Boca y River se juegan mucho más que un campeonato (Por Raúl Monti)

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Boca y River se juegan mucho más que un campeonato

07/03/2020 | 13:49 |  

Raúl Monti

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Boca y River se juegan mucho más que un campeonato (Por Raúl Monti)

Una vez más, la definición de un título enfrenta a los dos gigantes del fútbol argentino. Un choque que se siente y se vive como una auténtica final, aunque sus protagonistas ni siquiera jueguen entre sí.

Boca desea ardientemente arrebatarle la gloria al rival de toda la vida, tras varios años de derrotas y frustraciones. River, por su parte, quiere obtener la única estrella que le falta al ciclo más glorioso de su historia.

Las realidades de ambos equipos son distintas, pero el objetivo es el mismo: consagrarse como el mejor equipo del país y levantar el codiciado trofeo de la Superliga. La carrera entre ambos clubes alcanzó su punto más emocionante en el 2020, y encuentra su origen en una derrota.

Cuando al “Millonario” se le escapó la final de la Copa Libertadores ante Flamengo, el torneo local se convirtió en la prioridad de Marcelo Gallardo. Boca le sacaba 4 puntos en la tabla de posiciones y su técnico, Gustavo Alfaro, confiaba en que se quedaría con el campeonato.

En aquel momento, Argentinos Juniors parecía ser la única amenaza para el “Xeneize” en su camino al título y ambos equipos aún debían enfrentarse. River, con un partido menos, mantenía la esperanza de dar pelea hasta el final.

El sorprendente “Bicho” de Diego Dabove rescató un valioso empate de la Bombonera en la fecha 15 y se adueñó de la cima de la Superliga en la fecha 16. Boca cayó ante Rosario Central en el último partido del año y Alfaro dio un paso al costado.

Aunque su equipo estaba segundo en la tabla de posiciones, el entrenador había perdido la banca de los hinchas cuando River lo eliminó de la Libertadores. Los referentes del plantel, con Carlos Tévez a la cabeza, también lo criticaron tras su salida de la institución.

El clima que se vivía en La Boca cambió radicalmente en un par de semanas, y la confianza se transformó en incertidumbre. El equipo perdió la punta en la Superliga, se quedó sin técnico y sentía que su oponente más temible se había despertado.

River le ganó con autoridad a Central Córdoba en la final de la Copa Argentina y terminó el año con una sonrisa. El “Millo” estaba quinto en el torneo local, tenía un partido pendiente y solo 3 puntos lo separaban de Argentinos Juniors, líder del campeonato.

Los hinchas de Boca vivieron con amargura un nuevo éxito de los dirigidos por Gallardo, pero corrían nuevos vientos en Casa Amarilla. Los socios “xeneizes” expresaron toda su frustración en las urnas, y Daniel Angelici abandonó la presidencia del club tras 8 largos años.

El futuro de la institución quedó en manos de Jorge Amor Ameal, Mario Pergolini y Juan Román Riquelme, quienes confiaron en un viejo conocido para la recta final de la Superliga. Miguel Ángel Russo, último campeón de la Libertadores con el club, se hizo cargo de un grupo golpeado anímicamente.

El 31 de diciembre de 2019, millones de argentinos brindaron por un mismo objetivo: ser el próximo campeón del fútbol argentino. La llegada del 2020 renovó las ilusiones de los hinchas, que se prepararon para una definición repleta de emociones.

River inauguró el nuevo año con una victoria ante Independiente en su partido postergado y alcanzó a Argentinos Juniors en la punta de la tabla. “El Millonario” ya no tenía ninguna copa que lo distrajera, y se convirtió en el gran candidato al título por su nivel de juego.

“El Bicho” de La Paternal no aguantó el ritmo y el campeonato se convirtió en un duelo mano a mano entre los dos equipos más grandes del país. El fixture marcaba que apenas 7 fechas separaban a River y Boca de la esperada consagración.

Russo no pudo concretar su debut soñado y tuvo que conformarse con un empate ante Independiente. Los dirigidos por Gallardo no dejaron pasar la oportunidad, vencieron a Godoy Cruz y obtuvieron una valiosa ventaja de 3 puntos sobre su perseguidor.

Matías Suárez convirtió el gol de la victoria riverplatense, y comenzó a erigirse como uno de los jugadores destacados del plantel. El cordobés supo aprovechar el bajón futbolístico de Lucas Pratto y poco a poco ganó minutos y protagonismo en el plan del “Muñeco”.

Cuando el camino del “Xeneize” se hizo más cuesta arriba que nunca, recuperó a uno de sus soldados clave: Carlos Tévez. El capitán de Boca sintió que tenía el apoyo de Miguel Ángel Russo y agradeció su confianza poniéndose el equipo al hombro.

El plantel cambió su mentalidad y dio una muestra de actitud en la fecha siguiente. “El Apache” marcó el gol del triunfo ante Talleres, en Córdoba, y la victoria fue una declaración de principios: Boca estaba vivo.

Gallardo cambió el esquema de su equipo, pasó a jugar con 5 defensores y encadenó triunfo tras triunfo. River no siempre brillaba, pero lograba quedarse con los tres puntos sin importar quien estuviera enfrente.

Un paso en falso en esa parte del campeonato podía derrumbar el esfuerzo de una temporada y ganar se convirtió en la única meta para los aspirantes al título. El gran momento de Tévez, en su mejor versión desde su regreso de China, ayudó a Boca a consolidarse como equipo.

“Carlitos” estaba cómodo, y su estado de ánimo se reflejó en su rendimiento. Ubicado detrás de los delanteros, como mediapunta, encontró el lugar ideal para explotar su poder ofensivo y metió 5 goles en 6 partidos.

“El Xeneize” ganó 5 partidos al hilo y logró llegar con posibilidades a la última fecha del torneo. Russo había alcanzado su primer objetivo, cambiarle la cabeza a un plantel alicaído que necesitaba volver a creer en su potencial.