mata para definir a uno de los semifinalistas de la Copa de la Liga. Empataron 1-1, fueron a penales y Montiel ejecutó el primero. Siempre el mejor debe patear primero, porque si va 4° o 5°, quizás no llegue nunca a patear, y es un desperdicio. Montiel fue primero, entonces, ya establecido sin dudas como el mejor ejecutante de penales de River. Tenía frente a sí un desafío de los pesados: del otro lado estaba un especialista como Agustín Rossi. Lo pateó cruzado, abajo, Rossi adivinó la intención, pero no llegó a sacarla. Finalmente, Boca se impuso 4-3.

Esos fueron los 7 penales que pateó en River, 5 en partidos y 2 en definiciones. Y los metió todos. Con el Sevilla pateó una sola vez, el 25 de julio de este año, en una definición tras igualar con el Sporting de Lisboa en un amistoso. Cachete miró a la izquierda del arquero y la cruzó a la derecha, arriba, cerca del ángulo. Inatajable.

Y bien, al fin aterrizamos en Qatar. En el medio, anuló a Neymar en la final de la Copa América de 2021 en el Maracaná. Pero al Mundial no llegó en un gran nivel. Nahuel Molina era el titular, no tuvo un buen rendimiento ante Arabia y Montiel lo reemplazó contra México. Cachete se mostró nervioso, algo dubitativo y volvió a salir del equipo. Ingresó contra Países Bajos, por los cuartos de final, y en el suplementario se vio una versión que se parecía más al Montiel de siempre. Cuando fue a patear el tercer penal de la definición, muchos hinchas que no son de River habrán pensado lo mismo que los hinchas de River aquella noche en el Mineirao: ¿¡Montiel¡? Sí, Montiel, aunque estuviera por debajo de su nivel habitual. Habían errado los dos holandeses y convertido Messi y Paredes. Cachete fue, abrió el pie y la puso a media altura, mientras Noppert volaba a su derecha. Dejó a Argentina 4 match point arriba.

Contra Francia no vamos a contar demasiado. Ya lo vimos cientos de veces. Mejor es escuchar a nuestros grandes relatores. Sabemos que volvió a cambiar, con su no look. La de Cachete corriendo hacia la pelota con su cara de nada fue la última imagen que vimos antes de explotar de felicidad por ser campeones del mundo otra vez, luego de 36 años. Postal eterna.

Ahí está Gonzalo Ariel Montiel: 10 penales pateados, 10 convertidos, la mitad para un lado, la mitad para el otro. Cachete tiene todo estudiado. De La Matanza al mundo. Barrio La Esperanza, para servirlo.