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Armani y Andrada, arquerazos que superaron muchos obstáculos

31/08/2019 | 13:50 | Los porteros de River y Boca, que se disputan el arco de la Selección, tuvieron inicios muy dificultosos, ya que partieron de casa a temprana edad y lucharon mucho hasta llegar a la cima. Escuchá.

Raúl Monti

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Las vallas de River y de Boca están en buenas manos. Franco Armani y Esteban Andrada son, sin dudas, los mejores arqueros del fútbol argentino.

Ambos fueron convocados por Lionel Scaloni para los próximos compromisos de la Selección, lo que confirma el gran nivel en el que se encuentran.

Pero no es lo único que tienen en común. Antes de convertirse en las enormes figuras que son, pasaron por situaciones complejas que los moldearon para ponerse sin miedo los colores de River y de Boca.

Ambos tuvieron que dejar su casa natal a muy temprana edad para correr tras el sueño de ser futbolistas profesionales. Franco se fue de Casilda y recorrió 400 kilómetros para desembarcar en el semillero de Estudiantes de La Plata.

Esteban dejó Mendoza a los 16 años buscando una oportunidad. En su casa la cosa estaba complicada. Con el inesperado fallecimiento de su papá, se había visto a obligado a cambiar la pelota por el trabajo en los viñedos. Era la única manera de que pudiera colaborar con los gastos del hogar. En el medio de esta situación apremiante, una prueba en Lanús y una esperanza.

A sabiendas de que el arco no es sitio para cualquiera, no tuvieron otra opción que fortalecer sus brazos pero también sus cabezas para no flaquear.

El arquero del "Millo" pasó del Pincha a Ferro en busca de minutos en cancha. Desafortunadamente para él, en Caballito no consiguió ni minutos ni un sueldo acorde a un profesional.

Las cosas no iban demasiado bien. Por eso, cuando lo llamaron de Deportivo Merlo, se mandó sin pensarlo mucho. Con 22 años fue el titular de un equipo que terminaría logrando el ascenso a la B Nacional. Y al año siguiente, renovó.

Con el objetivo de seguir creciendo, se subió a un avión con destino a Colombia. Llegó al Atlético Nacional de Medellín para ponerse el buzo de ¡quinto arquero!

Por su parte, Esteban tampoco la tuvo fácil. En Lanús conoció a quién sería su mentor: Ramón Cabrero. El prócer granate fue su guía en las divisiones inferiores.

Su buen rendimiento en Lanús lo catapultó a las selecciones juveniles y generó el interés de varios equipos. Increíblemente, el Barsa llegó a ofertar casi 5 millones de euros por su pase, a pesar de que ni siquiera había debutado en primera, pero aconsejado por su familia decidió quedarse en Lanús.

Tras unos años sin jugar, Esteban decidió irse y probar suerte en Arsenal de Sarandí.

Hasta acá tanto Franco Armani como Esteban Andrada esperaban una oportunidad. Solo una oportunidad para poder brillar. Y tarde o temprano, les iba a llegar.

En el caso de Franco, increíblemente el punto de inflexión se dio luego de uno de sus peores momentos. Venía de años de alternar suplencias y titularidades. Cuando estaba a punto de volverse a la Argentina, harto de intentar, una lesión lo obligó a permanecer en Medellín.

Y cuando volvió a las canchas, aferrado a su familia y a la fe en Dios, todo dio un vuelco.

Su nivel fue sorprendente y la dirigencia le hizo otro contrato por tres temporadas. Ese año, el 2 de junio de 2013, ante Cúcuta, en su segundo juego tras la lesión, atajó un penal y fue la figura de la cancha. Ya no volvería a salir del arco.

Luego vendría el tricampeonato, los penales atajados y la gloria deportiva: la Copa Libertadores del 2016 y el subcampeonato de la Sudamericana ese mismo año lo llevaron a la cumbre del fútbol sudamericano.

Así, Franco Armani pasó de ser el quinto arquero al jugador más ganador en la historia de Atlético Nacional. Batió el récord de minutos sin recibir goles, ganó campeonatos locales e internacionales y comenzó a ser observado por otros clubes importantes del continente.

Por su parte, el click en la carrera de Andrada, se dio en su regreso a Lanús. Los primeros meses le tocó de nuevo correr desde atrás porque Fernando Monetti era el dueño del arco Granate. Sin embargo, a finales del 2016, Almirón le dio una chance y Esteban no la desaprovechó.

En 2017, festejó la obtención de la Supercopa Argentina con una imborrable goleada a River.

Meses más tarde se volvió a cruzar con el equipo de Gallardo, pero esta vez por semifinales de la Copa Libertadores. En el partido de vuelta, Lanús le metió 4 goles en media hora y remontó una serie que parecía sellada para clasificarse por primera vez en su historia a una final continental.

En la final, la suerte fue distinta. Gremio se quedó con el título al ganar primero en casa y luego en la fortaleza granate.

Ya consolidado en Lanús, y habiendo sido parte de la epopeya de Lanús, las ofertas se multiplicaron.

Con meses de diferencia, Franco Armani desembarcó en River y Esteban Andrada en Boca.

Armani llegó a Nuñez listo para ponerse los guantes y desde entonces las dudas se disiparon en el arco de River.

Dueño de atajadas imposibles, en poco tiempo comenzó a ser pedido sin tregua por los hinchas que le veían porte de arquero de Selección. Finalmente, Sampaoli lo incluyó en la nómina de 23 seleccionados para el Mundial de Rusia.

En 18 meses ya acumula tres títulos con la “Banda”: Supercopa Argentina, Copa Libertadores y Recopa Sudamericana.

En lo que va de este semestre fue clave para que el “Millonario” deje en el camino a Cruzeiro en octavos y a Cerro Porteño en cuartos de la Libertadores. De hecho, en los últimos 8 partidos le marcaron sólo 4 goles. River tiene en Armani un digno guardián del arco y en él pone todas sus fichas de cara a los tres superclásicos que están al caer.

Andrada, en tanto, se decidió por Boca. Curiosamente, en el banco del club de la Ribera estaban Guillermo y Gustavo, los mismos que en Lanús no lo habían tenido demasiado en cuenta.

Llegó para pelearle el puesto al cuestionado Rossi y rápidamente se ganó los elogios de los xeneizes.

Desafortunadamente, una lesión en la mandíbula en un partido contra el Cruzeiro lo dejó varias semanas fuera de las canchas. Volvió justo a tiempo para los momentos definitorios de la Copa Libertadores. Y a pesar de que Rossi atajó en un gran nivel en la primera final contra River, Andrada fue el elegido por los mellizos para la revancha.

Ese día, Esteban perdió su segunda oportunidad de levantar la Libertadores. Lejos de desanimarse, logró consolidarse en el arco Xeneize y eso le valió el llamado de Scaloni para la Selección Argentina.

Semana a semana, la figura de Andrada se fue agrandando y ahora lleva 8 partidos sin recibir goles. Por estos días, superó la marca histórica del"Mono" Navarro Montoya y en el Monumental, frente al eterno rival, podría hacer trizas el registro de Roma de 781 minutos con la valla invicta.

Hoy los separan los colores, pero el camino recorrido tiene ciertas similitudes. Los dos tuvieron que irse para crecer, cambiar de rumbo para jugar y esperar para explotar.

Ahora uno en River y el otro en Boca se encuentran en el mejor momento de sus carreras.

Estarán frente a frente, otra vez, con el recuerdo de Madrid latente. Algo es seguro, para que haya emociones en el Monumental, alguno tiene que fallar y por lo que vienen demostrando, parece difícil.