Rodolfo Ranni, entre la motivación y el privilegio de actuar a sus 88 años

Me gustó una nota que le hace Marina Zucchi al gran Rodolfo Ranni, que va a estar en Carlos Paz, haciendo temporada a sus 88 años, y es sorprendente que no para de trabajar. 

Alguna vez en este espacio le dedicamos unas palabras a Luis Felipe "Yuyo" Noé, ese gran artista argentino, que siguió trabajando, produciendo, escribiendo, cuando ya tenía más de 90 años. Y lo destacamos como alguien con mucha fuerza, con mucha pasión, con mucho trabajo, con mucha energía, aún con el paso de los años.

Y Ranni es parecido a lo que mencionamos en aquel momento con Noé. Porque, repito, tiene 88 años. ¿Y sabés lo que dice Ranni? Que le prometió a su hija vivir hasta los 105. Uno nunca sabe hasta cuándo va a vivir, pero por lo menos es el espíritu lo que quería destacar. "Le prometí a mi hija vivir hasta los 105 años", dice el Tano, que tiene 88, que tiene cientos de personajes en el lomo.

¿Por qué sigo trabajando? Dice el Tano: "Simplemente porque, ¿qué voy a hacer sentado?", se pregunta y teoriza sobre el descanso. A mí me parece muy importante descansar. Muy importante trabajar y muy importante darle tiempo al descanso en este mundo agitado, acelerado, que nos lleva a los empujones y que de repente decir, ¿cómo se pasó el día? ¿Cómo se pasó el año? ¿Cómo se pasó la vida? Es importante descansar. Solo que él dice, "¿sentado yo? Los actores dejan de actuar solamente cuando se mueren. Así que hay que trabajar. No queda otra. Porque sigue costando comprar las cosas en el chino de la esquina". Y además, dice el Tano Ranni, "porque es un privilegio actuar". Y marca algo que está pasando en la Argentina. Hay actores que ahora están manejando un Uber, dice Ranni, que anda girando con "Negociemos", una comida que llega a Córdoba para hacer temporada.

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"Vamos a Carlos Paz, pero también a toda la provincia, pueblo por pueblo. Me gusta eso de llevar el teatro a la vuelta de la casa de la gente. Gente que tal vez nunca fue a un teatro, porque no hay teatro en el pueblo. Así que vamos a eso", dijo el actor.

Además, reveló que come bien, se toma su vinito, casi no toma remedios. La piel curtida por múltiples dolores, el recuerdo de ese hábitat de muerte en el que pasó sus primeros 10 años, porque llegó a embarco a la Argentina, surcando el mar 35 días desde Italia. Y siente que a sus 88 años tiene mucho para dar, para darnos en su actuación. Y dijo que piensa seguir trabajando. "No quiero descansar en mi casa. Es un privilegio actuar", reforzó.

88 años. Y la verdad que me dieron ganas de verlo. De seguir viéndolo, en este caso en el teatro, en Córdoba, haciendo temporada de verano en lugar de verlo manejando un Uber. 

Es algo que los atraviesa de una forma en su vida, que es algo que los apasiona y que sin eso no pueden vivir. Es el motor que hace que se levanten todos los días para justamente vivir y estar y ser. Es que es un privilegio, trabajar de lo que a uno le gusta. 

Ya sé que a mucha gente no, que tiene que trabajar 12, 13, 14 horas para llegar a fin de mes y aún así no llega. Y se rompe el lomo y encima hace porque es la única alternativa que le queda en esta uberización de la economía donde cada vez más gente sale a rebuscársela y a trabajar muchas horas para llegar a fin de mes. Pero en el caso del Tano y de mucha otra gente dice, "no, yo quedarme sentado, descansar en mi casa, no, quiero seguir actuando. Si tengo la posibilidad de hacerlo. Y si hay muchos actores, artistas, actrices que están haciendo Uber y yo tengo la posibilidad de seguir haciendo teatro, bienvenido el teatro".